sábado, 30 de julio de 2016

Gabriela Larralde: “Me gustan los detalles que te pueden salvar”




La escritora Gabriela Larralde publicó el libro de cuentos Soluciones quirúrgicas con la Editorial Zona Borde y estuvo hablando con Entre Vidas acerca  de los temas que la obsesionan y que sirvieron para desarrollar cada una de las historias.




¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
No, ninguno. En general cuando me siento en la computadora ya voy con algo escrito en algún papel o en el celular porque mis comienzos de cuento, poema o capítulo de novela no suceden nunca frente a una computadora.

¿Por qué decidiste ponerle a tu libro Soluciones quirúrgicas?
Porque resume la búsqueda de todos los cuentos. Todos son intentos de soluciones, pero soluciones quirúrgicas. Que implican que lo que se soluciona no es que se arregla o vuelve a estar como estaba, sino que cambia su estructura, su fisionomía, y ya no vuelve a ser lo mismo. Soluciones Quirúrgicas, es el slogan de una marca, Cedex, que lleva el casco del padre médico y conductor de tc pista de la protagonista del cuento con ese nombre. Es una empresa que existe y vende productos como clavos quirúrgicos para cirugías. Un clavo es una solución quirúrgica, soluciona, pero un fémur no vuelve a quedar nunca como antes, el operado puede caminar y tener una vida normal, pero ahora lleva un clavo adentro de su cuerpo. Nunca más vuelve a ser el mismo. Me interesan esas transformaciones cuando hablamos de solución.  A veces una solución es temporaria, errática, frágil, injusta, pero es igual algo que se resuelve de algún modo.

¿Cómo surge la posibilidad de publicar con la Editorial Zona Borde?
Le mandé el libro a Laura Massolo justo cuando ella se estaba por ir de otra editorial, yo no lo sabía. Le gusto y me dijo que la esperara, que quería que Soluciones fuera parte del catálogo del primer año de su nueva editorial, Zona Borde. Así que la esperé porque su lectura del libro fue muy enriquecedora y salió felizmente por un sello que ya tiene muy buenos autores y autoras.

¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos que forman parte del libro?
El libro originariamente tenía once cuentos que respondían a ese paraguas de Soluciones Quirúrgicas, tenía otros pero no planteaban ese quiebre que para mí era importante. Mis editores, Massolo y Burzi me pidieron uno más, querían doce, porque mis cuentos son cortos. No tenía escrito ninguno que quisiera incluir así que escribí Juntos y solos. Creo que pude hacerlo en poco tiempo porque ya en ese momento tenía muy en claro el universo del libro. De otra manera, es muy difícil sumar cuentos como caramelos.

¿De qué te nutriste para escribir las historias?
De los temas que me obsesionan. A veces son pequeñas cosas, un gesto, una persona, una situación. Son cuestiones a las que le dedico mucho tiempo en mi cabeza por algún motivo que no sé cuál es. Entonces empiezo a escribirlas para sacármelas de la cabeza y de esa forma, a veces, entiendo un poco por qué me obsesionaban tanto y se van. Otras veces, no se van y es peor porque con la publicación te empiezan a preguntar por ellas.

La contratapa del libro fue escrita por el prestigioso Pablo Ramos, ¿cómo llegaste a él y qué fue lo que te dijo cuándo le hiciste la propuesta?
Pablo fue y es mi maestro porque esas relaciones no desaparecen. Un maestro es lo mejor que te puede pasar, en muchos ámbitos, en la escritura sobre todo. Trabajé el libro de cuentos en su taller de los miércoles con grandes compañeros escritores que también están publicando o por publicar. No recuerdo cómo se lo pedí, recuerdo que me abrazo.

En el cuento Como si estuviéramos en Moscú se narra el momento final de una pareja  en la noche de Navidad. ¿Cómo nace la idea de esa historia?
Me gustan las cosas que pasan en Navidad y si es un desencuentro, mejor. Sobre todo porque esa historia tiene después un encuentro, tal vez muy sutil y volátil, pero que termina siendo más importante para la protagonista que su crisis anterior. Me gustan los detalles que te pueden salvar. ¿Y si nace de algún lado? Claro, a mí me salvan detalles.

¿Cuál es tu cuento preferido del libro y cuál es el que más te destacaron los lectores?
No tengo un cuento preferido. Me gustan los preferidos de otros porque me permite pensar por qué esa persona eligió ese cuento mío ¿Qué me dice de él o de ella? En general destacan: La cocina estaba azul (Eterna Cadencia lo publicó en su blog); Eliseo Ryazan (Lo van a realizar en el programa Animal que cuenta, por Canal Encuentro este año) y los dos que vos nombras: Soluciones Quirúrgicas y Como si estuviéramos en Moscú (cuento que el director de cine Mariano Toledo quiere hacer corto).

¿Qué objetivos te fijaste dentro del ambiente literario?
Ninguno. Quiero escribir y que me publiquen obviamente. Pero creo que si el libro es bueno me publicaran eventualmente, si el libro no es bueno, mejor que no me publiquen! Seguiré escribiendo y así.

¿Qué otros proyectos tenés?
Ahora estoy escribiendo una novela. Ese es el proyecto más importante. Pero hay otros, doy clases en la carrera de escritura de la Universidad Nacional de las Artes, tengo mi taller particular, organizo un ciclo de lecturas de poesía junto a Carolina Giollo que se llama Rumiar Buenos Aires. Soy la encargada de comunicación de la Red Federal de Poesía, tengo algunos proyectos audiovisuales propios, uno para este año… Varias cosas que tienen siempre como base la escritura.



lunes, 25 de julio de 2016

Alberto Badino: “El Espectador es un libro que intenta acortar la distancia entre lo que narra y el lector, busca incluso involucrarlo y hacerlo reflexionar”




El escritor Alberto Badino estuvo hablando con Entre Vidas acerca de su novela El espectador publicada bajo el sello de Ediciones La parte maldita, en la que el protagonista Juan es un mero espectador de su vida. El autor dialogó también de la posibilidad de llevar la historia al cine y de su novela inédita Nina.



¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
A mí me parece que no invento las historias, sino que las sigo. Veo un tipo caminando por la vereda de enfrente y algo se me dispara; ¨un hombre camina de noche por una vereda oscura, en la calle reina un silencio casi absoluto, al pasar frente a una obra escucha que alguien le pide ayuda, mira por entre las tablas de madera, hay un hombre herido que lo llama. Yo sigo lo que va pasando en esa historia, no como observador sino que estoy ahí y escucho el sonido de la bisagra cuando abro la puerta de madera, hasta que me llaman a comer o freno brusco para no chocar con el auto de adelante. La historia sigue y a veces tiene un final, (no siempre), cuando termina la evalúo si me parece que puede servir para algo la corrijo mentalmente. Queda en mi cabeza y puede pasar mucho tiempo hasta que la escribo. Cuando me siento a escribir transcribo en palabras esas imágenes o esa historia que de alguna manera viví.

¿Cuál fue la imagen disparadora de tu libro El espectador?
La imagen fue muy clara, era un hombre mirando desde lejos una fiesta, lo que hice fue representarla en la tapa del libro. Es un hombre que; "desde la oscuridad, mira hacia las luces, ve las mesas con los manteles bordados y las personas sirviéndose comida en los platos de losa, las personas que son su familia pero desde ahí, parecen actores en un escenario iluminado".

¿Cómo te llega la posibilidad de publicar con Ediciones La parte maldita?
Publicar el libro no fue fácil, varias veces estuve por abandonar. Una editorial importante me tuvo un año dando vueltas haciendo interminables antesalas que no hubiese hecho por ganar el mejor trabajo de ingeniería, al final dijeron que no lo iban a publicar por un recorte de presupuesto. Después recorrí unas cuantas editoriales, grandes medianas y chicas, las respuestas eran; no aceptamos libros de autores desconocidos, o, déjalo si querés, pero tenemos material pendiente desde hace más de dos años que todavía no leímos y me señalaban una pila de libros algo inclinada cubierta de polvo. Daba pena abandonar ahí mi libro, dejarlo en esa oscura soledad. Una vez se me ocurrió una idea creativa, pensé en dejar el libro con un chocolate, dije que era para que leyeran 10 páginas y me dijeran que les parecía. Perdí cuatro chocolates. Ediciones La Parte Maldita la conocí a través de Mauricio Koch que había publicado ahí. Mauricio no solo es un amigo sino que insistió muchas veces que no podía dejar el libro sin publicar y siempre que estaba por tirar la toalla él me daba ánimos, aprovecho acá para agradecerle por su  apoyo e invalorable ayuda.

