martes, 2 de agosto de 2016
Juan Pablo Gómez: “A medida que avanza el texto, el lector se va dando cuenta de que Hernán es un narrador poco confiable”
El escritor Juan Pablo Gómez publicó la novela Instinto domiciliario a través de Santiago Arcos editor y estuvo hablando con Entre Vidas acerca de dicha publicación en la que el protagonista Hernán decide no volver a salir de su PH y esa tranquilidad se termina cuando regresa su tía.
¿Tenés algún ritual en el momento previo a escribir?
Ir a un bar. Tengo una variedad importante por mi zona y, según el estado de ánimo, voy a uno más o menos ruidoso. Por supuesto, no puede faltar el café con leche y la medialuna, sin eso me resulta imposible arrancar.
¿Con qué frecuencia escribís?
Bastante seguido. Si al final del día no tengo escrito al menos un par de renglones, siento que el día está perdido y me pongo de malhumor.
¿Cuál fue la imagen disparadora de tu novela Instinto domiciliario?
El aburrimiento. Me pregunté qué podía pasar con una persona inaburrible, lo cual en nuestra sociedad es una rareza. La tesis de mi carrera abordó el tema del aburrimiento porque siempre me interesó ese estado del espíritu y su contrario. Un ser inaburrible se basta a sí mismo y puede vivir en su espacio mental, en su aislamiento territorial que, en el caso de Hernán, es su PH.
¿Cómo te llega la posibilidad de publicar con Santiago Arcos editor?
A Miguel lo contacté por Facebook, leyó la novela, le gustó y la publicó. Es un editor muy lúcido y, sobre todo, un gran amigo. No tengo más que palabras de agradecimiento hacia él.
¿Para el que todavía no leyó tu novela, qué podrías adelantar de la historia?
Un día Hernán decide no volver a salir de su PH. La rutina domiciliaria se reduce a esas cuatro paredes del PH donde cree tenerlo todo, donde no existe el aburrimiento, el crimen ni el castigo. Toda esta armonía se rompe cuando su tía regresa al departamento.
¿Qué tenés del protagonista de la novela?
De mí debe haber heredado alguna de sus obsesiones.
¿Con qué obstáculos te encontraste al escribir la historia?
A medida que avanza el texto, el lector se va dando cuenta de que Hernán es un narrador poco confiable, no se sabe hasta dónde es verdad lo que está contándonos. Pero creo que él tampoco lo sabe con certeza, por eso se genera empatía con el personaje. Traté de no caer en la tentación de hacerlo hablar más de la cuenta, de reducirlo a su pequeño mundo y mantenerlo en su jaula.
La contratapa del libro fue escrita por los prestigiosos escritores Leopoldo Brizuela y Carlos Chernov. ¿Qué devolución tuviste de parte de ellos? ¿Cómo se dio el acercamiento para que escribieran algunas palabras del libro?
Carlos fue uno de los miembros del jurado que premió la novela y, además de escribir el comentario, estuvo en la presentación lo que fue una gran sorpresa y siempre le estaré agradecido. Leopoldo, además de ser un enorme escritor, es un amigo generoso, y realizó la presentación del libro en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes. Ese día llovió a cántaros, como nunca, hubo calles inundadas y árboles caídos, todos estábamos empapados. Fue una presentación épica.
¿Tuviste algunas novelas del género de thriller psicológico que te hayan servido como ejemplo para la escritura de la historia?
No particularmente. Cuando puedo, siempre releo alguna página de Di Benedetto, Coetzee, Onetti o Gombrowicz para refrescar un poco la mente.
¿Qué cambió tras el premio que te otorgó la Dirección de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires?
Me dio la oportunidad de publicar la novela y de confirmar que no está tan mal lo que escribo. Más allá de eso, no cambió nada.
¿Qué posibilidad hay de llevar Instinto domiciliario al cine?
¡Me encantaría, escucho ofertas!
¿De qué temas te nutrís para desarrollar tu literatura?
De mis lecturas, pero sobre todo de escuchar a la gente. Cuando voy a un bar suelo estar con el oído atento, siempre aparece algún conflicto interesante sobre amor, negocios, familia, etc. Y mis personajes se van armando a partir de esa paleta.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Escribir, publicar y, eventualmente, ser leído.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Tengo una novela terminada y estoy en tratativas con un par de editoriales para publicarla. Además estoy por la mitad de otra. Ojalá que los dedos sigan escribiendo, porque en definitiva las palabras salen de ellos.
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