PH Cecilia Basualdo
La escritora Natalia Romero habló con Entre Vidas acerca de su libro de poesía El principio luminoso publicado por Caleta Olivia Ediciones y adelantó que está escribiendo un libro sobre su papá y las formas del amor.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Escribo en silencio, en general por la mañana que es cuando tengo más tiempo para quedarme en los poemas o en el estado que me genera la escritura, me gusta poder elegir el momento de sentarme a escribir, a veces el poema está conmigo días hasta que toma forma y lo dejo ser en la escritura.
A veces el ritual es el mate con miel y una carta de tarot que me acompaña, o una piedra y lo que me sugiere, escribir es un ritual en si mismo para mi así que me gusta acompañarme con ese respeto.
¿Con qué frecuencia escribís?
Todos los días. A veces son poemas terminados a veces no pero siempre tengo notas, si no escribo me empiezo a sentir mal con el mundo.
¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
No lo sé, supongo que es algo que apareció sin que me diera cuenta. Me fue llevando la vida, supongo que tiene que ver con las ganas de amar todo un poco más.
¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara El principio luminoso?
El título apareció mucho tiempo después de que el libro estuviera terminado. No llegaba, no llegaba, hasta que llegó. Tiene que ver con un hexagrama del I Ching, que es parte también de mis rituales de introspección y escritura. El hexagrama me dijo algo que para mi resumía la escritura es este libro que me salvó de un momento duro y que me ayudó a ver algo nuevo, pensé que el libro era sobre un final y al terminarlo descubrí que era sobre un principio, eso fue.
¿Por qué elegiste de epígrafe una frase de Illya Kuryaki and the Valderramas?
El epígrafe es de un tema precioso que Dante le escribe a su papá. Lo estaba escuchando y esa frase, es tiempo de amar de creer en algo más, me pareció que abrazaba todo el libro, porque me abrazaba a mi en ese momento. Me gustó además que aparezcan voces no literarias, un epígrafe puede ser cualquier cosa, es un modo de agregar un tono, un dulce extra.
¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en el libro?
Los poemas aparecen y van tomando su forma uno al lado del otro sin que yo decida mucho. Solo hubo un proceso de trabajo de edición con Diana Bellessi con quien tengo el honor de trabajar mis poemas.
¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Caleta Olivia Ediciones?
Lo conozco a Gabo desde hace años, cuando nos veíamos en el ciclo de poesía El rayo verde con Osvaldo Bossi. Siempre hablamos de publicar hasta que llegó el día. Pablo es un gran editor y muy compañero.
¿De qué temas se nutre tu escritura?
De la experiencia, de vivir, de estar atenta lo más que pueda.
¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
Uf, miles, pero ahora estoy releyendo a Sharon Olds gracias a la segunda traducción impecable de Inés Garland, a Mary Oliver, a Diana Bellessi, a Paula Jimenez España, a Vero Yattah, a Juana Bignozi, Gaby Larralde, todas mujeres leo últimamente, aunque siempre vuelvo a Viel Temperley y qué lindo que sean muchas las voces que expanden la poesía hoy.
¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy escribiendo un libro que me tiene sorprendida porque no lo esperaba, la poesía hace esas cosas, te deja sin control alguno. Es un libro sobre mi papá y las formas del amor, algo así podría decir.
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