sábado, 30 de marzo de 2019

Belén Zavallo: “Escribiendo puedo embellecer lo que por ahí es más hostil”





La escritora Belén Zavallo habló con Entre Vidas de su fanzine Todos tenemos un jardín que ya agotó la primera edición y que están trabajando en la segunda tirada. Además, contó que a futuro le gustaría escribir y publicar algo exigente que la comprometa más estéticamente.






¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
En realidad, mi escritura es muy impulsiva, surge en cualquier momento. Por supuesto que necesito contar al menos con el teléfono, aunque prefiero escribir a mano en mis cuadernos sin renglones o en la computadora. Pero puedo hacerlo cuando me siento en el taller de escritura que coordino o en el taller al que asisto, sin embargo, esos son tres días a la semana y yo escribo a diario. Mi necesidad de escribir es frecuente. Todos los días escribo. Si no alcanzo a hacer un poema, anoto versos o imágenes que se me presentan sobre cosas que me interpelan. Puede ser cualquier cosa. Me gusta que me pase eso con lo cotidiano. Pero también, escribo como un impulso desde lo afectivo. Siempre me pasó eso desde muy chica de comunicar mis emociones a través de la escritura, ya sea para que mi texto sea leído por un interlocutor o para aclararme (o confundirme o desahogarme) con eso que me estaba desbordando. Vivo la escritura como una necesidad vital. No puedo escaparme y he tenido la suerte de que todo lo que encauzo laboralmente, me conduce a ella, me encuentra escribiendo.

¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
Yo crecí con una presencia muy fuerte de mujeres con una formación literaria potente. Mi mamá en principio nos propició a mí y a mis hermanos una biblioteca y su hábito de verla siempre leyendo está entre mis recuerdos. Leyendo y cocinando. Esa es mi primera aproximación, pero también mi hermana Cari, es profesora de lengua, literatura y latín. Ella estudiaba de noche, yo soy más chica pero súper pegada y la veía o escuchaba. La Sonatina de Rubén Darío es como un rezo entre nosotras en el sentido de que la poesía estuvo sonando ahí en ese círculo como una música. Después tuve grandes profesoras como Graciela Gianetti, amigos poetas como Ferny Kosiak y mucho contacto que sostengo a través de las benditas redes sociales con gente que admiro muchísimo como Martín Rodríguez o Natalia Litvinova, que aunque esporádicamente la comunicación sea directamente sobre la literatura, eso de poder seguir qué se está publicando qué proyectos se manejan en Bs As nos mantiene actualizados. Digo “nos” porque con Washington, también amigo y poeta tenemos un proyecto de librería virtual solo de poesía y Jacarandá nos acercó un montón a estas relaciones que realmente disfrutamos. Por eso decimos que nosotros ahí hacemos circular literatura, porque el negocio en cuanto a lo económico no es algo demasiado redituable. Menos hoy por hoy.

¿Por qué decidiste que tu fanzine se llamara Todos tenemos un jardín?
Se llama así porque lo sometí a votación, la propuesta me la hizo Ferny que es el que lleva adelante el proyecto Camalote. Pero además hay un poema que se llama Todos estamos heridos y muchos otros atravesados por alguna planta, así que coincidimos en que si lo titulábamos como un poema le quitaba preponderancia al resto de los textos y si jugábamos con la estructura podíamos abarcar a todos. Tengo mis lugares de amor en la cocina, la literatura y los jardines así que estaba bien representada yo como poeta en el título.

¿Cómo fue el proceso de selección de las poesías que aparecen en el fanzine?
La selección fue rápida. Yo escribo mucho pero no todo es publicable. Entonces elegí sabiendo que tenían que quedar menos de veinte poemas. Hicimos la impresión y nos juntamos a editar. Fue muy rápido el proceso, una tarde estábamos en feria y corregimos unos poemas y otra tarde seguimos con el trabajo ya pensando en el orden e hilamos más fino. Al otro día tenía el pdf, la tapa, el texto de la contratapa y la foto, todo por mail. Él es una máquina de producir. Tiene esa energía que a mí me falta. Así que fue hermoso que también esto nos una.

