sábado, 21 de octubre de 2017

Mercedes Romero: “Siempre tuve un magnetismo por la poesía”





La escritora Mercedes Romero publicó el libro de poesía Los mil y vos a través de la editorial El ojo del mármol, está terminando de editar una novela que va a salir en marzo por Notanpuan y además, trabaja en un nuevo libro de poemas. Habló con Entre Vidas acerca de su  flamante libro y de sus próximos proyectos.




¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Por lo general el puntapié inicial de cualquier texto es inspiración. No podría decir exactamente cómo funciona, es algo que te baja y depende de vos capitalizarlo o no. Pero es cierto que en segunda instancia hay una parte metódica que tiene que ver con la frecuencia y dedicación. Empezar un texto-de lo que sea- es como preparar un salmón. Se ve y sabe muy bien, pero si lo dejás cinco días en la heladera se echa a perder.

¿Con qué frecuencia escribís?
Todos los días. Ahora precisamente estoy editando mi próxima novela que sale por la editorial Notanpuan. Pero también tengo días donde de repente me encuentro escribiendo algo random, haciéndolo sin saber muy bien porqué o para qué.

¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
Siempre tuve un magnetismo por la poesía. Me fascinaba traducir versos de canciones en inglés y creo que tiene que ver con que me deslumbra el lenguaje, en todos sus formatos. Mi papá siempre tiene en su maletín dos poemas que le regalé cuando tenía ocho años. Es muy tierno ver que indudablemente estaba afrontando una etapa llena de cuestionamientos e introspección, en uno de los poemas escribo "te recuerdo a vos, amado y querido". Vos fijate, un edipo tan exigente que frente a la duda dije " amado o querido? ya fue, pongo los dos".
Lo último que ibas a encontrar en mi casa era un libro de poesía, pero si algo los caracterizó a mis viejos fue ser dos grandes narradores. Crecí escuchando cuentos de seres imaginarios que mi papá creaba, así como de princesas con nombres del conurbano que mi vieja me inventaba cada noche.

¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara Los mil y vos?
Honestamente no fue algo muy deliberado. Sentí que era el nombre más acertado y fiel al libro, estaba a la vista. El libro consta de tres arcos narrativos: Ellos, Vos y Nosotros. El primero está compuesto por poemas sobre distintos vínculos que tuve que tal vez no fueron tan duraderos pero me marcaron. Me interesaba retratar cómo una mujer ama desde distintos roles: como hija, como amiga, como novia e incluso amante. Vos, en cambio, está formado por poemas de una de relación específica que trascendió muchísimo más. De alguna forma, en Ellos se puede descubrir todo lo que hubo antes y después de Vos. Lo que me llevó a conocer a alguien así y lo que hice para poder cerrar ese capítulo. Nosotros, a diferencia de los dos arcos narrativos previos, cuenta una historia puntual, ya en un plano figurativo. Es como si vinieras observando pedacitos de la realidad por la mirilla de una puerta, hasta que esa puerta se abre y ves la imagen completa. Los tres arcos narrativos ordenan no sólo las posturas que tomamos en torno al amor sino los estadíos que podemos atravesar: el deseo, la plenitud, la carencia, la negación, el dolor, el olvido, la nostalgia.

¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en el libro?
Se dio de forma bastante orgánica. Cada poema fue una manifestación de un vínculo puntual de mi vida, y como para vivir se necesita de tiempo te podés imaginar que viene gestándose hace mucho. Cuando escribí esos poemas nunca lo hice con la intención de que se transformen en un libro. Un día me di cuenta de que todo respondía a un eje y pensé: Pará, acá hay algo.

¿Cuál es tu poema preferido del libro?
NN es un poema que siempre me despertó algo muy fuerte y me pasa que ahora, cada persona que lee el libro, me dice que es el poema que más le gustó. Creo que eso pasa porque más que un poema, es una proclamación de todos los principios que para mí debe tener una persona a la hora de vincularse. Lejos de ser una lista extensa de lugares comunes del amor, es un pedido solemne de intrascendencias cotidianas "quiero que me quieras cuando me cambia el pelo de color pero no por la tintura". Nombro esos gestos chiquitos que en el día a día quizás no representan nada, pero que traducidos en el tiempo: resultan todo. Acaban siendo el combustible de las relaciones que avanzan. Y lo hacen sin ser perfectas, con sus fricciones y momentos chotos, pero con cimientos sólidos.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
No tengo un decálogo de premisas para escribir más o mejor. No es que leo diez libros por semana o solo veo cine independiente. Yo particularmente siento que soy una esponja que ahí a donde va, absorbe. Con lo cual los temas que elijo abordar y cómo lo hago, abarcan un espectro muy amplio. Me nutro de lo que vivo, soy muy permeable a las personas, a su psiquis, sus conductas y cómo eso decanta en vivencias. Creo que eso hace que se pueda generar un diálogo con el lector, porque la persona que te lee empatiza sea por sentirse representado o por poder rescatar algo de lo narrado y transferirlo a una experiencia personal.