¿Para el que todavía no leyó tu novela qué podrías adelantar de la historia?
El Espectador es un libro que intenta acortar la distancia entre lo que narra y el lector, busca incluso involucrarlo y hacerlo reflexionar. Considero que todos tenemos algo de espectadores, todos en algún momento nos ha costado decir lo que pensamos o reaccionar a ciertos estímulos, todos hemos tenido en nuestra infancia momentos de incomprensión y desamparo, si bien cada uno en distinta medida, el libro intenta captar esa empatía con el aislamiento que cada uno lleva dentro.

¿Qué tenes del protagonista Juan? ¿En quién te inspiraste para crear al personaje?
Es un libro que tiene muchos elementos autobiográficos y me inspiré en mí mismo y en muchas cosas que me pasaron para escribirlo. Es un intento mostrarse al desnudo, de caminar sin red, de conjurar mis propios demonios. Pero el personaje una vez creado empezó, (como mi mujer) a no hacerme mucho caso, a ser independiente a buscar su propio camino  y ahí empecé a seguirlo para ver a dónde me llevaba. Y después fueron años de ajustes y correcciones hasta que me conformó (o agotó) el resultado.

¿Con qué obstáculos te encontraste al escribir la historia?
Ponerse a uno mismo como protagonista tiene pros y contras. Muchas veces me dijeron, o me dije a mí mismo; ¡no vas a contar eso! Hubo vergüenza propia y ajena que vencer. Sumergirse tan adentro del personaje y la historia  hace que sea difícil tomar la distancia necesaria para poder corregir. Muchas veces escribir fue doloroso. Tuve una gran ayuda de mis amigos del taller y de mi maestra Liliana Heker, que con paciencia de chinos escucharon cada uno de los capítulos y aportaron sus correcciones o comentarios, que muchas veces no me gustaron o me irritaron, pero fui tomando nota y dejé pasar el tiempo para poder valorar esos aportes.

¿Qué buscaste al escribir capítulos cortos?
Suelo ser muy concreto, y buscando las adecuadas, se pueden decir muchas cosas que tengan profundidad, con pocas palabras. Me parece que los capítulos cortos le dan agilidad a la lectura. Traté que no hubiese nada de más. Traté también de que cada capítulo se desarrollase como un cuento, con su estructura y su desenlace.

¿Cómo te definirías como escritor?
Me definiría como alguien que sigue aprendiendo. A veces me surgen inevitables comparaciones con escritores que conozco y admiro su cultura, la cantidad de libros que leyeron y su memoria. Yo no alcancé a leer ni la cuarta parte y mi memoria es mala, así que para hacer algo medianamente bueno me tengo que esforzar más.

¿De qué trata tu novela inédita Nina?
Nina trata sobre lo inevitable; está narrada a través de un personaje que es consciente de que  está actuando de manera incorrecta pero no puede cambiarlo. ¨Me transformé en una persona poco creíble, incluso para mí mismo¨. Daniel es un hombre en crisis; ¨Me acercaba a los cincuenta y me sentía vencido; trabajaba a desgano en algo que no me interesaba y con mi mujer, mantenía una relación seca y distante¨ hasta que conoce a Nina, la novia de un amigo con la que empieza a intercambiar mails. ¨Al principio me pareció una pesada, me hartaba con sus preguntas,y, aunque a veces no le contestaba, sus mails siguieron llegando.  …al final empecé a esperarlos¨. Nina conseguirá que todas sus crisis se agudicen, con su mujer, con su amigo, con su trabajo y Daniel se preguntará; ¨será esto la felicidad¨. Nina trastoca todo su mundo, lo saca de quicio; la pregunta es si Daniel logrará finalmente volver a encontrar algún tipo de equilibrio.


Escribiste el guion de tu novela “El espectador”, ¿qué posibilidades hay de que la historia llegue al cine?
Escribí el guion, no fue un trabajo simple porque es un idioma completamente distinto. Tuve que modificar muchas partes, también el final. Ayudó que lo que escribo siempre parte de una imagen que traduzco a palabras, escribir el guion fue hacer el camino inverso. Este año estoy haciendo un curso de Desarrollo de Proyectos que termina con una carpeta para presentar en el INCAA y con un pitching con productores que van a escuchar los proyectos. Soy ingeniero y si tuviese que calcular la probabilidad de que la historia llegue al cine diría que es muy baja. Pero igual, vale la pena hacer el intento.

¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
Lo que a mí me apasiona es contar historias, pero siempre me costó pertenecer a un ambiente, cualquiera sea, siempre tuve la sensación de ser un sapo de otro pozo.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Actualmente estoy trabajando en la carpeta del guion de El Espectador, hicimos un teaser de un minuto con mis hijos que estudian cine. https://youtu.be/I3ihrB96rCw
Un cortometraje que hicimos también en familia está en el Festival de Mar del Plata así que estoy cruzando los dedos. Estoy corrigiendo a Nina (que no es lo mismo que educando a Nina).
Tengo varios cuentos dando vueltas: "Un hombre empieza a sentir un zumbido en su oído. Cuando se hace ver le dicen que es un acufeno y que es incurable. El hombre tiene que vivir las  24 horas de sus días con ese zumbido que crece. Que le produce una irritación que a veces no pude controlar.
Solo cuando bebe suficiente whisky el sonido casi desaparece…".



jueves, 21 de julio de 2016

Diego Bojanich: “La idea de la novela era que no te deje respirar”




El escritor Diego Bojanich publicó la novela Cachetada a través de la Editorial Engranajes de la Cultura. En ella, el autor aborda el tema de la violencia de género pero desde la mirada del golpeador. Hablamos acerca de su debut en el ambiente literario y de las repercusiones que trajo dicha historia.


¿Tenés algún ritual en el momento previo a ponerte a escribir?
Por lo general intento hacerme de un espacio en donde pueda escuchar música. Para esta novela en particular tenía un set de canciones que removían algo en el pecho y me ponían en sintonía con la voz del personaje o el mensaje que quería transmitir.

¿Cuál fue la imagen disparadora de tu novela Cachetada?
Ni una menos. La marcha fue una manifestación social enorme. Me parece tremendo que un reclamo como el que se llevaba adelante fuera ignorado por la sociedad en su conjunto durante tanto tiempo. Una marcha que hace cincuenta, veinte o diez años hubiera sido imposible.

¿Por qué decidiste escribir la novela desde el punto de vista de un golpeador?
Lo primero que pensé cuando vi la marcha por televisión fue en que el golpeador no debía estar enterado de que se estaba llevando a cabo. Que probablemente la mujer de ese personaje estuviera siendo golpeada en ese instante. Esa imagen fue el primer párrafo y de ahí en más se empezó a armar todo.

¿Con qué obstáculos te encontraste al escribir la historia?
Por suerte con ninguno. La historia salió desde las tripas y creo que la clave fue no tener ni hacer planes al respecto. Personalmente me saqué todos los prejuicios de lado y dije lo que tenía ganas de decir, algo fundamental a la hora de escribir.

La novela la trabajaste en el taller literario de Luis Mey, ¿cómo fue esa experiencia? ¿Qué sugerencias consideras que fueron fundamentales para desarrollar la historia?
El taller con Luis Mey fue genial. En mi caso, por la distancia, virtual. Pero siempre estuvo muy presente con respuestas precisas y claras. Todas las semanas le enviaba texto y a los dos días tenía su devolución. Lo fundamental es que me ordenó y me dio conducta para escribir todos los días.

¿Cómo se dio la posibilidad de publicar la novela?
La noche que terminé la novela se la mandé por mail a Luis Mey y cuando me levanté a la mañana tenía un comentario en Facebook donde la recomendaba a unos editores. Después de eso se contactaron tres editoriales. Una de ellas con quien publiqué, Engranajes de la Cultura.

¿Cómo surgió la decisión de escribir capítulos cortos?
La idea de la novela era que no te deje respirar. Que sean piñas a estómago y te saquen el aire. Eso solo podía funcionar con capítulos cortos. Además una vez que encontré la voz del personaje no había manera de que fuera de otra forma.

¿Tuviste algún punto de referencia para crear al protagonista de Cachetada?
Ninguno, pero con las noticias de todos los días alcanzan y sobran para imaginar cómo puede ser una persona así.

¿Está en tus planes escribir una segunda novela pero desde la mirada de la víctima?
La idea está. El tema es ver cuál de todas las víctimas. Porque la violencia que ejerce el protagonista es hacia todo su entorno.

¿Qué repercusiones tuviste al escribir una historia acerca de la violencia de género?
Muchas. Desde mujeres que me cuentan que no pueden seguir leyendo porque se atragantan en llanto hasta otros que se desalentaron cuando les conté que no era autobiográfico.

¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
Escribir y ser leído. Lo primero lo hago todos los días. Lo segundo lo voy consiguiendo de a poco.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy trabajando con varios proyectos a la vez. Soy de aburrirme rápido así que me sirve para mantenerme activo. Mis intereses están en los bajos mundos. Cuando se levanta un edificio yo siempre me fijo a quién le tapa el sol. Hacia ahí miro yo. Esas son mis historias.

lunes, 18 de julio de 2016

Alejandro Galay: “Lo entrevisté a Fogwill en el 2005 y me contó off the record la historia de cuando había estado preso”




El escritor Alejandro Galay habla de su libro de cuentos Pánico de trinchera publicado con la editorial Zona Borde. Entre los relatos que se destacan se encuentra Fragmento de un lince, cuya historia nace tras una charla off the record con el escritor Fogwill. Además, hay otros cuentos destacables como Muerto él, El censista e Historia de un amor solito.




¿Tenés algún ritual en el momento previo a escribir?
No, nada especial, aunque el mate podría ser. Tenía cuando fumaba. Prendía un cigarrillo hasta para escribir un mail.

¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
Mmm... no sé... mi vieja es licenciada en letras y profesora de teatro, mi casa estaba llena de libros, un poco por ahí viene la cosa, se me ocurre.

¿Por qué decidiste ponerle a tu libro de cuentos Pánico de trinchera?
Un viejo medio milico que laburaba conmigo hace muchos tiempo tenía un problema con los gerentes de la empresa y antes de ir a enfrentarlos por un problema me dijo que había "pánico de trinchera"... Nada... buen título para un libro, pensé.

¿Cómo surge la posibilidad de publicar con la editorial Zona Borde?
La contacté a Laura Massolo a través de Orlando Echeverri, escritor colombiano que ganó el premio nacional de Colombia y creo que fue finalista del premio Clarín. Ahora vive en Barcelona o se mudó a Tailandia, algo así...

¿Cuál es tu cuento preferido del libro y cuál es el que más han destacado los lectores?
Muerto él, me dicen mis amigos... Yo no sé, los tuve que releer tantas veces durante la corrección que perdí afección con todos... con el tiempo la voy a recuperar.

¿De qué temas te nutriste para escribir los diez cuentos que aparecen en el libro?
Es que pasaron tantos años entre el primero y el último que ya no recuerdo qué ideas tenía cuando escribí los primeros, porque era muy chico, ni tampoco los que vinieron más tarde... No es que yo los escribí, los entregué y los publicaron al rato; por el contrario, los fui almacenando con los años en varios discos rígidos, pc y notebooks de por medio, hasta que se dio la chance. En rigor, tenía varios más que con la editorial fuimos descartando.

¿Cuál fue la imagen disparadora del cuento Fragmento de un lince en la que un preso desarrolla un monólogo en la cárcel?
Lo entrevisté a Fogwill en el 2005 creo que fue, para una revista, y me contó off the record la historia de cuando había estado preso: de ahí saqué lo del pollo que le manda la madre y se lo comen los presos, lo mismo que lo de las horas en la memoria que va llenando con versos, eso me lo contó todo él, que recitaba a Eliot y tenía como 4hs de memoria ocupada en la cabeza, un cálculo rarísimo... Ese cuento entró por la ventana, no iba a ser parte del libro. Lo pusimos porque está esa oralidad que rompe con el tono de los otros, para variar un poco.

Entre los temas que abordas en el libro se encuentra la necrofilia en el cuento Manotas. ¿En quién te inspiraste para escribir esa historia?           
Era un sub-relato dentro de otro bastante más largo (sobre el mito de Narciso) que resultó ser un engendro que hubo que abortar, muy digresivo al pedo, en el peor sentido, Una amiga que lo leyó me dijo: "el cuento es una mierda pero la pequeña historia de Manotas puede rescatarse y hacer un cuentito con eso”. Y así fue.

¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
Por lo pronto ninguno.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Una novelita con editorial Malisia de La Plata.



Daniel Gaguine: “Nunca nos interesó el chusmerío al cual muchos músicos le temen y desconfían, con justa razón”




El periodista Daniel Gaguine habló con Entre Vidas respecto a su libro 50 años rock, lado A en la que junto a Miguel Ángel Dente y Matías Recis investigaron acerca de cincuenta bandas fundamentales del rock argentino. Además, el también crítico teatral nos dio su opinión del mundo que vive el teatro y nos contó los comienzos de su flamante página de cultura El Caleidoscopio de Lucy.



¿Qué podes adelantar del libro 50 años rock, lado A?
Es un libro hecho con la idea de retomar la voz de quienes hicieron la historia del rock argentino a partir de sus propias voces. Hubo demasiados intermediarios en la comunicación de los hechos y mucho mito que se transformó en una verdad no escrita ni confirmada. Ahora, charlando los músicos, mostramos algunas cuestiones que quedaron soslayadas a través del tiempo.

¿Con qué dificultades se encontraron?
Algunos músicos son reacios a hablar de su “pasado” pero, en la gran mayoría, pudimos recabar los testimonios. Es una gran pena el hermetismo que tienen muchos. Negar un pasado riquísimo al cual le deben el reconocimiento que tienen es una lástima. Además, en el caso nuestro, siempre apuntamos a lo musical. Nunca nos interesó el chusmerío al cual muchos músicos le temen y desconfían, con justa razón.

¿Cómo surge la propuesta de escribir el libro?
Conocí a Miguel Ángel Dente para la época en que sacó el libro Un dios aparte sobre Charly García. Enseguida, conseguí Ticher de luz que giraba en torno a la vida de Luis Alberto Spinetta. En ese momento, estaba trabajando en una revista y le hice una nota sobre ambos libros. Creo que fue Matías Recis –a quien ya conocía- el que me pasó el contacto de Dente. Teníamos puntos en común sobre la música y aporté algunos datos para los libros de Pedro Aznar y Gustavo Cerati.  Con Matías sacamos el libro Metallica. Furia, sonido y velocidad cuando Dente nos cuenta su idea de hacer algo con los 50 años de rock argentino. Quería que hubiera periodistas escribiendo sobre 50 discos. Ahí surge la idea de entrevistar a los propios músicos y sean ellos los que hablen al respecto. ¡Qué mejor que un músico hablando de su propia obra! Fue ahí que empezamos a recorrer diversos lugares para entrevistar a todos aquellos que tuvieron relevancia en los discos y bandas seleccionadas.