¿Cuál es tu poesía preferida del libro y cuál es la que destacan los lectores?
Los lectores destacan Todos estamos heridos y yo coincido en ese poema porque tiene un valor afectivo muy fuerte. Lo escribí para participar de un Slam de poesía oral de mi provincia y salió pensando en el momento más doloroso que atravesé en mi vida que fue una situación de abuso sexual que tocaba directamente mis fibras, porque si bien no fui yo la víctima lo sufrí doblemente. Y mi proceso de la depresión desesperada hacia una mirada más interna y compasiva conmigo me llevó a un lugar que visito seguido que tiene esto de la naturaleza pura. Ahí realmente nos despiertan los picapalos, cruzamos liebres, hay lechuzas, lagartos y todo eso que está presente en el poema y que para mí fue volver a mi origen. Para poder hablar desde el dolor sin rencor.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
La alimenta todo lo que me pasa y que me afecta. Soy muy sensible pero también actúo muy rápido frente a todo. Soy mamá que abarca todos los roles desde los 19 años, eso me llevó a trabajar y a hacerle frente a todo lo que te depara y mi escape a la realidad es la escritura. Ahí puedo fluir en un tiempo más amable, menos exigente. Escribiendo puedo embellecer lo que por ahí es más hostil.

¿Qué libros de poesía o autores recomendarías? 
He leído mucha poesía, nosotros en la carrera de lengua y literatura podemos leer a los clásicos, literatura española es hermosa pero también lejana. Lorca y Manrique tienen textos bellísimos, pero en la cercanía a mí leer a Silvina Giaganti me abrió la perspectiva. Es una poesía actual en la que yo me supe capaz de también escribir. “Tarda en apagarse” a mí me impactó porque me llego en el momento en que estaba escribiendo más también y porque la seguí en twitter a la autora, y es feminista y todo eso que a una la va representando, te interpela. Yo en ese momento leía todo lo que iba viendo que se publicaba de esa generación, y de las editoriales que hoy traemos en Jacarandá. Caleta Olivia, Mansalva, Santos Locos, Neutrinos, Pánico el pánico y Llantén que hace unas traducciones maravillosas. Recomiendo lo que leo y disfruto.

¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Soy poco ambiciosa pero disfruto un montón esto que pasa hoy. Estar invitada a lecturas y que te nombren poeta es fuerte pero hermoso, que te entrevisten por algo que hacés desde la pasión (sí con responsabilidad) pero es más desde las entrañas que me sale. Yo escribo hace tanto pero recién hoy me animo a hacerlo un acto público, eso es lo nuevo. Y como lo comparto con un círculo de gente que me cruzo porque estamos en la misma, es más fácil sentirte cómodo y parte de esta novedad.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el fanzine? 
Vino con el proyecto Camalote de Ferny Kosiak que edita a jóvenes poetas inéditos, empezó con Thiago Schonfeld que es un nene de 10 años. Siguió con Washington, mi amigo y socio, y seguí yo con María Mercado. Thiago va a mi taller y a su vez la novia de su mamá dicta el taller de escritura al que yo concurro, Naty su mamá al mío. Y a todos ellos yo los publiqué el año pasado en una sección de una revista de periodismo de investigación (Revista Análisis) que inauguró conmigo una sección que se llama “Entre versos” en la que la propuesta es publicar a poetas de nuestra provincia. Estamos todos muy contactados y nos damos lugar en lo que hacemos. Crecemos juntos, circulamos los espacios. Somos camaradas, digamos. Y eso es lo que da estas oportunidades.