¿Manejás la idea de escribir próximamente una novela o un libro de cuentos? 
Sí, de hecho la novela que va a salir por Notanpuan existe desde antes de este libro. La arranqué en el 2014, pero apareció esta oportunidad y sentí que tenía mucha más lógica publicar como primer libro Los mil y vos que la novela. No todo el mundo compra una novela de un autor desconocido de 350 páginas y eso supone una gran barrera. Por eso decidí salir este año con Los mil y vos y posponer el lanzamiento del libro para principios del año próximo, porque sino se iban a terminar canibalizando entre sí.

¿Qué libros de poesía o autores recomendarías? 
Yo creo que muchas veces las personas guardan cierta resistencia a la poesía porque creen que se trata de un género pretencioso, donde todo está ornamentado. Y es real que hay muchos autores así, que apelan a un lenguaje arcaico, que dicen "allí" en vez de "ahí". Qué se yo. Son estilos. Yo disfruto leer y escribir como hablo hoy, siglo XXI. Y hay muchos autores que están yendo en el mismo sentido: Pedro Mairal tiene una obra poética que te deja sin palabras. Consumidor final, uno de sus libros de poesía, te muestra el costado sensible de la vida cotidiana. Escribe sobre un durazno que compró en el Disco o un corte de pelo. Cada poema te hace sentir que las cosas se vuelven nuevas cada vez que él las toca con sus palabras. Y así hay muchos, poetas que supieron ser una antena sensible y fiel a su época, que pudieron captar lo que nadie veía: Girondo, Cortázar, Pessoa. Y no sólo clásicos, hay autores actuales que tienen una obra increíble y se les da muy poca difusión: Natalia Romero, Lucas Soares, Natalia Leiderman, Leandro Gabilondo, Federico de la Riva por nombrar sólo algunos.

¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
No podría definir mis objetivos porque tampoco vivo a la escritura como literatura. Escribir es lo único que me llena y sé que en definitiva, me vaya bien o me vaya mal, voy a continuar haciéndolo de todos modos.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con la editorial El ojo del mármol? 
Fue bastante casual todo. Yo tenía varios libros del Ojo que había leído y me habían gustado mucho, un día subí a instagram un poema de Animales dorándose al sol, libro de Natalia Leiderman y Valeria, la dueña de la editorial lo vió y se contactó conmigo. Intercambiando algunos mensajes descubrí que me tenía en facebook y estaba familiarizada con lo que hacía. Le ofrecí mandarle Los mil y vos para que me diera una devolución, sin expectativas de nada, y acá estamos.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Un próximo libro de poesía, la novela que sale en marzo por el sello editorial Notanpuan y recién acabo de terminar un cuento que va a formar parte de una antología de Invisible, responsables de la versión del Principito ilustrado.




domingo, 8 de octubre de 2017

Agustina María Bazterrica: “A mí me interesa interpelarme e interpelar al lector con mi obra”




La escritora Agustina María Bazterrica publicó el libro de cuentos Antes del encuentro feroz a través de Alción Editora y le señaló a Entre Vidas que con su escritura le interesa criticar mandatos retrógrados, normas opresivas, injusticias, fanatismos, acciones que lastimen a otro. Además, contó cómo nació el ciclo Siga al conejo blanco que creó junto a la también talentosa Pamela Terlizzi Prina.

¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Soy una persona nocturna y escribo por la tarde (que es cuando me activo) hasta que se me cierran los ojos. Mientras escribo escucho mantras hindúes, o música que repito una y otra vez. Necesito un sonido constante para concentrarme.
Escribo en la compu y cada tanto imprimo lo que escribo y lo corrijo en papel. Creo que la parte más importante del proceso creativo es la corrección, por eso puedo estar días, meses o años corrigiendo una obra.

