martes, 28 de junio de 2016
Sebastián Pandolfelli: “Tengo menos ansiedad por publicar”
El escritor Sebastián Pandolfelli publicó en el año 2012 el libro Choripán Social con gran éxito y en unos meses llegará a las librerías su nuevo libro Diamante editado por Galerna. El autor habló con Entre Vidas acerca de dicho libro de relatos, de parte de su trayectoria y de los proyectos en los que está trabajando, entre los que se destaca el poemario Esquina de diamante.
¿Tenés algún ritual en el momento previo a escribir?
Sí, la procrastinación. Dar vueltas igual que un perro antes de dormirse. Cuando me viene esa pulsión de sentarme a escribir, espero a que se me pase. En general, antes de sentarme, me pongo a lavar los platos, o barrer o a hacer otras cosas de la casa. Hay veces en que se me ocurre una idea y tengo muchas ganas de arrancar, pero no puedo ponerme a escribir con mi hija de un año y cuatro meses revoloteando por ahí, entonces me pongo a jugar con ella. Si la idea era buena, va a volver. Escribo mucho en la cabeza. Creo que estoy escribiendo casi todo el tiempo, pensando, madurando, procesando lo que después va a salir en formato de texto.
¿Qué cambió en vos como escritor desde la publicación de tu libro Choripán Social?
Soy otro yo. Básicamente, tengo otra vida. Cuando salió mi primera novela, “Choripán Social” en el año 2012, yo estaba casado, me había mudado de Lanús a capital, vivía en San Cristóbal, trabajaba 8 horas de lunes a viernes hacía 10 años en una ONG de defensa del consumidor, me faltaban 3 materias del secundario, andaba armando demos con mi banda y dentro del mundillo literario vernáculo era un total desconocido. Pasó que me divorcié, se murió uno de mis mejores amigos, estoy en pareja nuevamente, tengo una hija, vivo en el Abasto, no tengo trabajo fijo hace 3 años, soy free lance, doy talleres literarios, hago jardinería, estudié y terminé el secundario a los 38 años, empecé el profesorado de letras, publiqué cuentos en un montón de antologías, colaboré con el diario Tiempo Argentino, fui jurado de 2 concursos literarios, participé de 2 producciones de cine, compuse y grabé la música de varias obras de teatro, grabé y edité un disco con mi banda y un disco solista. En estos 4 años pasó de todo. La vida pasó. Y eso, el paso del tiempo, te modifica. Mi manera de ver el mundo es masomenos la misma, pero yo soy otro, entonces, indefectiblemente mi manera de escribir cambió. Tengo menos ansiedad por publicar. Me tomo mi tiempo para escribir lo que se me antoja y corregirlo hasta que realmente me guste antes de mostrarlo. Creo que entendí un poco mejor cómo funciona la cosa, hay que leer mucho, escribir mucho y corregir mucho. En este tiempo también aumentó en un 200% mi capital social, conocí a mucha gente en este rejunte de escribas, o al menos me conocen unos cuantos, no sé si me leyeron, pero me conocen, me han hecho unas cuantas entrevistas, leí en público en un montón de lugares, hice exposiciones y di charlas, incluyendo la feria del libro de acá y la de San Luis y me publicaron “Choripán Social” en Chile. De a poco se fue formando ese otro yo, escritor. Ahora estoy más tranquilo al momento de ponerme a escribir, sé que estoy haciendo una humilde y pequeña carrera. Pero esto no es una carrera contra nadie, entendí que aunque existe una competencia por el lugar en el “Parnaso literario”, a mí no me interesa mucho competir, sino que quiero hacer lo que me gusta.
¿Qué podes adelantar de tu próximo libro Diamante?
Dentro de unos meses va a llegar a las librerías de la mano de Editorial Galerna. Diamante se fue gestando desde el 2008 más o menos. En cuanto terminé esa novela irónica sobre la idiosincrasia argentina y la bipolaridad de nuestro pueblo que fue Choripán Social, empecé a pensar en un libro nuevo. Quería escribir en otro registro. Salir de la clave delirante. Quería hacer algo más “serio”. Creo que algunos no tomaron en serio esa novela porque es demasiado loca y enroscada. Y ahí aparecieron un par de relatos, con algo de humor, sí, pero sin delirio. Historias comunes de gente común. Así como un juego, por un texto que me provocó, una supuesta novela punk que leí en esa época y que no me gustó ni un poco, me senté a garabatear algo como contrapunto y apareció “Rocanrol” que se publicó en 2008 como nouvelle y ahora es parte de los relatos de “Diamante”. Después apareció una suerte de spin off de Choripán, con dos personajes que salieron de ahí y se armó otro relato. Y así se fue preparando el camino para las otras historias. En el taller de Laiseca fui leyendo y corrigiendo los textos. Algunos eran basados en noticias de los diarios. Tomé las crónicas de base y las ficcionalicé situándolas en Villa Diamante. Hay historias reales y otras inventadas, pero siempre en tono realista. Y todas se cruzan. Es un conjunto de relatos que se pueden leer por separado, pero también como una novela coral.
