lunes, 18 de julio de 2016
Daniel Gaguine: “Nunca nos interesó el chusmerío al cual muchos músicos le temen y desconfían, con justa razón”
El periodista Daniel Gaguine habló con Entre Vidas respecto a su libro 50 años rock, lado A en la que junto a Miguel Ángel Dente y Matías Recis investigaron acerca de cincuenta bandas fundamentales del rock argentino. Además, el también crítico teatral nos dio su opinión del mundo que vive el teatro y nos contó los comienzos de su flamante página de cultura El Caleidoscopio de Lucy.
¿Qué podes adelantar del libro 50 años rock, lado A?
Es un libro hecho con la idea de retomar la voz de quienes hicieron la historia del rock argentino a partir de sus propias voces. Hubo demasiados intermediarios en la comunicación de los hechos y mucho mito que se transformó en una verdad no escrita ni confirmada. Ahora, charlando los músicos, mostramos algunas cuestiones que quedaron soslayadas a través del tiempo.
¿Con qué dificultades se encontraron?
Algunos músicos son reacios a hablar de su “pasado” pero, en la gran mayoría, pudimos recabar los testimonios. Es una gran pena el hermetismo que tienen muchos. Negar un pasado riquísimo al cual le deben el reconocimiento que tienen es una lástima. Además, en el caso nuestro, siempre apuntamos a lo musical. Nunca nos interesó el chusmerío al cual muchos músicos le temen y desconfían, con justa razón.
¿Cómo surge la propuesta de escribir el libro?
Conocí a Miguel Ángel Dente para la época en que sacó el libro Un dios aparte sobre Charly García. Enseguida, conseguí Ticher de luz que giraba en torno a la vida de Luis Alberto Spinetta. En ese momento, estaba trabajando en una revista y le hice una nota sobre ambos libros. Creo que fue Matías Recis –a quien ya conocía- el que me pasó el contacto de Dente. Teníamos puntos en común sobre la música y aporté algunos datos para los libros de Pedro Aznar y Gustavo Cerati. Con Matías sacamos el libro Metallica. Furia, sonido y velocidad cuando Dente nos cuenta su idea de hacer algo con los 50 años de rock argentino. Quería que hubiera periodistas escribiendo sobre 50 discos. Ahí surge la idea de entrevistar a los propios músicos y sean ellos los que hablen al respecto. ¡Qué mejor que un músico hablando de su propia obra! Fue ahí que empezamos a recorrer diversos lugares para entrevistar a todos aquellos que tuvieron relevancia en los discos y bandas seleccionadas.
Entrevistaron a muchas bandas de rock nacional, ¿alguna anécdota que puedas contar?
A ver…Más que nada son situaciones de mucha sensibilidad en algunos casos. A Jorge Álvarez lo fuimos a entrevistar al geriátrico en el que estaba viviendo. Nos atendió una enfermera y pregunta “¿Vienen a visitar al abuelo?”. Esa enfermera no tenía idea de quien estaba hablando, con toda la historia que tiene encima –más allá de las visiones encontradas respecto de su persona-. Con Pil quedamos en encontrarnos antes de un show en Villa Crespo. Fuimos un rato antes y no estaba. Empezamos a caminar con Matías por Corrientes y lo vemos venir, que venía de comer pizza en Corrientes y Scalabrini Ortiz. Hablamos y se acerca un chico que le dice “Pil, ¿sos vos? Por favor, dejame sacar una foto”. Tuvimos conversaciones que han durado más de dos horas (Federico Gil Solá, Mariano Martínez, Germán Daffunchio). Matías fue dos veces a entrevistar a Beto Zamarbide –justo me estaba mudando y no pude ir- y una sesión de charla y entrevista con Pablo Potenzoni (TTM) en General Rodriguez de seis horas. En mi caso, estoy en contacto con el primer manager de los Rolling Stones, Andrew Loog Oldham porque había sido productor de los Ratones Paranoicos. Andrew es toda una leyenda. Cada vez que recibo un mail suyo, me salta el “chico de Floresta” y me da una alegría tremenda. ¡Me escribe el ex manager de los Stones!