¿Tenés algún otro proyecto?
Sí, estoy escribiendo con una temática. Ya no es sólo escribir porque sí. Estoy pensando qué tema me atraviesa en este momento para un posible futuro poemario más rico. Este fue un fanzine y por suerte tuvo una aceptación que supero mis expectativas, se agotó la primera edición y estamos trabajando la segunda. Así que me gustaría poder escribir y publicar algo más exigente, que me comprometa más estéticamente.  En el jardín soy yo en mi estado más primitivo, quizás. Con la desgarradura en presente.



jueves, 21 de marzo de 2019

Marcial Gala: “Siempre es un enigma para mí como nace un personaje”





El escritor Marcial Gala, flamante ganador del Premio Ñ-Ciudad de Buenos Aires por su novela Intensos compromisos con la nada que se publicará con el nombre de Llámenme Casandra, habló con Entre Vidas acerca de dicho libro y de su novela Rocanrol, publicada por Ediciones Corregidor. Además, adelantó que está reescribiendo una novela que en Cuba fue premiada pero fue censurada.





¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Café, una taza algunas veces, dos, otras.

¿Con qué frecuencia escribís?
Cuando estoy en medio de un proyecto todos los días.

¿Por qué decidiste que tu nueva novela se llamara  Rocanrol?
Trata de dos chicos que amaban el rock, género musical que para muchos cubanos es expresión de libertad.

¿Cómo fue el proceso de construcción de los personajes de Peter Kiss y Pepillo?
Los personajes te van sorprendiendo, algunos crecen más, otros menos. En esa novela es muy importante también, la madre de Peter, que tiene el seudónimo de Crazy Horse, fue el personaje necesario para que la maquinaria de la novela empezara a moverse.

¿Con qué se va a encontrar la gente que lea la novela?
Uff, esa es una buena pregunta, aún no he podido leer la novela editada y la verdad es que ese paso de mero mecanuscrito a libro cambia mucho las cosas, incluso me preocupa más con qué me voy a encontrar yo.

¿Cómo se dio la posibilidad de publicar nuevamente con Ediciones Corregidor?
Bueno, se las propuse y les gustó.

También, en poco tiempo se publicará la novela Intensos compromisos con la nada con el nombre Llámenme Casandra, ¿qué podés adelantar la historia?
Es muy intensa, transcurre en la misma época de Rocanrol, pero en Angola y su personaje principal es una mujer presa en el cuerpo de un hombre. Es una novela que junto a Rocanrol y a Perfume francés conforman una trilogía. 

¿Qué cambio en vos después de ganar el Premio Ñ-Ciudad de Buenos Aires por dicha novela?
Alegre de haber ganado ese premio que para mí tiene una significación muy grande por llamarse premio ciudad de Buenos Aires que es una ciudad que me encanta.

¿Cuál fue la imagen disparadora que dio lugar el inicio de la historia?
Recordar el mar de Cienfuegos desde el balcón de la casa de mi madre.

¿Cómo nació el personaje protagonista Rauli?
Siempre es un enigma para mí como nace un personaje.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
De la violencia, el desamor, la intolerancia, la búsqueda de uno mismo y la filosofía, sobre todo de Nietzsche y Kierkegaard y también, claro de la propia literatura, de los enormes autores que ya no están: Bulgakov, Youcenar, Tolstoi, Rulfo, Duras, Lezama, Proust, García Márquez, Arenas, Borges y tantos otros, sin olvidar a Shakespeare y a Homero. En realidad el principal tema de mi escritura es la literatura.

¿De qué tema que todavía no escribiste tenés pensado hacerlo próximamente?
Me encantaría afrontar la novela histórica.

¿Qué libros o autores recomendarías? 
Maestro y margarita, En busca del tiempo perdido, Montaña mágica, La conjura de los necios, Pedro Páramo, El dios de las pequeñas cosas, el amante, Antes de que anochezca, El jardín de los senderos que se bifurcan, Crimen y castigo…

¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Escribir y leer.

¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Reescribo una novela que en Cuba ganó un premio pero fue censurada.



Victoria Zerdá: “Tengo la certeza que la escritura me va a acompañar siempre”






La escritora Victoria Zerdá habló con Entre Vidas acerca de su libro de poesía Algo que no cierra publicado a través de Azul Francia Editorial. Además, contó que forma parte de una red de mujeres publicitarias con la que siempre se reúnen para armar diferentes proyectos.





¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
En cuanto a una primera escritura de poesía no cuento con mucho ritual, cuando aparece, aparece, y generalmente lo anoto en algún borrador del mail o el celular, para tenerlo a mano todo el tiempo e ir puliéndolo con los días. La narrativa creo que sí es más de ponerse y sentarse, que la inspiración nos encuentre trabajando dijo no sé quién, si bien quizás me viene algo de algún cuento que estoy escribiendo y también recurro a los borradores, el mejor ritual es ordenar mi casa, ponerme cómoda, algún sahumerio y disfrutar el momento con el teclado. No me di cuenta de que esto de embellecer el espacio era algo que ayudaba hasta que lo leí por ahí, y con más razón lo hago. Lo mismo cuando me siento a corregir los poemas ya para mandarlos a editar y cerrar.

¿Con qué frecuencia escribís?
Generalmente no hay una semana que no escriba. A veces estoy corrigiendo, otras estoy escribiendo cosas nuevas todo el tiempo, a veces pasan dos semanas que no pude escribir nada y para mí es un montón y se murió la escritora y blá y de repente estoy otras dos semanas escribiendo a full, así que creo que la posta es relajar y tener en claro que todo lo que se siente y se piensa es material para algún poema, por eso además de la constancia para corregir me hice la costumbre de estar atenta a cada pensamiento que me da la sensación que puede ser algo nuevo. A veces estoy a punto de dormirme, o charlando con alguna amiga y se me viene algo a la cabeza y hasta que no la anoto no puedo pensar en otra cosa.

¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
No sé si hay amor por la poesía, hay amor por las letras, en general. Lo que tiene la poesía es que creo que la única materia que tiene son los sentimientos. Si bien en cualquier pieza literaria que se escriba los sentimientos están, a diferencia de un cuento que quizás la idea o los personajes son primordiales, en la poesía lo único que importa son los sentimientos que puedas plasmar con imágenes cuando la escribas. De chica leí de todo pero te diría que nada de poesía, pero cuando me encontré escribiendo lo que para mí eran ensayos acerca de sentimientos y cosas que me pasaban me vi escribiendo poesía. Después empecé a pulir con los talleres y a conocer a Idea Vilariño, a leer a Gelman y a Tuñón, a darle más bola al último libro de poemas de Cortázar que había leído hacía tiempo por arriba... Y ya cuando estaba editando el libro aparecieron Elvira Sartre, Juana Bignozzi, mujeres que sentían tanto o más que yo, pero lo escribían mucho mejor, jaja.

¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara Algo que no cierra?
Porque habla del amor. Y creo que el amor no cierra, no se sabe qué es, adónde está o adónde te va a llevar, y está buenísimo. Porque habla de los ciclos del amor, no planteados desde el binarismo enamoramiento-desenamoramiento sino desde un proceso en sí mismo que tiene un montón de estados, y lo que hace el libro es atravesar todos esos estados que a su vez son cíclicos, por eso no cierra, por eso la contratapa dice que el final está en el principio y que el final esconde un nuevo comienzo.

¿Cómo fue el proceso de selección de las poesías que aparecen en el libro?
La selección más clara fue tomar los poemas que tocaban el amor y/o los vínculos de alguna forma. Tengo muchos que hablan de las problemáticas sociales, del movimiento feminista y hasta de lugares a los que viajé y me inspiraron mucho, pero fue una decisión dejarlos afuera de la edición para que tuvieran un concepto claro. Después la cronología de los mismos poemas ya me contaban algo, había un ciclo, un proceso, un espiral de los estados, porque básicamente eran muy biográficos y digamos que tuve un año intenso de vínculos, amores desamores, duelos etc. Así que con la estructura no tuve más que seguir escribiendo y armando una historia de amor en sí misma, del amor propio.