¿Por qué decidiste ponerle ese nombre?
Se llama “Diamante” por el barrio donde transcurren las acciones. Villa Diamante es mi lugar de pertenencia, mi “Macondo” propio. El cachito de suburbio donde me crié, donde vi muchas de las cosas que cuento.
El libro está compuesto por historias ficcionales mezcladas con hechos reales o noticias del diario. ¿Por qué decidiste hacer esa combinación?
Antes iban a ser dos libros, “Diamante” y “Mugre” uno con historias más luminosas sobre personajes del barrio y el otro con las que saqué de las noticias, que son más densas y violentas, pero al final los junté y dio como resultado un libro de relatos que se puede leer como novela y me gustó mucho más.
¿Cómo surge la posibilidad de publicar con la Editorial Galerna?
Pura suerte. Puro culo, creo. Galerna distribuye a Wu Wei, que es la editorial de Luis Mazzarello que publicó “Choripán Social”. La novela se agotó y nos pidieron más ejemplares. Entonces Galerna apoyó la reedición y en cuanto abrieron una colección de narrativa me llamaron para que mi próximo libro saliera por su sello. Ahí me llamó Garcés y firmamos el contrato. Galerna banca mucho a la nueva narrativa.
En tu libro Choripán Social las historias eran delirantes, ¿en Diamante con qué tipo de relatos se van a encontrar los lectores?
No me gusta la palabra “costumbristas”, pero probablemente alguno los va a catalogar así. Son historias de gente de barrio, dramas chiquitos, accidentes cotidianos, pasiones, sueños de grandeza o de escape de una realidad alienante. Hay personajes con una gran vida interior que hacen cosas de todos los días. Cada relato es un fresco barrial con el que cualquiera se puede identificar. Algunos con bastante humor, otros más tristes o violentos. Yo trato de escuchar cómo habla la gente, los tonos, los modismos y trato de plasmar eso en el texto, las formas de hablar y de contar de la gente tamizadas por mi manera de escribir. También hay muchas citas, homenajes y guiños a la literatura y la música que me gustan. Hay fragmentos de letras de canciones metidas entre los párrafos y parafraseos de algunos cuentos clásicos. Es como un juego que hago siempre cuando escribo, me divierte enviar esos meta-mensajes y está buenísimo cuando el lector los descubre mientras le voy contando una historia.
¿Para cuándo saldría el poemario que escribiste y cómo se llama?
No me considero poeta, pero estoy intentando, empecé tímidamente a escribir poemas. Escribo las canciones de mi banda y las que toco como solista, así que tengo cierto sentido del ritmo o un poco de musicalidad. Me salió un poema hace un tiempo, era algo que no daba para canción y quedó ahí. Era como una postal de “Diamante” pero en verso. Lo mandé a un concurso, para joder y resultó con una mención. Después me pidieron un poema para una antología y mandé ese y lo publicaron. Así como quien no quiere la cosa, fueron apareciendo otros textos que completaron la lista y ahora tengo un poemario armado que estoy corrigiendo. Quizá se publique en algún momento. Se llama “Esquina de Diamante” y es como un complemento poético del libro de relatos. Son fotos literarias con ritmo.
¿Qué objetivos te fijaste dentro del ambiente literario?
Pasarla bien. Escribir y hacer lo que me gusta. Tomar cerveza con otros escritores. Conocer gente que está en la misma y compartir experiencias.
Me gustaría construir una obra literaria. Pero eso es demasiado ambicioso, así que me conformo con escribir lo que se me antoja y que me publiquen de vez en cuando. Si alguien se toma el trabajo de leer lo poco que publiqué y algunas cosas sueltas, ya sea en antologías, revistas, o los libros, va a notar que aunque son historias distintas y a veces cambia el tono del narrador, lo que escribo forma parte de un todo. Hay personajes que reaparecen, lugares que se repiten, es mi manera de ver el mundo contada por un puñado de personajes.
¿Qué otros proyectos tenés?
Estoy corrigiendo el poemario “Esquina de Diamante” que no tengo idea de cuando se publicará ni por dónde. Estoy terminando de escribir una suerte de novela construida con tres historias que se cruzan. Me falta poco pero soy un tanto obsesivo. Se llama “La abuela de Rambo” y con esta novelita retomo el realismo delirante. Tenía muchas ganas de irme un poco bien al re carajo y creo que lo logré. Tanto que ahora no sé cómo la voy a terminar… Pero bueno, son los gajes del oficio, si te gusta el durazno, bancate la pelusa, me tendré que derretir los sesos para ver cómo le hago un final coherente sin cagarla. En cuanto termine eso empezaré otra novela. Pero bueno, tardo mucho en terminar lo que empiezo. También tengo otros proyectos como la banda Los Barriletes Cósmicos, con los que estamos tocando bastante seguido y empezando a planificar el segundo disco. Tengo ganas de grabar un disco solista, también ando en eso y mientras, estoy componiendo y grabando la música de una película, “SELVA” la opera prima de Martín Rieznik. Además de todo, soy padre de una nena chiquita y eso me ocupa durante miles de horas. Y también hay que trabajar y disfrazarse de lo que venga para pagar el alquiler.
Gilda Manso: “Cuando tuve la idea general de Mal bicho, supe que tenía que ser novela”
La escritora Gilda Manso publicó varios libros de cuentos breves y microficciones como Primitivo ramo de orquídeas, Matrioska, Temple y Temporada de Jabalíes y la novela Mal bicho. La autora estuvo hablando con Entre Vidas acerca de dicha novela y del prestigioso ciclo de lecturas Los Fantásticos que coordina desde hace cinco años.
¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
Nada raro: la casa debe estar en el mayor silencio posible.
¿Cómo surge la idea de tu novela Mal Bicho?
Surgió primero el protagonista, Gastón, con sus características tan despreciables. Una vez que tuve a Gastón, le creé situaciones en las que pudiera desarrollar su maldad.
¿En quién te inspiraste para crear el personaje de Gastón?
En muchas personas y a la vez en nadie en particular: Gastón tiene características, gestos, palabras, reacciones que tuve el displacer de presenciar por parte de varios emisores. Gastón no es una sola persona sino un frankestein: tomé lo peor de algunas personas que conocí.
Gabriela Cabezón Cámara en la contratapa del libro define a Gastón como hijo de puta, ¿qué pensaste cuando leíste esa definición?
Que tiene razón, pero que es un hijo de puta tonto, lo que es peor. Uno puede llegar a sentir cierta admiración repulsiva por un malvado inteligente, pero un malvado al que no le da la cabeza para concretar la maldad genera irritación.
¿Cómo nace el ciclo de lectura Los Fantásticos?
En estos días el ciclo cumple cinco años de encuentros mensuales. Empecé organizando lecturas para las que convocaba a escritores amigos, que eran los únicos que conocía. Al principio el ciclo no tenía nombre ni periodicidad definida. Luego quise darle una forma más compacta, y fui convocando a escritores que no conocía ni me conocían. Y así llegamos a cinco años y vamos por más.
¿Qué escritores de los que admiras todavía no fueron al ciclo?
Me gustaría mucho contar con Sergio Bizzio.
¿Cómo fue la experiencia de pasar de escribir cuentos a una novela?
Natural. No me lo planteé como una decisión a tomar, se dio naturalmente. Cuando tuve la idea general de Mal bicho, supe que tenía que ser novela.
¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
Tener cada vez más lectores.
¿Qué proyecto tenes para este año?
Seguir escribiendo.
miércoles, 22 de junio de 2016
Martín Mild: “Cuando trabajaba como coordinador de grupos usaba mucho el Teatro en mis proyectos”
El actor Martín Mild estuvo hablando con Entre Vidas acerca de sus comienzos como actor y de su sala de teatro Dynart Espacio de Arte en las que se desarrollan diferentes actividades como Clases de teatro para todas las edades, improvisación, stand up, canto y técnica vocal, yoga, entre otras.
¿Quién te inculcó tu amor por la actuación?
Mi viejo actuaba en el Teatro Gauchesco de chico y era bastante histriónico, pero a mí ya de chico me gustaba bastante lo de armar personajes, inventar historias y me pasaba ratos largos poniendo caras frente al espejo.
¿Cuáles fueron tus comienzos como actor?
Cuando trabajaba como coordinador de grupos usaba mucho el Teatro en mis proyectos. De a poco me comenzaron a llamar por mis Unipersonales. Luego de algunos seminarios de clown, entre en una cooperativa que dirigía Carlos Kaspar. También, me formé en Técnicas Psicodramáticas.
Creaste varios personajes, ¿cuál es tu preferido?
Realmente son todos muy diferentes, cada uno tiene algo especial pero Hellen (La Niña Diabólica) es mi debilidad. Tiene mucha profundidad y un gran compromiso.
¿En qué te inspiraste para crear tu personaje Glorieta del Carril?
Glorieta en sus comienzos fue solo una voz radial y luego, tuve que agregarle un cuerpo. Se estuvo incubando muchos años. Es un mix de una profesora de literatura del secundario, que tenía un timbre y una forma de articular las palabras muy particular y varias señoras moooy bien, tipo zona norte.
¿Qué trabajo previo realizas antes de construir algún nuevo personaje?
Bastante observación, voluntaria e involuntaria. Hay cosas que me llaman la atención y simplemente se me pegan, un gesto, una actitud corporal o una frase. Eso es lo primero. Después le pongo el cuerpo, que me pasa a mí con ésto, como se mueve el personaje y así comienzo a construir su mundo, qué siente, qué piensa, cómo habla, la gestualidad, etc.
¿Cómo surge tu obra Alververaz?
Alververaz es un Unipersonal bastante autorreferencial por momentos. Es el primero que escribí y actúe en nuestro Espacio, fue una necesidad de decir acá estoy, como un recorrido de todas las experiencias de vida que vamos teniendo y la complejidad del ser, contado a través de personajes, que muestran sus contradicciones. Como dice su frase final: ¨Solo cuando te atrevas a mirarte al espejo sin miedos… Alververaz¨.
¿Cómo nace la idea de tener tu propia sala?
Realmente es un proyecto que uno siente que estuvo desde siempre. Me cuesta pensar que alguien se levante un día y diga quiero tener un teatro. Sería raro. Desde chico no solo jugaba a actuar y disfrazarme, me fascinaban los teatros, su magia. Siempre me gusto la totalidad de ¨Lo Teatral¨: Técnica, Escenografía, Actuación, Vestuario, Dirección. Todo me interesa.
¿Por qué decidiste ponerle de nombre Dynart?
Originalmente la idea fue Dinamo, pero existían espacios con ese nombre y lo acortamos Dynart. Del Dinamo, nos interesaba captar la idea de Movimiento y Energía y le sumamos el Art en relación a todas las Propuestas artísticas que se desarrollan en nuestro Espacio.
¿Con qué obstáculos te encontraste al momento de armar tu espacio?
Uffffff, ¿te cuento? Un año estuvimos todos las tardes buscando el lugar adecuado, la remodelación, la burocracia, el armado de las propuestas, la convocatoria. Todos hermosísimos obstáculos que volvería a repetir. Aunque pensándolo bien prefiero obstáculos nuevos.
¿Qué actividades se desarrollan actualmente en la sala?
Por suerte tenemos un montón de propuestas entre las clases, los seminarios, las charlas y los espectáculos. Cabe destacar que estamos sumamente conformes con el nivel de excelencia de las mismas. Tenemos Clases de teatro (Niños, adolescentes, adultos), improvisación, stand up, canto y técnica vocal, hatha yoga, reeducación postural hipopresiva, y un montón de propuestas y espectáculos en la cartelera que pueden consultar en nuestra página web: www.dynart.com.ar
¿Cuáles son los próximos objetivos que te fijaste para Dynart?
En lo Inmediato estamos con los ensayos y puestas para las obras que se estrenan en julio, agosto y septiembre. Y en un futuro, la idea es seguir aumentando la cantidad y variedad de propuestas de formación, continuar trabajando para ofrecer workshops, charlas y seminarios de calidad.
¿Qué proyectos tenes como actor o director?
