La escritora Luciana Prodan publicó el libro de cuentos En sangre viva a través del sello Moglia Ediciones y habló con Entre Vidas acerca de su proceso de escritura y de los próximos proyectos entre los que se encuentran la escritura de la obra de teatro Amarrados y su primera novela llamada La fábrica de las almas rotas.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Mi ritual es la noche. No puedo escribir de día, nunca pude. Me gusta el silencio, la tranquilidad, la calma y la soledad que sólo saben regalarme las madrugadas. Quizás no sea lo más saludable, pero es así. La noche, para mí, es el mejor momento del día.
Pasando a los detalles…Antes de escribir, en general, siempre me preparó un café, me siento (o me acuesto, también escribo mucho en mi cama) y leo. Leer antes de escribir me sirve para “entrar en calor”.
¿Con qué frecuencia escribís?
Todos los días. No puedo vivir sin escribir. Es una necesidad, más que una decisión. A veces son ideas, fragmentos sueltos, reflexiones… Algún cuento, una obra de teatro, trabajos, crónicas, columnas…Y otras veces, cuando me decido y tomo coraje, me siento, decidida, e intento continuar mi novela. Eso me cuesta un poco más.
¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
Siempre me gustó leer…Pero si tengo que decirte una persona, creo que uno de los responsables fue mi papá. Era él, quien todos los viernes, llegaba a mi casa con una bolsa llena de libros de cuentos y me los leía.
A los 14 años, aproximadamente, comencé a sentir la necesidad de escribir…Y fue en ese momento en el que empecé a buscar otras cosas. A descubrir otros textos, otros autores…
¿Por qué decidiste que tu libro se llamara En sangre viva?
Porque me parecía interesante ese juego de palabras…La fuerza de la sangre y de la vida son tan fundamentales como indescriptibles, pero nos constituyen. A veces, desangrarnos para sobrevivir, aunque suene contradictorio, es la mejor opción. O la única.
¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos que aparecen en el libro?
Tenía diez cuentos escritos, pero decidí dejar tres historias afuera. Al tiempo, y cuando creí que tenía el libro terminado (porque eran cuentos extensos, y después de una devolución) sentí la necesidad de volver a escribirlos. Seleccioné siete cuentos y los reescribí, completos.
¿De qué temas te nutriste para escribir las historias?
El proceso creativo de los cuentos fue muy interesante. Porque eran historias que me pedían a gritos ser contadas. Aparecían solas, una atrás de la otra, pero unidas por un único hilo conductor: el dolor y la resiliencia de cada uno de los protagonistas. Y me interesaba hablar de eso…De qué nos pasa con el dolor, y cómo y de qué manera estos personajes transitan ese camino, cuando se ven obligados a hacerle frente en diferentes circunstancias de la vida. El dolor tiene una característica fundamental: nos lastima y nos interpela; y por eso mismo nunca sabemos cómo podemos llegar a reaccionar.
¿Cuál es tu cuento preferido del libro y cuál el que destacan los lectores?
Uno de mis cuentos preferidos es Dolores Muertos…Y creo que el de muchos lectores, también.
¿Qué libros o autores recomendarías?
Amo y admiro profundamente a Clarice Lispector. Sinceramente, no puedo ser muy objetiva con ella, pero al margen de sus novelas (La pasión según GH y Agua viva, son algunas de mis preferidas), para comenzar a conocerla, recomendaría empezar por sus cuentos. Su narrativa, su cadencia, su alma, y ese monólogo interior eterno, me conmovieron desde la primera vez que la leí.
Algo parecido me pasa con Abelardo Castillo; los cuentos de Abelardo son quirúrgicos, perfectos, fascinantes. Katherine Mansfield, es otra; yo creo que es una de las mejores cuentistas, por no decir la mejor. Y si tengo que decirte más títulos…Bestiario, de Cortázar; El libro de Arena, de Borges, y los cuentos de Bioy, en lo personal, me parecen textos esenciales. Me gustan los cuentos de Salinger, de Iparraguirre, de Heker. Los cuentos reunidos de Silvina Ocampo, también son muy interesantes. La inocencia, la crueldad, la fantasía y la genialidad de Silvina pueden verse reflejados en cada uno de sus textos. Y Pizarnik…La prosa y la poesía de Alejandra son tan mágicas como su sensibilidad y su alma. De Pizarnik, todo.
¿Cómo surgió la posibilidad de publicar el libro con el sello Moglia Ediciones?
Los tenía como contacto en facebook, y algunos colegas me habían hablado muy bien de ellos. Sinceramente, y teniendo en cuenta la mala predisposición y los prejuicios que “las grandes editoriales” tienen con el género, publicarlo con ellos me pareció lo mejor. Les envié el material, les gustó mucho, y me dijeron que les interesaba publicarlo. Después de algunas reuniones, decidí hacerlo con ellos. Y no me equivoqué. La calidad humana (al margen de todas las cuestiones y la lucha que significa publicar en una editorial “chica” o independiente”), no se encuentra tan fácilmente, pero es una de las cosas que más valoro.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Hace unas semanas, termine de escribir y adaptar Amarrados. Amarrados es mi primera obra de teatro como autora, y se estrenó el año pasado, en el teatro La Casona (y que parece que se reestrena a mediados de octubre). Pero hace unas semanas, como te contaba, terminé de escribirla completa ( la obra que se estrenó es una versión “breve” o “flash drama”). También estoy terminando de escribir La fábrica de las almas rotas, mi primera novela. Me gustaría, en algún momento, escribir un libro de cuentos infantiles/juveniles, pero de eso, por ahora, tengo sólo algunos fragmentos sueltos. Veremos qué sucede…
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