Entrevistaron a muchas bandas de rock nacional, ¿alguna anécdota que puedas contar?
A ver…Más que nada son situaciones de mucha sensibilidad en algunos casos. A Jorge Álvarez lo fuimos a entrevistar al geriátrico en el que estaba viviendo. Nos atendió una enfermera y pregunta “¿Vienen a visitar al abuelo?”. Esa enfermera no tenía idea de quien estaba hablando, con toda la historia que tiene encima –más allá de las visiones encontradas respecto de su persona-. Con Pil quedamos en encontrarnos antes de un show en Villa Crespo. Fuimos un rato antes y no estaba. Empezamos a caminar con Matías por Corrientes y lo vemos venir, que venía de comer pizza en Corrientes y Scalabrini Ortiz. Hablamos y se acerca un chico que le dice “Pil, ¿sos vos? Por favor, dejame sacar una foto”. Tuvimos conversaciones que han durado más de dos horas (Federico Gil Solá, Mariano Martínez, Germán Daffunchio). Matías fue dos veces a entrevistar a Beto Zamarbide –justo me estaba mudando y no pude ir- y una sesión de charla y entrevista con Pablo Potenzoni (TTM) en General Rodriguez de seis horas. En mi caso, estoy en contacto con el primer manager de los Rolling Stones, Andrew Loog Oldham porque había sido productor de los Ratones Paranoicos. Andrew es toda una leyenda. Cada vez que recibo un mail suyo, me salta el “chico de Floresta” y me da una alegría tremenda. ¡Me escribe el ex manager de los Stones!

¿Cómo fue la experiencia de escribir el libro entre tres autores?
Tenemos los roles bien asignados. Con Recis buscamos y realizamos las entrevistas mientras que Dente se encarga de compilar la información y editar todos los reportajes que realizamos. Al día de hoy, tenemos muchísimo material el cual queremos sacar de diversas maneras. Muchos músicos hablando del contexto social en el que se vivía y dando info que, en algunos casos, fue omitida y/o “reversionada”. Sería un paso más allá de la música que, cruzándola con los diversos contextos, permitiría entender algunas cuestiones que nos atraviesan hoy en día.

¿Cómo fue el proceso de selección de bandas y discos que aparecen en la publicación?
Fue ameno aunque no siempre estábamos de acuerdo con los discos seleccionados. Inclusive con bandas que aparecieron y después, volaron. En el comienzo del libro hay un apartado llamado “Algunas consideraciones” donde se explican algunas cuestiones. Tal es el caso de la elección de Artaud como mejor disco de Pescado Rabioso aunque la banda ya estaba disuelta y Spinetta lo sacó con el nombre del grupo. Personalmente, me gustaba Pescado II como obra de la banda y ver como se incluía a Artaud en la lista, de alguna u otra manera. Con alguna banda, diferíamos en la elección del disco para destacar. Con Virus pasó eso al igual que con Soda en el que, cada uno postuló un disco diferente.

¿Cómo ves el momento actual del teatro?
Es un buen momento pero aunque hubo años mejores. Igualmente, hay que tener en consideración los diversos “teatros” que tenemos. El teatro “comercial”, el “oficial”, el “off” y denominaciones así. El otrora prestigio de la calle Corrientes ha quedado reducida a propuestas comerciales donde la calidad no es lo que prima. El fenómeno de Toc toc, la continuidad de Le Prenom y pará de contar. Además, ¿qué busca el público que va al teatro a la calle Corrientes? ¿A ver a sus estrellas de televisión más cerca? ¿Ir al teatro a ver a Susana Giménez haciendo de….Susana Giménez? Esto, sin contar el costo de las entradas que es una barbaridad. El teatro independiente sigue con sus propuestas aunque este año no es de los mejores. Hay una producción enorme pero, poniéndome en abogado del diablo, ¿está bueno que haya tanta oferta con espectáculos que no están para que salgan a la palestra? Sé que me pongo en un lugar incómodo pero hay muchas obras que no están a la altura de las circunstancias pero contratan prensa para que las difundan como si fueran geniales cuando…están lejos de ser potables. Después viene la crítica al periodista/crítico que le da con un garrote a una obra cuyo único mérito es que fue “hecha con amor y con todas las ganas”. Desde el momento que sacamos algo de las cuatro paredes de la casa y la sometemos al ojo de un público –al que le cobramos entrada-, debemos hacernos cargo de lo que exhibimos. Para bien y para mal. Por otra parte, estaría bueno que el público que quiera ir a ver teatro, deje sus pruritos y concurra a las salas independientes. Van a ver a ver algunas propuestas interesantes pero también deben indagar bien dónde ir. La persona que no es de teatro, va una vez y se come un bodrio, no vuelve más.

¿Cómo nace tu blog de cultura El Caleidoscopio de Lucy
El blog nace allá lejos y hace tiempo, en el 2010. Trabajaba en la revista Noticias Urbanas y me llegaba mucha información. Había hecho programas de radio en los que hablábamos de teatro y también…de música. Siempre fui un tanto melómano y de ir a recitales, por lo que conocía el paño. En NU esa sección le correspondía a una persona cuya único mérito era ser el hijo del dueño de la revista. Entonces, con mi pareja de ese entonces, se nos ocurrió hacer el blog, como una forma alternativa de sacar toda la info que me llegaba así como cubrir todo aquello que no entraba en NU.
Por suerte, el blog se fue desarrollando y creció mucho. Cuando trabajé en Pura Ciudad, quisieron asociar al Caleidoscopio a su web pero preferí no mezclar ambos mundos. El Caleidoscopio me brinda la independencia que solo un blog te permite tener.

Sos de ver una gran cantidad de obras y luego realizar la crítica en tu blog. ¿Tenes pensado dirigir o escribir teatro?
Es una idea que se me ha cruzado en los últimos tiempos. Tengo cuentos cortos escritos e historias diversas pero no sé si son dignas que ocupen un lugar en una cartelera a la cual, justamente, critico que haya mucha obra que no es ni siquiera “un work in progress”.

¿Qué obras de la cartelera recomendarías?
Estrenos de este año, recomendaría Todas las cosas del mundo y Nerium Park. También “Bufarra”, Negro, animal, tristeza y La Fundación. Ah! En el Cervantes, muy recomendable “Tarascones” y en el Teatro del Pueblo La denuncia. En lo que serían puestas que vienen de hace algunos años, me parecen indispensables El Bululú, Terrenal y Fidel-Fidel. Conflicto con la prensa”.

¿Qué opinión tenes del periodismo actual?
Creo que el oficio del periodista ha dejado su lugar a “gente que cuenta lo que ve”. Soy de los que piensa que el periodista debe ser una persona inquieta, que se hace a través de la investigación así como del “ensuciarse” y caminar las calles. Siempre recuerdo una anécdota que me pasó en NU. Había un chico que estaba en la sección “Política”. Acababa de terminar de arreglar una nota con un político y pregunta muy suelto de cuerpo “¿Alguien sabe dónde queda la calle Balcarce?”. En este tipo de situaciones, me acuerdo de los Redondos cuando cantaban sobre “los que se vuelven potros sin galopar”. Hay mucho narrador de noticias, obsecuente que le parece todo lindo y bueno y que hablan con errores de ortografía. Pero periodistas, pocos!

¿Qué pensas de los críticos teatrales? ¿Qué ocurre cuando ves un espectáculo que no te gusta?
Es un poco la extensión de lo que había dicho antes del periodismo. Por eso, me molesta mucho que haya tantos “megusteadores seriales” que usen sus medios –blogs, páginas web- para convertirse en obsecuentes que solo quieren quedar bien con todo el mundo para que los sigan invitando a estrenos, en vez de hacer periodismo de manera seria y comprometida. Soy reiterativo pero sostengo que el periodismo no puede convertirse en una ONG de egos y sensibilidades de variada índole sino en mantener el juicio crítico con respecto a lo que se ve, con las herramientas de siempre: conocimiento, honestidad, seriedad y capacidad de análisis. Cuando veo un espectáculo que no me gusta, salvo que esté trabajando para un medio determinado que me pida sacar todo lo que veo, no escribo nada. Hay colegas que no escriben sobre lo que no les gusta porque lo consideran una pérdida de tiempo. Es entendible en tanto uno trata de usufructuar el tiempo de la mejor manera posible. Entre escribir sobre algo realmente destacable o un bodrio, creo que no hay mucho por discutir…salvo que sea un cascote de calle Corrientes que viene con toda la prensa hegemónica fogoneándolo como si fuera el disco perdido de The Beatles por el simple hecho que tiene a algún actor/actriz popular/intocable. En ese caso, lo hice. Como decía una publicidad, “cortala con tanta dulzura”…y obsecuencia. A esto, hay que sumarle que casi nadie se banca una crítica negativa. Me he dejado de hablar con gente a la que estimaba porque no les gustó la devolución que les hice de una obra. Mala suerte pero bueno... Así que, si al día de hoy fui a ver una obra desde hace más de veinte días y no salió nada, es porque no me gustó. Si se piden explicaciones al respecto, báncate la devolución. El ego y las sensibilidades….que formen parte de la sesión de terapia y no de una charla con un periodista.

¿Qué objetivos tenes dentro del periodismo?
Crecer día a día. Para mí, la esencia es fundamental. Es aquello que no puede corromperse si queres ser creíble. Podrás tener coincidencias o no con la gente pero que nadie piense que sos un chanta.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Difundir en todos lados “50 Años Rock”. Más allá que uno lo haya hecho, creo que es un trabajo que brinda un manto de verdad a partir de la voz de los músicos. Después, seguir escribiendo y aprendiendo. Seguir capacitándonos día a día para crecer en nuestro trabajo periodístico.



sábado, 16 de julio de 2016

Estela Pérez Lugones: “Un honor para mí que una editorial como Sigmar haya valorado mi obra”






La escritora Estela Pérez Lugones obtuvo el Primer Premio Sigmar 2016 de Literatura Infantil y Juvenil con su novela Las voces del bosque y estuvo hablando con Entre vidas acerca de semejante logro y de sus próximos proyectos.



¿Tenés algún ritual en el momento previo a ponerte a escribir?
Ninguno. Es más: muchas veces salgo corriendo de la cama a buscar algo para anotar porque se me ocurrió algo repentinamente. En mi caso la escritura es anterior a la preparación para escribir.Las voces del bosque la escribí completamente en la cocina, con mi netbook sobre la mesa diaria. En ese tiempo y con esa historia me sentía muy cómoda ahí.

¿Qué fue lo primero que escribiste que consideraste publicable?
Un libro de cuentos llamado Rompecabezas que resultó finalista en la edición 2013 del Premio Sigmar. Entonces creí que era publicable. Hoy no estoy tan segura.

¿Por qué decidiste escribir literatura infantil y juvenil?
No fue una decisión. Cuando me largué a escribir, las historias que se me ocurrían se presentaron con el tono y el lenguaje para chicos. Así arranqué.

¿En qué te inspiraste para escribir Las voces del bosque?
En el Bosque Andino Patagónico y sus lugareños.

¿Qué cambió para vos con la obtención del Primer Premio Sigmar 2016 de Literatura Infantil y Juvenil?
Más que cambios, el premio provocó la profundización de mis ganas de escribir. Me confirmó el deseo.

¿Por qué pensas que muchos escritores que publicaban literatura para adultos ahora están volcándose también al género juvenil?
Eso no sabría decirlo. Tal vez busquen nuevas formas expresivas. O se les ocurran argumentos para jóvenes. De hecho yo escribo también historias para adultos. Me parece que uno escribe una historia, y la mayoría de las veces, cuál es el público que la leerá se define después.

¿Cómo surge el nombre del protagonista de la novela, llamado Leftraru?
Leftraru es un nombre mapuche que significa “halcón veloz”. La idea me surgió cuando me enteré de que Lautaro es la castellanización de Leftraru, originada en la imposibilidad de los conquistadores españoles de pronunciar el nombre real. Me pareció una modalidad del aplastamiento cultural, de la dominación de un pueblo a otro terrible. Así salió la idea.

¿Qué trabajo realizaste antes de ponerte a escribir la historia?
La historia se dijo a sí misma primero. Nació. Después ocurrieron las modificaciones relativas a modos, ritmos y pertinencias.

¿Qué sensaciones tuviste cuándo te enteraste que habías ganado un premio tan prestigioso como el que otorga Sigmar?
Una emoción inmensa. Un honor para mí que una editorial como Sigmar haya valorado mi obra y resolviera darle el primer premio y publicarla. Muy conmovida aún de que una editorial argentina haya publicado una historia que, para mí, es muy argentina.

¿Cuáles son los pasos a seguir con tu novela Las voces del bosque?
Sigmar tiene previsto llevar la novela a las escuelas y que me encuentre con los chicos para escuchar sus comentarios y reir juntos con las ocurrencias de todos. Será la primera vez que tenga un intercambio así como autora. Me encanta la idea de conocer sus impresiones sobre la historia en forma directa. O sobre cualquier otra historia que quieran compartir conmigo. Será sin dudas muy enriquecedor para mí, que me gusta asombrarme con el asombro infantil. Con su inocencia. Y con su honestidad total. Ojalá también sea una experiencia amable para ellos.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy terminando dos libros de cuentos: uno para niños y otro para adultos. Además publico crónicas fantásticas en un blog a través de mi alter ego Pipo Noticia, un adolescente de 16 años muy inquieto y observador. Es una escritura que me encanta hacer. Se llama elblogdepiponoticia.blogspot.com.ar

viernes, 15 de julio de 2016

Marcos Almada: “Quería contar una historia épica de la vejez, darle cierto aire de revancha”




El escritor Marcos Almada habla con Entre Vidas de su flamante novela Galgo publicada por Editorial Azul en la que el protagonista Galgo Urrutia sale de la cárcel tras 8 años de encierro. Además, el autor habla de su trabajo al frente de la Editorial Alto Pogo en la que nos adelanta las próximas publicaciones.




PH Mailén Albamonte


¿Tenés algún ritual en el momento previo a ponerte a escribir?
Las condiciones necesarias. Sí. Café, o vino, a veces música, a veces fumar algo, los libros que necesito cerca, a mano, libros específicos sobre temas puntuales, y libros que me ayudan con el clima, el universo, el estilo. Generalmente escribo de noche, cuando Juana e Ismael duermen. Ahora que los chicos están más grandes, volví a escribir de noche. Cuando nació Juana me obligó a escribir de mañana, y eso me gustó mucho, poder cambiar de hábito. Pero siempre me gustó escribir de noche, propiciando ese ecosistema nocturno, que es cuando más me puedo concentrar en el texto. Durante el día, mi cabeza está a mil con otras cosas, con textos ajenos, entonces la noche me obliga a concentrarme en lo que yo mismo estoy produciendo.

¿Cuál fue la imagen disparadora que da inicio a la historia de tu novela Galgo?
Más que nada la necesidad de escribir un montón de palabras, nombres y apellidos, situaciones que yo relaciono íntimamente con mi viejo. Necesitaba meter todo esa música en algún lado. Después la trama policial se le sumó para contar una historia violenta. Pero más que imágenes hay sonidos, y palabras. Un estilo de habla, cierta manera de putear. Olores.

La historia transcurre en tu ciudad natal Azul, ¿por qué decidiste que la novela se sitúe ahí?
Porque es una geografía que me sé de memoria. Me podía mover con naturalidad. No necesitaba documentarme, quería que fuera una escritura directa. Y a la vez, es una ciudad que tiene un trazado urbano playo, con pocos edificios, y muchas casas, un ciudad de líneas rectas. Donde la tecnología no invadió. La novela transcurre en el presente, pero es un presente que se relaciona directamente con el pasado, donde las marcas de progreso son muy pocas, algunos autos, algunos negocios que ya no están. El resto sigue intacto, como en mi propio recuerdo.