¿Con qué frecuencia escribís?
Tengo etapas. Siempre fui muy inconstante, pero ahora estoy tratando de escribir todos los días. Hubo épocas en las que durante meses no escribí una palabra. Lo que sí hago todos los días, desde siempre, es leer. Creo que la lectura es el motor y el núcleo de la literatura porque escribir, sabemos, es una reescritura.

¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos que aparecen en tu libro “Antes del encuentro feroz”?
Este libro de cuentos pasó por muchas etapas. Tuvo distintos títulos y sufrió diversas mutaciones. Con el paso del tiempo fueron quedando los que considero mis cuentos más significativos. Cada uno de ellos interpela a distintas épocas de mi vida. Me dan una clave, un proceso, una obsesión.

¿Por qué decidiste ponerle ese nombre al libro?
La principal característica de este libro de cuentos es su heterogeneidad. Hay cuentos tremendos, extremadamente violentos, otros llenos de ironía, otros podrían considerarse poesías en prosa, incluso, hay un microrrelato de una línea. Elegir un título siempre es difícil, pero en este caso me costó más porque tenía que ser un título que mostrara una línea de unión entre cuentos tan diferentes y, como dije, distintas épocas de mi vida. Hasta que me crucé con el poema “La verdad del bosque” de Pizarnik de donde surge la frase “Antes del encuentro feroz”. Me pareció un título potente, que invita a lector a acercase. A mí me interesa interpelarme e interpelar al lector con mi obra. Ninguno de los cuentos me resulta indiferente y querría que ninguno de los cuentos le resulten indiferentes al lector. Es mi deseo que se produzca algún tipo de encuentro. Creo que por mi tipo de literatura debajo de la risa, de la ironía como bien dice Andrés Neuman en la contratapa “hay una sonrisa que se congela”. Porque la esencia del relato, aquello que prima en estos cuentos, es la ferocidad.

¿De qué temas se nutre tu escritura?
Me interesa criticar mandatos retrógrados, normas opresivas, injusticias, fanatismos, acciones que lastimen a otro. Lo puedo hacer a través del humor como en mi novela “Matar a la niña” donde tengo una mirada crítica de la Iglesia Católica o lo puedo escribir como el golpe furioso y desolador que se percibe en los cuentos “Agua” y “Hueco” donde me refiero a situaciones de violencia de género.

¿Cuál es tu cuento preferido del libro y cuál el que destacan los lectores?
Mi cuento preferido es “Lavavajillas”. Está escrito con un lenguaje completamente artificial, como si fuese un cuento traducido del inglés al español, con un español neutro. Fue un desafío escribirlo porque quería plasmar el artificio de ciertos mandatos como: “cásate y ten hijos, porque eres mujer”, por eso usé ese tipo de registro. Cada vez que lo leo me emociona la soledad de la protagonista, una mujer joven en los años 60 en New York, pero también me sigo riendo porque es un cuento lleno de ironías. Está pasando algo curioso: todos eligen cuentos diferentes. Pueden coincidir en alguno u otro, pero la realidad es que no pareciera existir un cuento preferido. El otro día un amigo me dijo que uno de sus favoritos era “Perfectos dragones” un cuento con una prosa poética bastante hermética. Y, sin embargo, me dijo que le había parecido “precioso”. Otro amigo me dijo que su cuento preferido era “Elena-Marie Sandoz”. Es un cuento agobiante, repetitivo hasta la locura (porque habla de eso, de alguien que se vuelve loco poco a poco). Pero él estaba fascinado. Esos dos cuentos, a priori, no los calificaría como populares. Por eso me alegra tanto que los elijan como favoritos.
Estoy muy alerta, sorprendida y feliz con lo que está generando este libro.

¿Cómo surgió la posibilidad de publicar el libro con Alción Editora?
El proceso de encontrar una editorial siempre es complejo, largo y hasta tedioso. Pero como soy una persona consecuente hasta la obsesión, “cabezona” -diría mi padre-, me lo tomé como un trabajo. Una tarea con propósito. Con un tiempo incierto y casi ilimitado para su realización.
Una de las editoriales que me interesaba y aceptó el manuscrito fue Alción. Juan Carlos Maldonado (el editor), lo leyó y le gustó. Hablamos y me dijo que le interesaba publicarlo, pero con un formato especial y con ilustraciones. Fue una sugerencia muy afortunada. Es por eso que el libro tiene un formato peculiar que le agrega valor como objeto. Puedo decirlo porque es el resultado del talento de otras personas. Es bello. Es cuadrado y tiene las ilustraciones (creadas a partir de la lectura del libro) de la artista mexicana Erica Kuhn. Además de estar muy contenta con haber tenido la posibilidad de publicar con Alcion, el formato, dibujos, el diseño del libro me parece original. Te digo más, hace poco una chica de Rio Cuarto (Córdoba) se hizo un ¡tatoo con la imagen de la tapa del libro! Me mandó la foto. Puede parecer una locura. Pero, la imagen de la tapa es de una gran belleza. Trasmite algo inicialmente tranquilo y a medida que vas captando los detalles se descubre potente…y feroz.