Tengo varias cosas dando vueltas, una obra de clown y un unipersonal. Pero en lo inmediato me anoté en un seminario de bufón en la escuela de Marcelo Savignone para seguir investigando.
martes, 21 de junio de 2016
Narciso Rossi: “Mi prioridad en este momento es la editorial”
El escritor Narciso Rossi es uno de los creadores de la colección PelosDePunta y estuvo hablando con Entre Vidas acerca de ese ambicioso emprendimiento en el que una gran cantidad de autores escriben relatos vinculados al género de terror. Además, se refirió al futuro en el que tienen pensando lanzar la editorial y habló de su libro de cuentos “Los chicos también se mueren”, editado por Textos Intrusos.
¿Cómo nace la colección PelosDePunta?
Pelos ve la luz en el mes de julio de 2015. Surge en medio de este bombardeo de literatura de género, como un brazo que permite integrar relatos inéditos con autores locales, consagrados y nóveles, y lograr un alcance nacional. Como lectores detectamos una fuerte inclinación de muchos escritores argentinos por el cuento oscuro, perturbador, cuasi terrorífico. Lo que hicimos fue abrir un poco más esa puerta que el género mantenía arrimada y convocar a los escritores para que se animaran a escribir terror.
¿Cómo fue el proceso de selección de autores?
Fue un proceso constante de leer, encontrar, convencerse y proyectar. La era digital nos permitió leer a los autores antes de convocarlos. A algunos escritores como a Lucas Berruezo, Marisa Vicentini o Juan José Burzi los había leído en papel. A otros, como Luciano Doti, Marcos Tabossi, Alejandra Decurgez, los encontré en el mudo virtual y los contacté.
¿Por qué decidieron volcar la colección hacia el género de terror?
Porque sentíamos que era un terreno que no había sido explotado. Un terreno al cual muchos autores se acercaban, algunos desde el desprecio mismo, pero sin valorarlo. El terror nacional estaba necesitando su espacio. La Editorial Muerde Muertos había encarado ese terreno hace algunos años, y nosotros quisimos colaborar y brindar también un aporte al género.
¿De los escritores que forman parte de las antologías cuáles te sorprendieron gratamente?
Ninguno me sorprendió de una forma que no haya sido grata. Puedo sonar muy poco sincero con esta respuesta pero no importa. En mayor o menos medida los ciento sesenta autores que forman parte de esta colección me sorprendieron para bien. A muchos se los dije personalmente, a otros no porque luego me olvido. Valentina Vidal, C. Castagna, Christian Broemmel y Pamela Terlizzi Prina, por nombrar a algunos, no son escritores de terror y sin embargo los cuentos que escribieron tienen una originalidad y oscuridad admirable. Otros como Celso Lunghi, Esteban Dilo, Hernán D. Nimo o José María Marcos la rompen con lo que hacen pero saben moverse mejor entre historias fuertes.
¿Cómo distribuyeron a los autores y a los estilos dentro de cada tomo?
De la manera más dispar posible. Si bien los cuentos se escriben bajo consigna, intentamos que sea lo más abierta posible para no caer en la repetición y el aburrimiento. Autores consagrados están el mismo tomo que autores que están comenzando con la escritura. De este modo conseguimos que todos los libros tengan la misma fuerza y que la visibilidad sea para todos.
¿Qué podes contar de tu libro Los chicos también se mueren?
“Los chicos…” es un libro de cuentos negros. Intenté dejar de lado el terror y concentrarme en historias oscuras, crudas, pero que se alejaran de lo exclusivamente terrorífico. Son cuentos que pueden llegar a provocar muchas sensaciones, o al menos eso intentan: angustia, rechazo, pena. Para mí era más importante provocar incomodidad que miedo. La mayoría de los cuentos tienen varios años. Otros son del último tiempo, pero comparten esa atracción personal que me generan los chicos que no siguen la norma. Uno espera que los niños se comporten de tal o cual modo, que aprendan y se desarrollen según estadios. Hay un tiempo para todo. ¿Qué pasa cuando el niño no es como los demás, cuando no representa a su etiqueta infantil?
¿Cómo surge la posibilidad de editar con Textos Intrusos?
Nada inusual. Le escribí a la editorial preguntando si estaban aceptando originales y me respondieron que sí. Varios amigos habían publicado ahí así que me interesaba ir por terrenos conocidos. Envié el archivo para evaluación y después Hernán se comunicó conmigo. Le pedí una devolución de los cuentos, él me dio una crítica desde su parecer y resaltó los puntos fuertes y débiles que veía.