¿Hiciste algún esquema previo antes de empezar a escribir Galgo?
No. Tenía el clima, la voz narrativa contaminada por el personaje. Después la historia de delincuencia fue apareciendo para completar la del drama verdadero del Galgo, su soledad y ese fracaso constante, incluso ganando algunas, persiste la sensación de la pérdida. Después vinieron algunas lecturas amigas que me ayudaron a pulir lo escrito. Pero esta vez no hubo un plan previo, cosa que generalmente hago antes de encarar algún texto nuevo, por más que después me desvíe, siempre ayuda la planificación, los libros que busco para documentarme o meterme en atmósfera. Quería contar una historia épica de la vejez, darle cierto aire de revancha.

¿Con qué obstáculos te encontraste?
Al principio escribí demasiado. Así que tuve que sacar bastante. Fue un poco tortuoso. Porque tuve que borrar expresiones o palabras de mi viejo. Incluso la novela arrancaba con veinte páginas preliminares, que la atenta y despiadada lectura de Hernán Brignardello me hizo eliminar. Y después también Mariana Kozodij, Nico Correa y Carolina Quiroz hicieron una lectura muy inteligente, y sugirieron algunos cambios muy pertinentes. Al principio cada lectura externa que atente contra lo que ya está escrito parece traumática, pero la mayoría de las veces es necesaria para pulir el estilo y la trama. Por ejemplo, un amigo, Fede Alú, me hizo una observación que de no haberla hecho, la novela hubiera perdido verosimilitud: me había olvidado de que si el tipo afanaba una financiera, la policía obligatoriamente tendría que haber allanado y revuelto la casa. Ese detalle, me dio el clima tremendo cuando el Galgo abre la casa después de estar 8 años preso.

¿Qué tiene el Galgo Urrutia de Marcos Almada?
Espero que nada. No me quiero parecer en nada, pero seguramente en algo me parezco. Prefiero no pensar en qué. Porque no es un personaje para parecerse.

En una entrevista comentaste que tenés un libro escrito con sueños con tu viejo, ¿ya tiene fecha de publicación? ¿Podes adelantar algo?
Ni fecha ni nada. No. Se lo di a algunos amigos para que lo lean, y a mis hermanos. Son sueños que tuve con él desde que se murió, hace siete años. Al principio no sabía qué hacer. Hace muchos años que escribo los sueños. Tengo muchos words de eso. Hasta que de di cuento de que los sueños con papá eran independientes. Al tiempo los agarré y empecé a trabajarlos. Hay cien sueños. Se llama Maraña. Mi yo narrativo sabe que papá está muerto y papá también sabe que está muerto. En todos los sueños aparece y desaparece, intermitente. El librito trata de una búsqueda, una búsqueda inútil, pero necesaria. Creo que es una buena reparación haber logrado escribir un libro con ese magma extraño que son los sueños.

¿A qué le atribuis que una gran cantidad de escritores estén publicando libros de literatura infantil o juvenil? ¿Está en tus planes volcarte a ese género?
Es un universo muy interesante. Un universo que nunca me interesó hasta que tuve hijos. Me imagino que los que escriben, sienten lo mismo, o la necesidad de contarle algo a los chicos. No sé si yo voy a escribir para chicos. Con Juana estamos escribiendo un libro de cuentos. Ella viene y me dicta. Eso es lo que en verdad me interesa más que escribir yo, hacer que los chicos escriban. Incluso en Alto Pogo tenemos la idea de armar una colección infantil y juvenil escrita por chicos.

¿Cómo fue la experiencia de La Coop en la Feria del Libro 2016?
Muy satisfactoria. La experiencia misma con La Coop, hagamos lo que hagamos es satisfactoria. Porque son muchas cabezas pensando en crecer, en expandirnos, en buscar más lectores, que los libros y los autores circulen en todo el país, y también en otros países, aumentar el intercambio. La feria del libro de Buenos Aires, es una boca de venta más, es una boca grande, pero una boca al fin. Nos interesan también las ferias en las provincias. En el 2015 fuimos a 26 ferias, y este año seguramente vamos a ir a más.

¿Cuáles son los próximos lanzamientos de tu editorial Alto Pogo?
Este año tenemos la antología que trabajó Hernán, llamada Germen, que se financió con Panal de ideas, y que tiene la particularidad de que 13 autores reconocidos, nos recomendaron a 13 escritores más jóvenes, varios de ellos inéditos. Cada uno de ellos nos presentó un cuento, que formaron la selección. Acabamos de publicar Sierra Grande, un libro de cuentos de César Sodero, que fue premiado por el Fondo Nacional de las artes. Estamos por sacar La cuarta dimensión del signo, novela de Esteban Castromán, Tierra del Fuego, una novela de Julieta Antonelli, una novela de Natalia Rozenblum, algún que otro libro de cuentos, y tal vez también alguna de las novelas que nos llegaron. Y también hay cuatro libros de la colección Poesía, que lleva adelante Nico Correa, con poetas como Esteban Leyes, Jimena Repetto, Mónica Rosenblum.

¿Qué posibilidades hay de ver una historia tuya en teatro o en cine?
El teatro siempre me gustó, de hecho hice teatro durante varios años. Es cuenta pendiente, volver a hacer teatro, me gusta la dramaturgia y también la dirección. Respecto al cine, es siempre un sueño, que algo que uno escribe, le interese a algún director. Con Galgo, que me parece que podría funcionar cinematográficamente, tengo ese sueño. Veremos qué pasa.

¿En qué proyectos estas trabajando actualmente?
Estoy trabajando en un libro de cuentos. Cuentos que ya tengo terminados, pero que estamos empezando a trabajar con Pablo Franco un editor de un sello que está por salir este año. Y después de eso me voy a meter a trabajar en una novela que por el momento se llama Mariposa del mal.


martes, 12 de julio de 2016

José Montero: “La literatura juvenil y para jóvenes adultos es uno de los segmentos más dinámicos y de mayor venta”




El escritor José Montero habla con Entre Vidas de su exitoso libro infantil No despierten al gatito muerto, publicado por la Editorial Sigmar. La historia surge cuando el autor se imaginó lo que podría pasar si el gato de la suerte que vio en un supermercado chino, de repente se detuviera. El libro ha sido leído en decenas de escuelas.




¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
No hubo una persona en particular, sino un ambiente que propició el hábito de la lectura: la escuela y mi casa, donde no se leían libros pero sí diarios y revistas.

¿Qué fue lo primero que escribiste?
Para mí fueron importantes los ejercicios de escritura en la escuela. Me dieron la pauta de que había algo que podía hacer bien. Intenté algún relato en torno de los diez años, pero no prosperó, me quedé “sin cuerda” en la primera página. A los 13, en el primer año de la secundaria, una profesora de Lengua nos mandó escribir un cuento a la manera de Borges en “Las ruinas circulares”. Me gustó el desafío y fue la confirmación de que podía enhebrar un relato clásico, con un planteo, un nudo y un desenlace. A los 18 ya trabajaba en periodismo como redactor. Y a los veintipocos empecé a escribir cuentos y alguna novela corta.

¿Tenés algún ritual en el momento previo a ponerte a escribir?
No, porque el hecho de ponerme a escribir no me parece especialmente importante, en el sentido de que solo se trata de un borrador que tendrá múltiples versiones y correcciones. Sí, a veces, antes de empezar el borrador, tomo notas, pero no es un ritual, sino parte del trabajo.

¿Cuál fue la imagen disparadora de tu libro No despierten al gatito muerto?
Algo muy sencillo, de la vida cotidiana. Estaba en el supermercado chino de la vuelta de mi casa, en Boedo, haciendo una mínima cola para pagar. Miré el gatito de la suerte que tenían, parecía gastado, hacía un leve ruido al mover el bracito. De pronto me pregunté ¿qué pasaría si se detuviera? En mi imaginación, todos los chinos del negocio enloquecían. Era una tragedia. Ésa es la primera escena del libro.

¿Con qué historia se va a encontrar la persona que lea la novela?
Con una historia que la va a enfrentar a sus propios miedos. El miedo a ciertas creencias, el miedo a confrontar la maldad, el miedo a lo desconocido, el miedo a situaciones de la vida de todos los días que de pronto se tornan peligrosas. Y por sobre todo se va a encontrar con una historia muy entretenida que se devora con gran avidez.

