sábado, 26 de octubre de 2019

Jorgelina Etze: “El libro, en cada cuento, transita el tema de la soledad”





La escritora Jorgelina Etze habló con Entre Vidas de su libro de cuentos Tantas Soledades publicado por la Editorial Luvina y contó que existen tantas soledades como personas. Además, adelantó que está trabajando en una serie de novelas de aventuras que tienen que ver con los piratas.




¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Varios. Pero no por un tema de superstición. Lo que pasa es que tengo que estar sola. Me es imposible escribir si hay gente dando vueltas. Así que tengo que esperar a que se haga de noche y que mi hija esté dormida.  Entonces leo algo, me preparo un té, pongo música. Todo  para desconectar de la rutina y conectar con el texto.  Eso sí: escucho música sólo si estoy escribiendo algo nuevo. En la etapa de corrección no escucho música porque detecté que el ritmo que escucho condiciona mi puntuación. 

¿Con qué frecuencia escribís?
Te diría que todos los días. No con la misma intensidad, claro. Los días que aparece algo, esos días que  entro en fase maníaca, puedo escribir un montón. Otros  apenas sale una letra.  Eso no quiere decir que todos los días escribo algo que valga la pena. Hay mucho descarte.  Y también mucha maceración. Mucho escribir, guardar. Rescatar algo viejo, reflotar, darle una vuelta, actualizar.  A veces no escribo, pero corrijo. Y eso también es escribir. 

¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos que aparecen en tu libro Tantas Soledades?
Te diría que fue casi sin pensarlo, medio de casualidad. Un día, buscando un cuento para un concurso, abrí una carpeta de cuentos inéditos. Viste que en los concursos piden  determinadas características: que tenga tal extensión, o que trate  de tal tema. En fin: leyendo los cuentos  para seleccionar el adecuado, me di cuenta de que tenían un tema en común. Todos, de alguna manera, tocaban el tema de la soledad. Y ahí sentí que, sin que yo me diera cuenta,  se había  armado un libro. Los cuentos fueron  escritos en distintas épocas, algunos en el 2007, otros  en el 2018 y muchos en el medio de esos años. Y en ese tiempo pasaron, y me pasaron, muchas cosas. Sin embargo, en todo ese tiempo, la temática de la soledad apareció una y otra vez. Y los cuentos mantuvieron su vigencia. Creo que durante ese tiempo, en realidad, el libro se escribió solo.  Y lo descubrí cuando los leía buscando otra cosa.

¿Por qué decidiste ponerle ese nombre al libro?
Bueno, tiene que ver un poco con lo que te decía antes. El libro, en cada cuento, transita el tema de la soledad. Pero siempre de distintos modos. Encontré soledades de todo tipo. Y vi que existen tantas soledades como personas. Ese título era muy largo. Insoportable, casi. Así que lo corté. Tantas soledades me pareció mejor. 

¿Cuál es el cuento que más te gusta y cuál es el favorito de los lectores?
Uh. Qué difícil. No sé cuál es el que más me gusta. Todos tienen algo que me llama. Supongo que por eso los escribí. Depende del momento, creo. “Café solo”, me gusta mucho. “La otra”, también. Pero todos me gustan. Si  no me gustan a mí…  Jajaja.  Con respecto a los lectores, es gracioso lo que pasa. ¿Viste ese dicho que dice “A cada chancho le llega su San Martín”? Bueno: yo creo que a cada lector le llega su cuento. Porque me ha pasado, por ejemplo, que alguien me diga el que menos me gustó es tal cuento y después, encontrarme con alguien que me dice que el que más le gustó es el que el otro lector no había disfrutado tanto.   Si tuviera que hacer un ranking, “Desamor” gusta mucho. Y “ Ojos muertos”, también.

¿Cómo se dio la posibilidad de publicar el libro con la Editorial Luvina?
Bueno, yo conozco a Claudia Cortalezzi hace muchos años. Me la encontré de casualidad el día de la presentación de Un café en Buenos Aires, el último libro de Pablo Di Marco, y ese día me contó que estaba encarando un proyecto editorial. Me dio mucha alegría. Siempre es una buena noticia cuando nace una editorial. Yo tenía guardado mi manuscrito hacía tiempo: había sufrido algunos reveces editoriales y estaba casi decidida a no publicar. Porque no es la negativa lo que  bajonea: algunos editores me dijeron que no, con razones muy válidas, y está todo bien. Pero cuando te ignoran o, peor, cuando la respuesta linda con la falta de respeto, uno no la pasa bien. Bueno, así venía la cosa. Entonces, unos días después de ver a Claudia, se me ocurrió preguntarle si estaban recibiendo manuscritos. Me copaba la idea de publicar con ella, porque la conozco y sé cómo trabaja. Y además sabía que, si no le gustaba el libro, me lo iba a decir. Por suerte me dijo que sí, que se lo mandara. Y  después todo fluyó.       
A Fabián lo conocí cuando nos reunimos la primera vez. Entre los dos son un equipo formidable. Cálidos, abiertos, generosos. Fue, y sigue siendo, un placer trabajar con ellos.

¿Qué sugerencias recibiste de los editores Claudia Cortalezzi y Fabián Rossini que consideres fueron fundamentales?
La verdad es que el libro no requirió demasiado trabajo. Los cuentos ya estaban muy trabajados. Yo, mucho tiempo, hice taller con Marcelo di Marco y con Laura Massolo. En ambos talleres se trabaja con mucha rigurosidad, así que el material estaba bastante pulido.  Claudia y Fabián, de todos modos, hicieron un exhaustivo trabajo de revisión y sugirieron algunos muy acertados cambios. Luvina  hace trabajo editorial y de corrección y trabaja de cerca con el autor. Y creo que eso se nota cuando el libro está terminado. Tal vez haya algún error en el libro —seguro que lo hay—, pero gracias al trabajo que hicieron conmigo, yo no lo encontré. Y eso que soy muy obsesiva.     

¿De qué temas se nutre tu escritura?
Hay algunos temas que me obsesionan: la muerte, el primero. Ese lo exploré mucho en mi primer libro de cuentos, No hay una sola forma de morir.  Luego siempre aparece la soledad —obviamente—,  la maternidad,  la religión. Por ahí va la cosa.  Pero creo, no estoy muy segura, que en realidad mi escritura se nutre de preguntas.   Creo que la búsqueda es entender lo que le pasa al otro. ¿Cómo será ser una mujer víctima de trata? Y ahí, buscando esa respuesta, sale un cuento. ¿Cómo será estar en coma? Y ahí sale otro cuento.   

¿De qué tema todavía no escribiste pero te gustaría hacerlo en un futuro?
Si bien en este libro no se ve, me interesa mucho lo sobrenatural. Es posible que en el futuro aborde algo que tiene que ver con eso. No sé. 

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Actualmente, igual que los últimos diez años, estoy trabajando en una serie de novelas de aventuras.  Es un proyecto que tuvo muchas idas y vueltas,  pero que ahora parece haber encontrado su camino. Es una historia de piratas ¡Sí! ¡Piratas! Una saga de tres novelas que me hacen pasar grandes momentos mientras las escribo y las corrijo. Ojalá, pronto, las pueda publicar.   



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