¿Con qué se va a encontrar el que lea el libro?
Con mis miedos. El que lea el libro va a ver un poco dentro de mi alma. Los cuentos de ese libro tienen de todo: recuerdos, vivencias, y también mucho de mi imaginación. Hay muchas voces hablando en “Los chicos…”; ancianos buenos y malos, niños, padres, madres, hay una travesti medio bruja, una nena con un poder horrible, cartas de una abuela a su nieto, adolescentes. Parte de la idea de libro como totalidad era poder contar cuentos desde las más variadas perspectivas. Uno de los cuentos no tiene narrador.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy en plena revisión de mi primera novela, La caída de Las Lechiguanas saldrá el próximo año y quiero aprovechar al máximo todo lo que aprendí gracias a PelosDePunta. Fue un año de aprendizaje intenso por eso ahora que reveo una obra anterior a Pelos, encuentro cosas para corregir y mejorar. También estoy (siempre junto a Ruben Risso y Luciana Baca, que más que mis amigos ya son hermanos en esto) organizando y preparando la nueva editorial que lanzaremos a fin de año.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Mi prioridad en este momento es la editorial. Venimos preparándola desde hace bastante y si bien hay una buena parte recorrida, queda todavía un camino que siempre parece estirarse. Entre el alta, la AFIP, la facturación, la distribuidora, la imprenta y los trabajos de selección y maqueta se van pasando los días. Quiero que el sello tenga su lugar, que sea visiblemente atractivo, conseguí trabajar con material de calidad y estoy apostando mucho a esto. Hay mucha editoriales y no quiero ser una más de esas, quiero que el trabajo que hago (en equipo, claro) sea agradable para quien lo recibe.
¿Cómo fue la experiencia de Pelos de Punta dentro de la Feria del libro de este año?
Uh, eso fue algo que no esperábamos. Nos superó por mucho, nos desabasteció, nos hizo correr. Quizá hasta bajamos algunos kilos. Como no teníamos lugar propio, la gente de Tahiel Ediciones nos ofreció colocar los libros en su stand. Fuimos moderados y entregamos una cantidad pequeña de cada tomo. Enseguida tuvimos que reponer un poco más, y después otro poco. Finalmente reimprimir algunos tomos y entregarlos casi en totalidad. La gente iba a buscar los libros de la colección exclusivamente. Algunos, nos contaron luego los vendedores, se sacaban fotos con los libros o comentaban que un amigo, un familiar o ellos mismos habían escrito para la colección.
¿Cuáles son los pasos a seguir con PelosDePunta?
PelosDePunta concluye el 26 de agosto. Así que estamos trabajando para darle el cierre que se merece una colección que, a nosotros como editores, nos dio tantas gratificaciones. Fueron trece meses de mucho trabajo y de mucha dedicación. Los disfrutamos muchísimo pero que también nos agotó mentalmente o casi. La colección se termina pero no muere. Todavía quedan algunas sorpresas que recién estamos armando para que siga activa y a mejor alcance de todos.
miércoles, 1 de junio de 2016
Juan Manuel Vega: “Siempre o casi siempre las situaciones inspiradoras son las que no son bonitas y ésta no fue la excepción”
El escritor Juan Manuel Vega acaba de publicar el libro “Una noche para la victoria” a través de la Editorial Hesíodo y hablo con Entre Vidas acerca de éste lanzamiento, de sus primeros pasos dentro del mundo literario y de sus próximos proyectos.
¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
Realmente no en el sentido de ritual o "cábala" pero sí que me puse como objetivo sentarme a escribir solamente en los momentos en los cuales sentía que podía surgir de mí algo interesante. Por lo general lo hago de madrugada, es un momento silencioso y un espacio más propicio para conectarse con lo que uno siente.
¿Cuál fue la imagen disparadora de tu libro “Una noche para la victoria”?
Si tuviera que elegir un disparador para sentarme frente al primer desafío de una hoja en blanco es un momento personal difícil. Este es el único punto en donde no me gusta ser autorreferencial, no quiero aferrarme a una historia complicada que puede causar empatía para promocionar el libro. Pero resumiendo fue un momento personal que compartí con la gente que me quiere. Siempre o casi siempre las situaciones inspiradoras son las que no son bonitas y ésta no fue la excepción.
¿Por qué le pusiste ese nombre?