¿Qué repercusiones tuviste con el libro?
Excelentes. No despierten al gatito muerto ha sido adoptado como material de lectura en decenas de escuelas. Me han invitado a varias de ellas y a los chicos les encantó. En la última Feria del Libro me encontré con lectores que eligieron el libro por su propia iniciativa y también estaban muy enganchados. En abril último estuve en Chile y la editorial que distribuye allá a Sigmar se mostró decidida a apoyar su difusión.

¿Cómo fue la experiencia de publicar con la editorial Sigmar? ¿Cómo se dio tu llegada a la editorial?
Con Sigmar somos viejos conocidos. Mi primer libro publicado, La trampa, salió por Sigmar en 1995 y continúa vigente, actualizado, edición tras edición. Después me publicaron otros títulos, como La pantalla indiscreta. En 2009 me presenté como cualquier otro autor, de manera anónima, al Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil, y gané el primer premio con Veinte pisos de terror, que ya es un clásico.

¿A qué atribuis que tantos escritores estén volcándose a publicar literatura juvenil?
Hay cuestiones de mercado. La literatura juvenil  y para jóvenes adultos es uno de los segmentos más dinámicos y de mayor venta. El público de 12 a 25 años es hoy el que más lee.

¿En qué proyecto estas trabajando actualmente?
Estoy haciendo la corrección final de una novela que sale a fin de año y se llama El skate del diablo. Y estoy escribiendo una serie de cuentos titulada provisoriamente Fachada macabra, donde el hilo conductor son aquellos negocios y locales comerciales que esconden algún tipo de actividad misteriosa o tal vez siniestra.



domingo, 10 de julio de 2016

Paula Brecciaroli: “El personaje de Otaku es una condensación de prejuicios, anécdotas y superposiciones de muchos fanáticos que conocí en mi vida"





La escritora Paula Brecciaroli habla de sus novelas Brasil y Otaku, publicadas por Editorial Conejos y Paisanita Editora respectivamente. Además, nos cuenta su trabajo como editora y sus proyectos en los que se destacan los que tiene junto a La Coop entre los que dará un Taller de Personaje.



¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
Soy pésima para sostener rituales.  Lo que me propongo un día, al siguiente no puedo sostenerlo. Vivo negociando conmigo misma.  Cuando estoy metida en una historia, escribo fragmentos en cualquier lugar, especialmente en colectivos.  Después, cuando la escritura va avanzando o cuando corrijo me pongo más formal. Prefiero lugares donde pueda estar en silencio porque leo mucho en voz alta. Puedo ser un gran fastidio para la gente que me rodea.
 
¿Cómo surge la idea de tu novela Brasil?
Brasil nace sobre el deseo de hacer un viaje largo en tren. Más precisamente, el recorrido de Buenos Aires a Posadas, en el Gran Capitán.  Como nunca tuve oportunidad de hacerlo, lo tome como soporte para la fantasía de ese viaje.  Después la historia fue tomando un cauce propio.  No había una idea original, sino un clima y un espacio que quería probar.

¿Cómo te llega la posibilidad de publicar el libro?
El libro fue naciendo a la par del proyecto de la editorial Conejos.  Junto a Ariel Bermani, Bruno Szister y Facundo Soto formamos la editorial a fines de 2010. La idea era que los primeros cuatro libros fueran nuestros.  Tuve la suerte de poder compartir con amigos este proyecto  de libro y editorial en simultáneo.

¿Por qué decidiste que la historia sea escrita como un diario de viaje?
No fue una decisión pensada. Empecé a escribir en fragmentos cortos que se iban hilvanando. Siendo que la trama transcurría en el tiempo presente, con pocas idas hacia el pasado, me pareció que esa estructura de diario íntimo o de diario de viaje, sostenía mejor  la historia que un relato continuo.

¿Qué investigación realizaste para encarar la escritura de tu novela Otaku?
La idea disparadora de Otaku surgió a partir de preguntarme que sería de la vida de aquellos amigos fanáticos de la ilustración y la animación japonesa que había conocido en los noventas y que no volví a ver.  Fui construyendo una vida inventada, posible, para un “otaku” ideal. No me documenté especialmente más allá de aquellas referencias a dibujos animados  japoneses más populares y conocidos.

¿Tuviste algún punto de referencia para crear al protagonista Gastón?
Creo que el personaje es una condensación de prejuicios, anécdotas y superposiciones de muchos fanáticos que conocí en mi vida.  En la novela, Gastón es fanático del anime y el manga, pero podría haber sido metalero, hincha de fútbol o fan de los coches.  Lo que me atraía del personaje era sobretodo el  fanatismo, esa actitud de postergar cualquier expectativa social por ir tras aquello que apasiona.

Además de psicóloga y escritora, sos coeditora de la Editorial Conejos, ¿podes adelantar las próximas publicaciones?
Estamos a punto de dar a conocer lo ganadores del concurso Kordon.  Un concurso de narrativa que organizamos junto a Paisanita Editora. Cada editorial publicará a uno de los ganadores. Seguramente alguno de los finalistas también pase a formar parte del catálogo de Conejos.  Además vamos a publicar antes de fin de año un libro de cuentos de Gabriela Luzzi.  Hasta ahora esos son los planes concretos.  Pero Conejos nunca deja de sorprendernos.

¿Cómo fue tu experiencia en La Coop durante la Feria del libro de éste año?
Fue vivir veinticinco días de plena euforia.  En nuestro caso era un gran sueño que resultaba muy difícil de realizar, y sólo pudo ser posible gracias a La Coop. El stand lo conformamos entre 13 editoriales y el resultado fue maravilloso. Más allá de las ventas, nos permitió llegar a mucha gente, estar en contacto con otros colegas, escritores y lectores.  El contacto directo con el público para nosotros es esencial y es algo que disfrutamos mucho.  Establecer nuevos lazos es una ganancia que no se puede cuantificar, pero es inmensa.

¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
No tengo objetivos concretos. Trato de disfrutar lo que está sucediendo en el entorno, los nuevos libros, los proyectos de los otros colegas, poder llegar con los libros de La Coop a más ferias en el país y el exterior.  Confío en los lazos que se hacen, en las ganas de crecer que compartimos y en el esfuerzo y la seriedad de quienes comparten este oficio.

¿Qué proyecto tenes para este año?
Trabajar para que Editorial Conejos y La Coop sigan creciendo,  en el Taller de Personaje que voy a dar en La Coop Escuela, leer mucho y si aún queda un poco de tiempo, terminar de escribir una novela que vengo postergando.




Pablo Martínez Burkett: “Los personajes congregados en este libro son náufragos que sobreviven como pueden en esta porquería de mundo”





A poco de lanzar su libro MONDO CANE, el escritor Pablo Martínez Burkett habló con Entre Vidas acerca de su nueva publicación con la Editorial Muerde Muertos. Está conformada por 60 relatos cortos que el autor escribió para la revista MiNatura y en el que el lector se encontrará con cuentos fantásticos, de terror y ciencia ficción oscura, tal como definió el reconocido escritor. La tapa fue diseñada por la talentosa Mica Hernández, las fotos son de Mai Albamonte Pizarro y la contratapa fue escrita por Juan José Burzi y Laura Ponce.





¿Qué podés adelantar de tu libro MONDO CANE?
Es una compilación de 60 relatos cortitos que fui publicando en la Revista miNatura durante los últimos (casi) 10 años. Con prólogo de Ricardo Acevedo Esplugas, el director de la revista, son cuentos fantásticos, de terror y ciencia ficción oscura, relatos muy a la manera de las weird tales. El asombroso arte de tapa es de Mica Hernández, las fotos son debidas al ojo exquisito de Mai Albamonte Pizarro y las palabras en la contratapa de Juan José Burzi y Laura Ponce, todo un lujo. Creo que MONDO CANE representa el catálogo de todas mis obsesiones, esta vez, en dosis homeopáticas así que hay diminutas postales de War Lords de la antigua China, monjes medievales dados a la hechicería, horror sobrenatural, inmortales hastiados de sus muchas vidas, asesinos seriales, chiflados a repetición, escritores tortuosos, zombies y vampiros enlodados en un carnaval sangriento, exorcistas perseguidos por sus demonios, libros prohibidos y sacrílegos, muertos obstinados, matarifes nazis con inclinaciones esotéricas, colonizadores espaciales, feroces inquisidores, viajeros cuánticos, desnaturalizados hijos de Lovecraft, científicos locos, en fin, todas esas bellas personas que me hostigan sin descanso desde toda la vida.

¿Cómo fue el proceso de selección de los relatos que aparecen?
La revista miNatura es de publicación bimestral y en cada edición plantea un tema único que tiene que ser contado en no más de 25 líneas. Para mí ha sido una verdadera escuela de escritura considerando que soy un barroco en rehabilitación. Y también un gran desafío, porque sus páginas hospedan a lo mejorcito del género en español a ambas orillas de la mar océana. Así que podría decirse que durante todos estos años miNatura fue como una alcancía y que con MONDO CANE rompí el chanchito. Después con José María Marcos seleccionamos los relatos y hete aquí el libro.

¿Por qué decidiste ese nombre?
MONDO CANE es el nombre de uno de los cuentos que, a su vez, remite a película semidocumental realizada en 1962 por unos cineastas italianos que, aún 50 años después, resulta difícil de afrontar por la crudeza de imágenes que exhiben a una humanidad depravada que comete todo género de perversidades, ritos misteriosos, conductas brutales y actos de violencia bestial. Y ese es mi entendimiento del mundo que estamos dejando a nuestros hijos. Un mundo irrespirable. Y no me refiero solamente al deterioro del medio ambiente sino en particular, a la degradación de lo humano que se supone tenemos. Los personajes congregados en este libro son náufragos que sobreviven como pueden en esta porquería de mundo y que, no pocas veces, aguardan la hecatombe final como un castigo pero también como una liberación.

¿Qué significa para vos volver a publicar con Muerde Muertos?
Muerde Muertos, de los hermanos José María y Carlos Marcos, es una editorial que ha sabido labrarse su prestigio dentro del género a partir de un sólido catálogo y una cuidada edición de los volúmenes que lo integran. De modo que después de LOS OJOS DE LA DIVINIDAD es una íntima felicidad que MONDO CANE sea editado por ellos. Es estar en casa, en familia. Y un alivio de saberlos tan profesionales, tan comprometidos y tan dedicados a sus autores. Soy un detallista obsesivo (por no decir maniático hinchapelotas que queda feo) y sin embargo, con ellos puedo descansar confiado.

¿Cuál es tu relato favorito?
Es como preguntarle a un padre a cuál de sus hijos quiere más. Pero para no esquivar la pregunta, “Ovejas y cabritos” me gusta mucho porque sin evitar ni una de las convenciones del género, es un cuentito sobre uno de los apocalipsis posibles. “El eclipse de Gyllene Draken” también es uno de mis favoritos (tanto como para bautizar así a mi blog) porque cuenta sobre un dragón que, como un Asterión nórdico, se embravece con la chusma local que no alcanza a comprender su condición sagrada. “La tentación de los Santos Vigilantes” es uno de mis temas fetiches: cuando los alienígenas descendieron para fornicar con las monas primordiales. “Un extraño caso de espejismo en la Laguna Epecuén” es otro de mis típicos juegos de falsear uno o dos datos, un par de nombres propios y sacar una historia inaudita pero que se intuye cierta. Y por supuesto, “Mondo cane”, retrato de un mundo futuro donde hay un omnímodo poder, máquinas y aplicaciones sustituyendo casi todo y unos rebeldes con bastante de santos y no menos de locos. Pero estoy siendo muy ingrato con este censo. Además, lo que verdaderamente importa es si lograré que alguno de los cuentos de MONDO CANE se convierta en favorito del lector.

¿De qué te nutrís para escribir las historias?
Me he pasado la vida leyendo. Leo de a cinco libros a la vez. Soy una desgracia. Así que en todas esas lecturas se pueden identificar a los precursores químicos que me ayudan a precipitar la realidad, ese gran caldo nutricio que me encanta torcer, falsear, fragmentar. Como en la cocina molecular tiendo a hacer una deconstrucción de la realidad hasta llegar a su negación, para luego reformularla, igual pero distinta. Horrorosa. Una realidad oscilante. Al menos ese es mi programa estilístico. Espero que alguna vez me salga.

¿Tenés pensado escribir algún libro apuntado al género infantil o juvenil?
Sí. En el colegio de mi hija celebran un día especial para cada niño que es tanto o más importante que la fiesta de cumpleaños. Así para ese día escribí una historia sobre una isla, reinas, magos, pérfidos soldados de fortuna y unos niños que debían atravesar doce trabajos (…) para rescatar el hogar perdido. Ahí está esa suerte nouvelle, la tengo que emprolijar y adaptarla para chicos un poco más grandes y veremos qué resulta.

¿Cómo se da tu llegada a la revista miNatura?
En junio de 2007 me presenté en el I Concurso de Mini Cuentos “La Gran Calabaza 2007” y salí finalista con el relato “Sospechas Baldías” (que obvio está en MONDO CANE). A partir de allí Ricardo me invitó a colaborar con miNatura. Por entonces me propuse estar presente en todas las ediciones y si no me equivoco, es una meta que he podido cumplir.

¿MONDO CANE está formado por 60 relatos cortos que van desde lo fantástico, el terror hasta la ciencia ficción, con qué género te sentís más cómodo?
Dentro del género fantástico me siento como un pez en el agua. Progresivamente he ido enfatizando el registro del terror y ya sea ciencia ficción oscura o fantástico puro, todos mis relatos tienden a pulsar la cuerda del horror más malsano. La verdad es que disfruto mucho escribiendo historias de miedo. Me encanta trabajar sobre ese extrañamiento de lo cotidiano, lograr que lo familiar se vuelva ominoso. Aspiro a que en mis cuentos, lo conocido se vuelva desconocido (que ya sabemos que es el miedo más antiguo) y que el lector experimente ese miedo como algo posible en su vida.

¿Qué proceso tenés para ponerte a escribir una historia?
El realismo no tiene ningún tipo de atractivo para mí. Así que siempre estoy atento, tratando para encontrar el hueco que me permita lograr una torsión de la realidad, asestar el golpe que conmueva la solidez de los sentidos, deshilachar cualquier lógica. Esto implica estar muy en contacto con el entorno para pescar lo que no es palabra y resignificarlo con un nuevo enfoque. Soy un cazador de estados que puedan resultar aterradores porque el terror es eso: lo mismo de todos los días pero con otra mirada (a la noche nos asustan cosas que con la luz del día nos parecen una tontera). Mejor ilustrar el proceso con un ejemplo bien reciente: cuando hacíamos las fotos para MONDO CANE, estábamos en el Cementerio de la Chacarita, a media luz, en las galerías de los nichos y Mai, la fotógrafa, me pedía que bajara la mirada y la subiera para disparar la toma. Ahí se me ocurrió una historia sobre una situación parecida pero que, cuando el tipo bajaba la vista, veía una sombra que con cada nueva foto se le iba acercando hasta enloquecerlo de miedo. Ya la estoy escribiendo. Esa es mi idea del terror. Cosas que te pueden pasar y de las que no hay forma de defenderse ni prevenirse.

¿Qué otro proyecto tenés para éste año?
Tengo que terminar un relato sobre Ziggy Stardust para una antología dedicada a David Bowie que se va a presentar en España que me tiene muy entusiasmado. Darle un cierre a mi novela sobre los vampiros chinos poniendo sitio a un pueblito de San Luis. Y completar otros compromisos editoriales que asumí para el año y que tengo medio postergados. Me parece que voy a necesitar el auxilio de alguno de mis personajes cuánticos para duplicarme y poder hacer todo.