¿Cómo fue la experiencia de escribir el libro entre tres autores?
Tenemos los roles bien asignados. Con Recis buscamos y realizamos las entrevistas mientras que Dente se encarga de compilar la información y editar todos los reportajes que realizamos. Al día de hoy, tenemos muchísimo material el cual queremos sacar de diversas maneras. Muchos músicos hablando del contexto social en el que se vivía y dando info que, en algunos casos, fue omitida y/o “reversionada”. Sería un paso más allá de la música que, cruzándola con los diversos contextos, permitiría entender algunas cuestiones que nos atraviesan hoy en día.
¿Cómo fue el proceso de selección de bandas y discos que aparecen en la publicación?
Fue ameno aunque no siempre estábamos de acuerdo con los discos seleccionados. Inclusive con bandas que aparecieron y después, volaron. En el comienzo del libro hay un apartado llamado “Algunas consideraciones” donde se explican algunas cuestiones. Tal es el caso de la elección de Artaud como mejor disco de Pescado Rabioso aunque la banda ya estaba disuelta y Spinetta lo sacó con el nombre del grupo. Personalmente, me gustaba Pescado II como obra de la banda y ver como se incluía a Artaud en la lista, de alguna u otra manera. Con alguna banda, diferíamos en la elección del disco para destacar. Con Virus pasó eso al igual que con Soda en el que, cada uno postuló un disco diferente.
¿Cómo ves el momento actual del teatro?
Es un buen momento pero aunque hubo años mejores. Igualmente, hay que tener en consideración los diversos “teatros” que tenemos. El teatro “comercial”, el “oficial”, el “off” y denominaciones así. El otrora prestigio de la calle Corrientes ha quedado reducida a propuestas comerciales donde la calidad no es lo que prima. El fenómeno de Toc toc, la continuidad de Le Prenom y pará de contar. Además, ¿qué busca el público que va al teatro a la calle Corrientes? ¿A ver a sus estrellas de televisión más cerca? ¿Ir al teatro a ver a Susana Giménez haciendo de….Susana Giménez? Esto, sin contar el costo de las entradas que es una barbaridad. El teatro independiente sigue con sus propuestas aunque este año no es de los mejores. Hay una producción enorme pero, poniéndome en abogado del diablo, ¿está bueno que haya tanta oferta con espectáculos que no están para que salgan a la palestra? Sé que me pongo en un lugar incómodo pero hay muchas obras que no están a la altura de las circunstancias pero contratan prensa para que las difundan como si fueran geniales cuando…están lejos de ser potables. Después viene la crítica al periodista/crítico que le da con un garrote a una obra cuyo único mérito es que fue “hecha con amor y con todas las ganas”. Desde el momento que sacamos algo de las cuatro paredes de la casa y la sometemos al ojo de un público –al que le cobramos entrada-, debemos hacernos cargo de lo que exhibimos. Para bien y para mal. Por otra parte, estaría bueno que el público que quiera ir a ver teatro, deje sus pruritos y concurra a las salas independientes. Van a ver a ver algunas propuestas interesantes pero también deben indagar bien dónde ir. La persona que no es de teatro, va una vez y se come un bodrio, no vuelve más.
¿Cómo nace tu blog de cultura El Caleidoscopio de Lucy?
El blog nace allá lejos y hace tiempo, en el 2010. Trabajaba en la revista Noticias Urbanas y me llegaba mucha información. Había hecho programas de radio en los que hablábamos de teatro y también…de música. Siempre fui un tanto melómano y de ir a recitales, por lo que conocía el paño. En NU esa sección le correspondía a una persona cuya único mérito era ser el hijo del dueño de la revista. Entonces, con mi pareja de ese entonces, se nos ocurrió hacer el blog, como una forma alternativa de sacar toda la info que me llegaba así como cubrir todo aquello que no entraba en NU.
Por suerte, el blog se fue desarrollando y creció mucho. Cuando trabajé en Pura Ciudad, quisieron asociar al Caleidoscopio a su web pero preferí no mezclar ambos mundos. El Caleidoscopio me brinda la independencia que solo un blog te permite tener.
Sos de ver una gran cantidad de obras y luego realizar la crítica en tu blog. ¿Tenes pensado dirigir o escribir teatro?
Es una idea que se me ha cruzado en los últimos tiempos. Tengo cuentos cortos escritos e historias diversas pero no sé si son dignas que ocupen un lugar en una cartelera a la cual, justamente, critico que haya mucha obra que no es ni siquiera “un work in progress”.
¿Qué obras de la cartelera recomendarías?
Estrenos de este año, recomendaría Todas las cosas del mundo y Nerium Park. También “Bufarra”, Negro, animal, tristeza y La Fundación. Ah! En el Cervantes, muy recomendable “Tarascones” y en el Teatro del Pueblo La denuncia. En lo que serían puestas que vienen de hace algunos años, me parecen indispensables El Bululú, Terrenal y Fidel-Fidel. Conflicto con la prensa”.
¿Qué opinión tenes del periodismo actual?
Creo que el oficio del periodista ha dejado su lugar a “gente que cuenta lo que ve”. Soy de los que piensa que el periodista debe ser una persona inquieta, que se hace a través de la investigación así como del “ensuciarse” y caminar las calles. Siempre recuerdo una anécdota que me pasó en NU. Había un chico que estaba en la sección “Política”. Acababa de terminar de arreglar una nota con un político y pregunta muy suelto de cuerpo “¿Alguien sabe dónde queda la calle Balcarce?”. En este tipo de situaciones, me acuerdo de los Redondos cuando cantaban sobre “los que se vuelven potros sin galopar”. Hay mucho narrador de noticias, obsecuente que le parece todo lindo y bueno y que hablan con errores de ortografía. Pero periodistas, pocos!
¿Qué pensas de los críticos teatrales? ¿Qué ocurre cuando ves un espectáculo que no te gusta?
Es un poco la extensión de lo que había dicho antes del periodismo. Por eso, me molesta mucho que haya tantos “megusteadores seriales” que usen sus medios –blogs, páginas web- para convertirse en obsecuentes que solo quieren quedar bien con todo el mundo para que los sigan invitando a estrenos, en vez de hacer periodismo de manera seria y comprometida. Soy reiterativo pero sostengo que el periodismo no puede convertirse en una ONG de egos y sensibilidades de variada índole sino en mantener el juicio crítico con respecto a lo que se ve, con las herramientas de siempre: conocimiento, honestidad, seriedad y capacidad de análisis. Cuando veo un espectáculo que no me gusta, salvo que esté trabajando para un medio determinado que me pida sacar todo lo que veo, no escribo nada. Hay colegas que no escriben sobre lo que no les gusta porque lo consideran una pérdida de tiempo. Es entendible en tanto uno trata de usufructuar el tiempo de la mejor manera posible. Entre escribir sobre algo realmente destacable o un bodrio, creo que no hay mucho por discutir…salvo que sea un cascote de calle Corrientes que viene con toda la prensa hegemónica fogoneándolo como si fuera el disco perdido de The Beatles por el simple hecho que tiene a algún actor/actriz popular/intocable. En ese caso, lo hice. Como decía una publicidad, “cortala con tanta dulzura”…y obsecuencia. A esto, hay que sumarle que casi nadie se banca una crítica negativa. Me he dejado de hablar con gente a la que estimaba porque no les gustó la devolución que les hice de una obra. Mala suerte pero bueno... Así que, si al día de hoy fui a ver una obra desde hace más de veinte días y no salió nada, es porque no me gustó. Si se piden explicaciones al respecto, báncate la devolución. El ego y las sensibilidades….que formen parte de la sesión de terapia y no de una charla con un periodista.
¿Qué objetivos tenes dentro del periodismo?
Crecer día a día. Para mí, la esencia es fundamental. Es aquello que no puede corromperse si queres ser creíble. Podrás tener coincidencias o no con la gente pero que nadie piense que sos un chanta.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Difundir en todos lados “50 Años Rock”. Más allá que uno lo haya hecho, creo que es un trabajo que brinda un manto de verdad a partir de la voz de los músicos. Después, seguir escribiendo y aprendiendo. Seguir capacitándonos día a día para crecer en nuestro trabajo periodístico.
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