La novela tiene algunas pinceladas políticas, casi siempre en forma de metáfora, pero es casi una provocación, un juego. Recuerdo una conversación con mi familia donde me recomendaban no ponerle este título por miedo a que la gente que no comulgaba con esa ideología en particular no se sintiera atraída, la decisión de ponerle "Una noche para la victoria" fue un redoblar la apuesta. Si alguien no está ni siquiera dispuesto a encontrarse con una historia por el título sin saber siquiera que no es un libro de política entonces que no lo lea, no estoy interesado en llegarle a esa persona. Como dice el tango, para que pueda gustarte esta historia da lo mismo que seas cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
¿Cómo te llega la posibilidad de publicar con la editorial Hesíodo?
Fue una larga búsqueda, más que nada por mi juventud y falta de experiencia, llegué a esta editorial a través de conocidos que la recomendaron. Fue una decisión complicada, yo no tenía idea del proceso que requiere publicar un libro y puedo decir que he quedado conforme con los resultados, y por sobre todo empecé a meterme en este mundo maravilloso de poder transmitir algo expresándome artísticamente.
¿Hay algo autobiográfico en el libro?
Si claro, yo creo que todos los autores nos nutrimos de todo lo que tenemos a mano, de todo lo que nos parece interesante. Hay vivencias únicas que sirven a la hora de construir un relato. Tenemos también además la posibilidad de tomar prestado lo que nos gusta de otros autores, en la novela hay dos referencias claras a Alejandro Dolina y Jorge Luis Borges, casi a modo de homenaje, porque si se cruzó por mi cabeza escribir fue gracias a haberlos leído a ellos. Puntualmente lo que es autobiográfico me lo reservo, pero puedo decir que es mucho... uno mezcla la ficción con vivencias propias, cosas que le pasaron a amigos o familiares, cosas que escuchó, cosas que vio, cosas que se imagina cuando escucha una canción o ve una película. Creo personalmente que por más ficticia que sea la narración siempre tiene algo del autor.
¿Para el que todavía no leyó tu novela qué podrías adelantar de la historia?
Podría adelantar que es la historia de alguien de mi edad, sufriendo y gozando por amor, sintiéndose bien o mal con su entorno, el motivo de conflicto es bastante fantástico pero que no deja de estar ligado con lo bien o mal que uno se desenvuelve en su vida cotidiana según como se sienta en ese terreno. Es un ida y vuelta al pasado, la comparación inevitable cuando el corazón pone las cosas blanco sobre negro. La metáfora político-social también está presente, pero más con la intención de ilustrar como nos descalificamos, como nos etiquetamos para arriba o para abajo más que defender una ideología en particular.
¿Qué trabajo previo realizaste antes de ponerte a escribir el libro?
En este sentido creo que tuve mucha suerte, no tuve que realizar ningún trabajo previo, tal vez porque la historia ya se estaba incubando dentro de mí o porque las musas me asaltaron.
Siento que solo fui un canal, que la historia ya estaba en algún lado y lo único en lo que tuve que trabajar fue en ponerle mi impronta y en tratar de que ese relato salga de mí en los momentos en los que estaba emocionalmente ligado a lo que pretendía escribir.
¿Cómo te definirías como escritor?
Creo que soy un romántico en el sentido literario de la palabra, me gusta corregir poco y que esté presente ese sentimiento en lo que se lee. Prioricé ese golpe emocional que puede dar una puteada cuando sale, esa sensación tan única de un sentimiento descripto en el momento en el que se está sintiendo. Esas son las cosas que más me gusta leer y a lo que apunté, es casi un objetivo para mí transmitir sentimientos.
¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
Llegar lo más lejos posible, no me corto las alas. Me gusta escribir y mientras tenga algo interesante para contar lo haré. Y más que en el ambiente literario mi objetivo es el de cualquiera que escribe o se expresa artísticamente, que es que a uno lo quieran, que el que en este caso lea, sienta empatía con uno. Para mí un libro es una extensión del ser del autor, si a uno le gusta un libro le está diciendo a esa parte del escritor que lo acepta... y en el mejor de los casos lo quiere.
¿Qué proyecto tenes para este año?
Para este año en particular mi proyecto es darme a conocer, con esta novela o con un segundo libro.
Creo humildemente que tengo mucho para dar, podrá gustar o no, pero hay más cosas que pueden surgir de mí y estoy dispuesto a compartirlas con todo aquel que quiera leerlas.