¿Cuál es tu poesía preferida del libro?
Por supuesto me gustan todas y algunas más que otras. Si tengo que elegir un poema, creo que LA LIBERTAD es el que me dio más placer escribir cuando salió y el que cuenta un estado muy mágico y empoderado al que está buenísimo llegar, si me pongo en el rol lectora que vive y siente el amor, para mí es el mejor estado/proceso de todos los que cuenta el libro.

¿De qué temas se nutre tu escritura?
Además del amor, del duelo, del empoderamiento, de la fortaleza, de la soledad que nutre y recompone, de los crushes indescriptibles, de los vacíos..., y sobre todo de la valentía.

¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
Todos los que mencioné antes y agregaría a Clarice Lispector y Nicole Krauss para una narrativa sensorial como las que me gustan a mí. Después, los que leí de chica y me quedaron para siempre, como Hemingway o Bukowski.

¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Hacer lo que me gusta. Hoy me gusta escribir en la intimidad y publicar. Como hoy es publicar el libro que a mí me gustó escribir. Tengo la certeza que la escritura me va a acompañar siempre, hoy elijo que sea para abrirla y publicarla y que las personas lo lean para yo poder transmitir algo, para que lo que viví y con lo que pude crear pueda hacer que al otro le pase algo, porque creo que el arte, si bien no es condición, con un interlocutor siempre se potencia. Elijo recitar y salir por ahí a compartirlo, y subir algunas cosas en mi blog aunque mi profesor diga que eso no se hace hasta que no esté en papel, no me importa. La verdad lo que más quiero es seguir viviendo, que es la materia de cualquier escritor, y escribir desde esos estados, sin forzar. Si me leen porque resuena o gusta, genial.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Azul Francia Editorial?
Un día, después de un finde bastante tranqui en el que había escrito poemas de despedida porque no me salía otra cosa, y ya después de un año de estar escribiendo tres hojas semanales para el taller, con bastante manija de virginiana por materializar algo, le pregunté a mi profesor "¿narrativa o poesía?". Él me dijo que los poemas que le había mandado ese día estaban muy buenos y que ya estaba para un libro. Así que ahí nomás me contactó con Francisca de la Editorial y, a la semana, con el primer borrador, ya me daba el OK.

¿Tenés algún otro proyecto?
Bastantes. Seguir escribiendo siempre. Tratar de empezar-realizar-terminar la tesis de grado que me quedó algo colgada. Seguir produciendo eventos artísticos como A través de ellas, un ciclo en el que empecé a participar el año pasado leyendo poemas y este año voy a estar co-produciendo. Se trata de un evento que se hace todos los meses con una temática distinta y exponemos la mirada de la mujer de ese tema a través de distintas disciplinas: teatro, música, ilustración, arte visual, fotografía, etc. Es muy zarpado porque nos juntamos muchas artistas a mostrar cómo vivimos sentimos y creamos a partir de diversas temáticas. Algunas de las que hicimos el año pasado fueron "Cuerpo y movimiento" y "Deconstrucción de género", todas con una mirada super feminista y militante, lo que me parece genial y clave.
Además de eso pienso seguir leyendo en otros ciclos bien distintos, movidas en centros culturales, festivales, expos. El año pasado tuve la suerte de abrirme a todo eso y es zarpado lo que se genera cuando salís a abrir este oficio que es tan solitario, conocés gente hermosa. Así que a por ello.
También formo parte de una red de mujeres publicitarias con la que siempre nos estamos reuniendo y craneando proyectos, así que causas para este año sobran.