¿Cómo surge la idea de crear el ciclo Siga al conejo blanco junto a Pamela Terlizzi Prina?
Con Pame nos hicimos amigas de manera instantánea. Somos muy diferentes y tenemos una conexión mental poderosa. Nos pasa muy seguido de estar pensando lo mismo al mismo tiempo.
Yo quería hacer algo juntas. Tenía algunas ideas. Pensaba. Pero la que lo verbalizó fue Pame. Estuvimos muchos meses planificando y pensando qué clase de ciclo queríamos. Tomamos en cuenta desde la importancia de un nombre que fuese pregnante, con significado, hasta encontrar un buen lugar para hacerlo. Inclusive que fuera un ciclo “deslocalizado” que se pudiera encontrar online. Así surgió la idea de filmar cada encuentro y colgarlo en la página web. Y creo que esa preparación previa, ese desarrollo conceptual y de propósito, se ve hoy en el ciclo. Se muestra en el cuidado que le damos a los detalles, a las personas que participan y a las que no pueden estar físicamente. Comenzamos con una perspectiva federal para que aquellos que no están en Buenos Aires pudieran participar. El registro fílmico amplió la mirada, liberó al ciclo de estar o no presente. Lo liberó del tiempo y hasta creo que promueve lo global. Los que van hablan de la onda, la buena difusión de los escritores, críticos, de los artistas plásticos, músicos. Es también un lugar de diálogo entre disciplinas. Un espacio de disfrute, de tomar un vinito, de reconocer a otros. El conejo, nos llena de satisfacciones.

¿Qué libros recomendarías?
Voy a recomendar contemporáneos, porque los clásicos, son más accesibles y, en general, los conocemos bien. Vamos primero con los argentinos: Hotaru de Martín Sancia, La comemadre de Roque Larraquy, Bajo este sol tremendo de Carlos Busqued, Mil galletitas de Diego Tomasi y Quema de Ariadna Castellarnau (catalana que vivió en argentina y publicó acá). Internacionales: El loro de Flaubert de Julian Barnes, HHhH de Laurent Binet y La historia del amor de Nicole Krauss.

¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Mi objetivo principal era bastante endogámico. Escribir cada vez mejor. Con el tiempo me fui dando cuenta de algo que, quizás, para otras personas resulte evidente. Esto es, me puse a reflexionar sobre la diferencia entre escribir y ser escritor. Por eso, además de seguir construyendo mi escritura, querría desarrollar la otra parte de la ecuación. Desarrollar la carrera de escritora. Hacer del escribir mi profesión. No sé cómo es la de la figura del escritor aplicada a mi persona. Hasta que lo descubra me interesa seguir preparándome, leyendo, estudiando, conectándome de manera más integral con la literatura y con los “agentes sociales del campo literario” como diría el Señor Bourdieu.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy escribiendo una novela.  Lo que me está pasando, a diferencia de otras veces, es que -como ya lo dije- estoy tratando de escribir todos los días. Eso no significa que escriba mucho. Sino que todos los días me conecto con la escritura. Quizás, en una jornada sólo logro corregir una palabra y ese fue todo el trabajo. Pero, no siento que fue una jornada improductiva porque, tengo que reconocer que cada palabra de cualquier texto que escriba (sea ficción, una reseña o un artículo) me resulta fundamental. Escribir es también una tarea con propósito. Con un tiempo incierto y casi ilimitado para su realización. La búsqueda de la palabra justa me puede llevar toda la vida.



domingo, 1 de octubre de 2017

Carolina García Stagno: “Durante mucho tiempo creí que la poesía era un género complicado”




La escritora Carolina García Stagno publicó el libro de poesía Ancla a través de la editorial Peces de Ciudad y estuvo hablando con Entre Vidas acerca de dicha publicación y de sus nuevos proyectos entre los que se destaca una serie de videopoemas. Además, la poeta señaló que uno de sus objetivos es que su poesía llegue a cada vez a más personas y por eso apunta a desarrollar proyectos en las redes sociales.


¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Creo que no podría hablar de rituales porque escribo cuando me surge, pero las veces que me dispongo a escribir no puede faltar el mate y la música, dos elementos esenciales en mi vida.

¿Con qué frecuencia escribís?
A diario y en donde sea, si tengo mi cuaderno a mano perfecto, sino en una libreta, tickets, servilletas y sobre todo, en los tiempos que corren, el celular es fundamental, principalmente en los insomnios que son muchos.

¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
Mi amor por la poesía es mucho más reciente que mi amor por la narrativa que nació siendo niña. Durante mucho tiempo creí que la poesía era un género complicado, de lenguaje antiguo, distante, ajeno a mis vivencias, hasta que me encontré con tres poetas que me acercaron y desde entonces no pude despegarme, ellos fueron: Mariana Kruk, mi editora, quien me mostró que había poesía en lo cotidiano, al mismo tiempo aparecieron  Mario Benedetti, con su amor y su ternura, y Alejandra Pizarnik, con sus tormentos. Me fascinaron.

¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en tu libro Ancla?
Quiero destacar que "Ancla" es un libro único e independiente pero a su vez es la continuación de "5 am", mi primer poemario. En él comienzo contando una historia de amor, un poco tormentosa, intensa de mi lado, sobre abandonar los miedos y animarse sabiendo la cuota de dolor que todo eso incluía, por lo tanto la selección de poemas para este segundo libro debía seguir con eso. Fue un proceso arduo de recolección de todos los poemas de ese último año que estaban repartidos entre la computadora y el cuaderno. Soy muy detallista a la hora de seleccionar y ordenar, hasta caprichosa te diría, quiero plasmar todo tal cual sucedió.

¿Por qué decidiste ponerle ese nombre al libro?
El tema "naútico" está presente en mi primer libro, donde aparecen barcos de papel que envían te quieros o intentan dejar atrás el pasado, a través del Río Paraná del que tanto disfruto acá en Rosario. Así que "Ancla" llegó solo, en un momento de mucho buscar y descartar otros títulos. Trata de estar anclada a un amor, a una persona, a una historia. Anclada a sentimientos que parecen no tener fin y se repiten una y otra vez a lo largo del libro. Anclada a los pequeños momentos "felices" con los que me encargaba de justificar la tristeza y el dolor.

¿De qué temas se nutre tu poesía?
Del amor, principalmente, o los amores. Y la enorme cantidad de sentimientos por los que te llevan enamorarse y amar, eso que todos vivimos: alegría, tristeza, bronca, pasión... éxtasis. También lo cotidiano está muy presente, al igual que el Río (Paraná).

¿Cuál es tu poema preferido del libro y cuál el que destacan los lectores?
"Desarmemos el mundo" es un poema que me gusta mucho y a los lectores también, fue muy ovacionado el día de la presentación oficial. Hace referencia a esas situaciones que nos atraen a pesar de que se presentan desfavorables desde el comienzo pero  apuesta a disfrutar el momento sin pensar en el después.

¿Cómo surgió la posibilidad de publicar el libro con la editorial Peces de Ciudad?
Con esta editorial ya había publicado mi primer libro por propuesta de Mariana, la encargada de seleccionar el material, quien ya conocía mi poesía. Fue uno de los primeros libros editados. Así que para este segundo solo necesitaba la aprobación editorial del archivo. Es una alegría ser parte de un proyecto como Peces de Ciudad.

¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
A los autores que me acercaron a la poesía les sumaría: Idea Vilariño, Gioconda Belli, Jaime Sabines, Charles Bukowski, y tres autoras de la editorial: Ara Lacore, Pipu Simeoni y Paola Soto.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
No dejar de escribir es mi principal proyecto. Siempre tengo la intención de que mi poesía llegue a cada vez a más personas así que estoy todo el tiempo pensando opciones para eso teniendo como vía las redes sociales. También con Marcos, un amigo que se encargará de filmar y editar, estamos planeando una serie de videopoemas de Ancla. Es un proyecto interesante que ya habíamos implementado con mi primer libro con la diferencia de que ahora tenemos más cancha y más tiempo para planear todo detalladamente.