sábado, 21 de julio de 2018

Melina Pogorelsky: “Lo bueno de escribir una novela breve es que las primeras repercusiones llegaron pronto”






La escritora Melina Pogorelsky luego de dedicarse a escribir libros juveniles acaba de publicar su primera novela para adultos llamada Subacuática con Odelia Editora. Además, la autora señaló que está trabajando junto a una artista plástica en un libro de poemas que escribió durante su segundo embarazo.




PH Jazmín Teijeiro



¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Poquísimos. Lo que más necesito es tiempo. Suelo escribir entre el mediodía y las cuatro de la tarde. Tengo un taller precioso y con mucha luz, que es donde escribo. Pero me gusta llevarme la compu y escribir en bares también.

¿Con qué frecuencia escribís?
Depende el momento, depende del proyecto. Por lo general siempre tengo dos proyectos de escritura en simultáneo, bien distintos, y voy y vengo. Hay épocas en las que “escribo” a diario. Bah, abro el documento, corrijo, tomo notas. Hay épocas en que casi no escribo.

¿Cuál fue la imagen disparadora que dio inicio a la historia de tu novela Subacuática?
La pregunta de qué pasaría con una mujer que muere tras un parto. Qué le pasaría al hombre, qué pasa con esa beba, qué pasa con ella misma. De ahí partí. Eso me venía repiqueteando en la cabeza.  Y también apareció la imagen del Pullboy, que es un elemento que se usa en natación para practicar solamente la brazada.

¿Por qué decidiste ponerle ese nombre?
Durante el proceso de escritura la llamé “Pullboy”, que es como finalmente se llama una de las tres partes, la de Pablo. Me interesaba ese elemento por lo mismo que aparece en uno de los capítulos:
“Sin embargo, la primera vez que usó el pullboy fue otra cosa. Ese esfuerzo en avanzar solo a través de la brazada, las piernas muertas y aun así balanceándose suavemente… La fuerza de los brazos, la rotación del torso, avanzar sin piernas. Pero avanzar. Romper la superficie del agua en cada brazada, remar; remarla. Con el pullboy no podía seguir jugando a no pensar en nada.”
Pero, cuando terminé la novela, fue bastante evidente que tenía que llamarse “Subacuática”, que es una palabra que cobra sentido al leer hasta el final y que sentí que marcaba el pulso de toda la novela.

¿Cómo se dio la posibilidad de publicar el libro con Odelia Editora?
Yo venía siguiendo el trabajo de las chicas desde el primer libro. Me llamaba la atención la belleza y calidad de sus tapas, el catálogo, todo. Empecé a ver los libros de Odelia en varias librerías y me gustó descubrir una editorial chica, nueva y con tanto movimiento. Conocía a María Eugenia Krauss, una de las editoras y la contacté para preguntarle si estaban recibiendo material. Después fue todo amor total, de ambos lados. De ellas hacia la novela y de mí hacia ellas. Nos reunimos una primera vez y yo quedé maravillada con ese equipo de mujeres apasionadas y tan profesionales. Es un placer haber sido publicada por ellas.

Para el que todavía no leyó la novela, ¿con qué se va a encontrar?
Creo que con una historia, o varias historias, para acompañar en la corriente. Con personajes que se mueven como pueden, pero poniendo el cuerpo. Una novela de amor y de agua.

¿Qué repercusiones tuviste respecto de los lectores de la novela?
Lo bueno de escribir una novela breve es que las primeras repercusiones llegaron pronto. La mayoría va por el lado de que lo leyeron sin poder parar, que se rieron y que lloraron. ¡Yo no sé si agradecer o pedir disculpas!

¿De qué tema que todavía no escribiste tenés pensado hacerlo próximamente?
La verdad es que no pienso mucho en términos de temas. Por lo general me aparecen primero los personajes y los voy siguiendo. Vamos viendo…

¿Cómo fue el proceso de pasar de escribir libros juveniles a tu primera novela para adultos?
Fue muy natural. El proceso de escritura fue igual. Con las diferencias que siempre surgen por las particularidades de cada texto, claro. Pero no me pasó algo diferente porque el público de esta novela fuera adulto. Sí sentí más pudor o miedo con la idea de la circulación del libro, pero no sabría decir si tiene que ver con el público o sino más bien con que es mi libro más triste en algún punto, y el efecto que eso puede causar es algo distinto a lo que me venía pasando.

¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Del ambiente literario ya tengo lo mejor. Logré publicar casi todos los libros que quería que circularan. Hice buenas amigas y conocí de cerca a gente que admiro mucho, mucho. Yo ya gané.

¿Qué libros de los que hayas leído últimamente recomendarías?
Hace poco leí y me encantó Hay gente que no sabe lo que hace de Alejandra Zina. También me recomendaron y me gustó mucho El idioma materno de Fabio Morabito. La ilusión de los mamíferos de Julián López y El padrino de Florencia Gattari y Alberto Rojas Apel.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy en una extraña pausa en la escritura. Trabajando junto a una amiga artista plástica en un libro de poemas que escribí durante mi segundo embarazo y con el bebé chiquito, un proyecto muy amoroso y personal que tal vez algún día tome forma de libro.



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