El escritor Ariel Urquiza habló con Entre Vidas de su flamante libro de cuentos No hay risas en el cielo publicado por la editorial Corregidor y adelantó que su nuevo libro transcurre a lo largo de la noche y su protagonista es un actor que paradójicamente no actúa.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Un café, no más rituales que ese.
¿Con qué frecuencia escribís?
Cuando estoy en medio de un texto de cierta longitud, suelo escribir diariamente. Dos, tres, cuatro horas. En algunos casos más. Lo mismo cuando estoy en el período de rescritura de capítulos o secciones que quiero mejorar. Pero cuando recién empiezo un texto todo es más lento y me cuesta más. Puedo pasar semanas o incluso meses sin escribir, o escribir un par de horas un día y recién retomar varios días después.
¿Cómo fue el proceso de selección de los relatos que aparecen en tu libro No hay risas en el cielo?
Fue después de terminar el segundo cuento que decidí escribir una serie de historias relacionadas entre sí. De a poco fui armando un rompecabezas en el que cada cuento era una pieza. Hubo, sí, un par de cuentos que dejé afuera porque no me convencían. Y también otros cuatro o cinco cuentos que quedaron por la mitad. De hecho, el primer cuento de la serie nunca lo terminé de escribir. El disparador de ese cuento había sido una imagen que había visto en Internet: dos soldados de un cartel que habían sido acribillados y cuyas manos se rozaban, como si uno hubiera buscado la mano del otro antes de morir. Creo que podría decir que de esa imagen nació todo. Pero el cuento que había empezado a delinear a partir de esa imagen nunca pude cerrarlo. Llegó un momento en que me pareció que no tenía sentido, porque el conjunto de cuentos habían ido en otra dirección y esa primera pieza ya no encajaba.
¿Por qué decidiste ponerle ese nombre al libro?
La verdad es que no se me ocurría ningún nombre. Un día estaba revisando cuentos míos viejos, cuentos que con el tiempo fui desechando, y encontré uno que se llamaba así. Y decidí usar ese título para el libro.
¿Cuál es tu relato preferido del libro y cuál el que destacan los lectores?
Mi preferido podría ser el último: “Buscar una sombra”. Y también “¿Por qué estamos aquí?”, que tal vez no sea de los mejores pero me simpatiza el cambio que se produce en la mitad. Que cambie completamente de dirección. El gusto de los lectores está dividido. Todos me nombran un cuento diferente.
¿Cómo fue el trabajo en cuanto a los diálogos y al dialecto mexicano que aparecen en los textos?
Los diálogos simplemente se me presentan. Tengo a los personajes, al menos un esbozo, y los escucho hablar. Los dejo fluir. A menudo terminan siendo diferentes a como los imaginaba en un principio. La idea es dejarlos ser, no juzgarlos. No usarlos para bajar línea ni nada de eso. Es más bien como espiar en una habitación. Y en cuanto a los modismos mexicanos, fue complicado. Muchas de las expresiones las conocía de la época en que trabajé dando servicio técnico a clientes mexicanos. Otros, los más relacionados con el mundo del narcotráfico, los tomé de documentales, de películas, de foros de Internet, de libros.
¿Cómo surgió la posibilidad de publicar el libro con la editorial Corregidor?
Por medio de Nicole Witt, mi agente literaria. Ella se conectó con Corregidor y les acercó mi libro. Cuando Nicole me dijo que en Corregidor estaban interesados, no lo dudé.
¿Por qué decidiste que el libro tenga como uno de los temas predominantes el del narcotráfico? ¿Qué trabajo de investigación realizaste?
Como decía antes, todo surgió de un cuento. Un cuento que de hecho nunca terminé de escribir. Pensaba que en el mejor de los casos iba a ser un cuento aislado, pero terminó dando lugar a una serie de relatos. En algún punto pensé en escribir una novela, pero el formato de una serie de cuentos se adecuaba más a lo que tenía en mente. Además, con los cuentos podía ir armando una historia más amplia, pero al revés no iba a ser posible. Lo que más investigué fue la forma de hablar de los personajes. Tanto en lo que refiere a los modismos mexicanos y peruanos como al registro de algunos de los personajes. O ciertas expresiones propias del ambiente. Pero por otro lado, la idea no era hacer un libro que fuera un espejo de la realidad del mundo del narcotráfico. Más bien quería usar ese contexto para dar lugar a historias de situaciones límites. El mundo del narcotráfico en cierto modo es un pretexto. Es el escenario que da lugar a que la ficción ocurra. Tal vez algunas personas piensen que escribir un libro relacionado con el narcotráfico sin ser un verdadero conocedor es un error, pero yo creo que si uno quiere investigar sobre el narcotráfico y llevar ese mundo a un libro, lo mejor sería escribir una crónica, una investigación, o a lo sumo una nonfiction basada en hechos reales. Mi intención era otra. Por dar un ejemplo, y sin ninguna intención de establecer comparaciones, no creo que Borges investigara sobre los malevos para escribir sus cuentos. Nada más lejano a su mundo. Pero él extrapolaba esa realidad a su literatura para crear ficciones.
En el libro aparecen temas como el machismo, la traición, etc. ¿Qué temas de los que todavía no escribiste tenés pensando hacerlo a futuro?
El machismo y la traición no podían faltar, dada la temática. Pero no son temas recurrentes en mi escritura. Un par de temas que me interesan son la identidad y los rituales que establecemos para maquillar el sinsentido.
¿Qué libros o autores recomendarías?
Los últimos 5 libros que leí me gustaron mucho: Magnetizado de Carlos Busqued, Deslinde de Debret Viana, Black Water de Joyce Carol Oates, Shunga de Martin Sancia Kawamichi y La convención de Débora Mundani.
¿Qué podés adelantar de tu próximo libro?
Es una novela en la que todo transcurre a lo largo de una noche. El protagonista es un actor. Paradójicamente es un actor que no actúa. Y no me refiero al hecho de que hace un tiempo que no interpreta ninguna obra, lo cual también es cierto, sino a que se deja llevar por la situación sin actuar, sin hacer nada para enderezar su destino. Y al mismo tiempo se lo puede ver como un actor de tiempo completo que sufre una rara forma de deformación profesional.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Tengo una novela dando vueltas por ahí. Es un poco escurridiza. Y también hay un proyecto de obra de teatro. Un unipersonal. La protagonista es una mujer de mediana edad.
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