El escritor Haidu Kowski habló con Entre Vidas acerca de su novela Instrucciones para robar supermercados, publicada por Tusquets Editores. Además, actualmente trabaja en una obra de teatro llamada Fogón, que escribió, dirige y estrenará este año. Y por último, en el 2019 saldrá nueva novela también a través de Tusquets.
PH Luca Frondoni
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
No soy de sentarme un rato largo, entonces mi ritual es bastante ecléctico, puedo escribir en cualquier lado, en la calle, con gente en mi casa, en casa de otros, creo que el ritual sería no frenar ante la arremetida de una idea o del deseo de escribir. El silencio no me inspira, necesito música y mucho bardo alrededor. Creo que es un efecto del jam de escritura en mi vida, donde ejercité la escritura frente al público devenido en lector instantáneo.
¿Con qué frecuencia escribís?
Todos los días, todo el tiempo que pueda.
¿Cuál fue la imagen disparadora que dio inicio a la historia de tu novela Instrucciones para robar supermercados?
No tener plata para comprar comida y tener mucho tiempo libre. Entonces me iba a los supermercados. Sin ninguna razón en particular. Me vestía bien y caminaba las góndolas en horarios donde no había mucha gente. Observaba, estudiaba y nunca dejaba de probar. De pronto me di cuenta que el supermercado era una especie de iglesia del capitalismo, que acogía a todo aquel que tuviese algo para dar a cambio de sus frutos. Un lugar plagado de referencias de consumo donde el pobre tenía vetado el acceso. Un dia, en plena hora pico, me crucé con un pibe que cortaba los sachets de leche con una gillette, otro día con uno que en el estacionamiento, vendías las cosas que robaba. Y las etiquetas flojas por la humedad de la carne...
¿Cómo surge la elección de ese nombre para el libro?
Al principio la novela era eso, puras instrucciones reales de cómo hacerlo, pero en ocho años de escritura mutó hasta la obra que es hoy. El título me acompañó siempre.
¿Cómo fue el proceso de construcción del protagonista Franco?
Fue bastante más complicado que otros personajes, pero también puede ser el mismo actor que estuvo en otras historias que supe escribir. Franco llegó a la historia en una segunda escritura. De hecho, en un momento también pensé en llamar a la novela “El método Franco”, pero no. Franco es mezcla de gente de la calle, con gente que no está en la calle y tiene un trabajo de mierda, o gente que la acaban de hechar, pero con las ínfulas de un pibe que tuvo una familia estricta que hasta ese momento no le había servido para nada. Todos esos conviven en su cabeza. Se siente descalzado, antisistema, pero a su manera tiene la suficiencia para subsiustir los avatares que le surjen en el camino. La subsistencia lo guía e incluso lo hace obrar en contra de sus ideales.
¿En qué te identificás con el personaje de Franco?
En el poder de la subsistencia, en que no me importa mucho el qué diran y en el odio al sistema que nos abraza hasta la asfixia. Franco tiene el ojo para entender que aunque ciertas costumbres son aprobadas por la sociedad, no todas deberían existir.
¿Por qué elige robar carne?
Porque la carne es la droga argentina, y si vas a robar algo es importante que se venda fácil. (Dicen que la droga se vende fácil, yo no lo sé). Además tiene que ver con nuestras entrañas ganaderas, con robarle a los dueños de todo y jugarle sucio a la moda vegetariana.
¿Cómo se dio la posibilidad de publicar el libro con Tusquets Editores?
Se lo di a un editor y a los quince días me dijeron que había tenido una gran lectura. Pensé que era joda, pero no. ¡El sueño del pibe! Gente muy profesional la de Tusquets.
¿Qué diferencias notás en vos como autor entre el que publicó Manual de estrategias del póker (Estrategias de poker para la vida) y el que publicó el nuevo libro?
Siento que no hay ninguna diferencia, que puedo escribir sobre lo que quiera, siempre y cuando profundice en el tema. Por otro lado, el libro de poker fue un encargo, lo escribí en siete meses, mucho trabajo de lectura y escritura. Creo que gracias a eso tuve el impulso de práctica para bajar a papel una tercera versión de Instrucciones para robar supermercados.
¿De qué tema que todavía no escribiste tenés pensado hacerlo próximamente?
Sobre apuestas deportivas y los apostadores, sobre la prostitución mental y sobre la represión silenciosa.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Publicar diez novelas más, una mejor que otra, y después morirme. (La primera parte va a ser más difícil que la segunda).
¿Qué libros de los que hayas leído últimamente recomendarías?
Trilogía de la guerra, de Agustín Fernández Mallo. Tiene todo, es un viaje en el tiempo ligado a los espacios bélicos pero carente de violencia explícita.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
En una obra de teatro que escribí y dirijo, se llama Fogón, estrena este año, se hace en mi casa. En una novela nueva que sale en 2019, también por Tusquets. En una posible serie de ocho capítulos con Instrucciones. En apostar sin fundirme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario