viernes, 26 de marzo de 2010

Javier Caumont: “Le pongo el corazón a cada cosa que hago”



De familia de actores, hijo de César Bertrand y María Rosa Fugazot y hermano de René Bertrand, pero con una importante trayectoria cantando en numerosos café concert y pubs de Buenos Aires, el cantante Javier Caumont sintió que debía dar el siguiente paso tras conseguir numerosa popularidad en Internet a través de sus canciones románticas. Por eso, hoy 26 de Marzo, desde las 22 horas, presenta su disco “Cantarle al amor es posible”, en “La casa de Aníbal Troilo. Pese a que está con poco tiempo debido a sus ensayos para el show de ésta noche, Javier tuvo la deferencia con “Entre vidas” y contestó algunas preguntas de su trayectoria y su actualidad.

¿Cómo nace tu amor por la música?
A los 5 años nace mi amor por la actuación y por la música. Luego, a los 9 años, nace es que me empiezo a interesar más por la música. Después, cuando tenía 17 años empecé a cantar en los Café Concert y en los primeros Pubs de Buenos Aires. En esos lugares cantaba temas de Jobim y Vinicius en determinados sitios y otros cantaba canciones italianas que estaban de moda en esa época.

¿Qué influencias musicales tenés?
Mi papá César (Bertrand) compró un disco de Artie Shaw, clarinetista y ese disco hizo que me empezara a gustar mucho el jazz. Luego, aparecieron más músicos importantes como Fran Sinatra, Oscar Peterson, Vinicius, Piazzolla, entre otros referentes artísticos.

¿Te gusta componer?
No, no compongo música. Me gusta escribir.


Tu cd “Intimo” fue furor en Internet, ¿por qué no quisiste sacarlo a la venta?
Porque fue un cd íntimo para los amigos, entonces, a los amigos, no se les cobra.

¿Qué significa en tu vida la productora Vero Zeller?
Vero Zeller es mi motor, mi fuerza. Empuja, empuja y empuja. Tiene una frase importantísima en ésta relación: “Lo posible lo hicimos, lo imposible lo haremos”.

En la familia tenés artistas exitosos como René Bertrand y María Rosa Fugazot, ¿qué consejos recibís de ellos?
No recibo consejos de mi hermano menor, en todo caso, a veces el recibe los míos. Mi vieja me dice: Volá, creá, mostrá tu talento, no podés guardarte para vos “tu arte”, sos un gran cantante y la gente se merece escucharte.


¿Con qué se va a encontrar la gente que vaya a ver tu show en “La casa de Aníbal Troilo?
La gente  que concurra a la “Casa de Aníbal Troilo” (Carlos Calvo 2540, hoy viernes 26 de Marzo a las 22 horas, se va a encontrar con alguien que interpreta como nadie el gusto popular de la gente de 35 a 55 años. Se va a presentar el disco “Cantarle al amor es posible”, un disco atemporal con arreglos de Bucky Arcella y el acompañamiento de prestigiosos músicos como Norberto Di Bella, Sergio Liszewski, Adrián Mastrocola, entre otros. Además, en saxo alto va a estar mi hija Natalia Caumont, que es integrante del ensamble de jazz del Sindicato de Músicos (SAdeM).

¿Qué expectativas tenés para el futuro?
Tengo las expectativas que Dios y mi viejo desde arriba tengan destinadas para mí. Mientras tanto solo le pongo el corazón a cada cosa que hago, con amor, respeto y mucho trabajo.
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jueves, 18 de marzo de 2010

Florencia Caro: “Me quiero enfocar en la actuación”



Se hizo conocida debido a ser la notera de Calles Salvajes, programa en el que se desempeñaba como cronista de temas sexuales principalmente, y más allá de reconocerlo como una experiencia positiva,  Florencia Caro es una actriz que apunta a transitar también, el camino del arte. Por tal motivo, se preparó bajo la supervisión de profesionales de la talla de Augusto Fernández o Cristina Banegas, con el fin de poder dedicarse al mundo que tanto la apasiona. Próximamente se la podrá ver en un capítulo del unitario “Cosas que importan” en el que compartirá cartel con los exitosos Fabián Vena y Erica Rivas.

¿Cómo fue que se dio lo de dedicarte al mundo artístico?
Yo siempre había querido ser actriz y a mi vieja no le gustaba que me pudiera dedicar a la actuación. Siempre que había un casting me decía que no. Yo iba a ver las grabaciones de “Chiquititas” pero no se dio. Iba a colegio de doble escolaridad y no tenía muchas chances de dedicarme. No podía por el ritmo de vida que tenía en ese momento y cuando terminé el colegio, me metí en el Conservatorio de Arte Dramático. Hice la audición, nunca había hecho teatro ni nada y quedé. Empecé ahí y ya ese mismo año arranqué a trabajar.

Después estudiaste teatro con varias personas muy reconocidas.
Si, estudié con Augusto Fernández, con Cristina Banegas, con Joy Morris. Son clases de enseñanza muy distintas, Fernández va por el lado que tiene que ver con lo intelectual, el análisis de textos. Con Cristina Banegas es más improvisación, más meterle en lo que pasa en el presente y con Joy Morris aprendí muchos ejercicios para traer emociones específicas de las cosas que uno tiene que ir mostrando.

¿Compartiste ensayos con algún actor reconocido?
Con un montón de actores. Compartí ensayos con Joaquín Furriel, con Victoria Oneto, con Beatiana Blum, la periodista Julieta Caamaño y Sergio Gonal también, todos estuvimos con Augusto Fernández.

¿En qué momento te decidiste a estudiar tango, telas, entre otras cosas?
Tengo como una necesidad de usar, no solo la cabeza, sino el cuerpo. Eso es lo que me pasa. Es una necesidad de conocer y ejercitar mi cuerpo. A mí pasó cuando empecé tango que me pareció como que nos identifica mucho y que la juventud no está muy enterada de lo que es el tango en realidad. No es solo una música, tiene un contenido cultural enorme, de dónde venimos. Empecé a los 17 años a hacer tango.

¿Qué fue lo primero que hiciste en teatro?
Lo primero que hice fue un infantil para el conservatorio, era una adaptación de Aladdín. La experiencia fue linda en el sentido que la obra la hicimos para colegios del estado y para colegios de chicos discapacitados. Yo hacía el personaje de Jazmín y lo bueno era ver como los chicos se copaban con la obra y además, se reían mucho.

Contame de la obra “Plato’s sucios en la cocina”.
Fue una obra muy comprometida, en el sentido del personaje que hacía. Me costó mucho hacerlo ya que habla de todo el mundo femenino. Mi personaje era el de una mina grande que convive con su esposo en una cocina encerrados y que transita por todas las opciones que puede tener una mujer. Desde querer ser madre hasta querer suicidarse, hasta querer matarlo, amarlo, odiarlo. Todo concentrado en una obra de una hora y media, y tener que pasar por todos esos estados y de verdad, disfrutarlo, no es fácil.

¿Qué trabajo tuviste que hacer para poder realizar un personaje tan complejo?
Ensayé mucho, fueron cuatro meses de ensayos. Quizás a las mujeres nos pasa una de esas emociones por año pero lo que tiene la actuación de mágico es que lo que a una persona le pasa en cinco años, vos tenés que desarrollarlo todo concentrado en un mismo momento. Es como la densidad de la vida puesta en una caja, toda concentrada. Para desarrollar el personaje hablé con una persona que no puede tener hijos, es una persona grande que se separó sin tener hijos y tuve que hablar con ella para ver la amargura de ese momento. Hay un punto en el que la mujer biológicamente necesita ser madre. Y lo que a mi me parece es que si la mujer en general si no concreta ese tipo de cosas termina volviéndose un poco loca, que es lo que le pasaba al personaje. Tan temperamental que no se entiende ni ella.

Respecto a la televisión, ¿cómo se da tu llegada al programa “Doble Venganza”?
Llegué por casting, la verdad que no conocía a nadie. Yo estaba trabajando de promotora en un evento y conocí a Gaby Álvarez, que me presentó a un representante. Ese representante me llevó al casting, dónde había mucha gente conocida y terminé quedando. Me tenía mucha fe porque yo me formo para que las cosas se vayan dando.





Después estuviste en “Fuera de foco”.
Hice de todo ahí. Cámaras ocultas, producción detrás de cámara. Fue una experiencia rara. Tenía riesgo, igualmente yo soy como del riesgo. Me gusta el hecho de meterme en esos lugares. Estar sentada hablando con un chanta, uno que te quiere vender un cuento pero que no se lo creía ni loca. Tener que actuar que me lo creía, eso me parecía alucinante.

¿Te acordás de alguna anécdota trabajando en ese programa?
Una muy divertida. Estábamos una vez yendo a hacer una cámara oculta en una clínica de abortos. Nos hacen pasar y nos ponen video en el que están haciendo un aborto. Yo ahí me pongo a llorar, junto con el que hacía de mi esposo, que era un productor del programa con el que todavía hablo. Estamos mal y la señora corta el video y nos dice que en realidad era de una organización evangélica, nos da un folleto y nos empezó a decir que ella no quería que abortáramos. Nos quería convencer que la vida era maravillosa. Es decir, fue muy divertido.

En “Calles Salvajes” pasaste por muchas notas jugadas, ¿qué pensaste en el momento de hacer por ejemplo un desnudo, entre otras cosas?
Yo soy muy impulsiva, soy una mujer de acción, pensar me viene después y eso, a veces, es un problema. Igualmente nunca me arrepiento de nada, siempre hay que mirar para delante. Creo que las cosas pasan por algo, uno tiene que vivir el momento presente. También tomé decisiones que fueron difíciles, pero voy quemando etapas y sé dejar las cosas atrás. Me gusta la televisión. Me quiero enfocar en la actuación.



¿Qué podés adelantar del unitario en el que vas a aparecer por la pantalla de ATC?
Ya está grabado mi capítulo que es el que abre el ciclo, en el que participo junto a Fabián Vena y Erica Rivas. El ciclo se llama “Cosas que importan” y para mí el programa va a dar que hablar. Es un unitario social, tiene que ver con cuestiones sociales. Como es un canal que llega al interior, tiene más auge en el interior. Lo que puedo decir es que tiene que ver con las relaciones en las familias y cómo se pueden desvirtuar esas relaciones.

¿Qué proyectos tenés para éste año?
Ojalá que pueda hacer teatro, que es algo con lo que estoy en tratativas. Todavía no puedo decir nada porque recién recibí el guión de la obra. Y espero que pueda hacer televisión, quisiera trabajar en alguna tira pero por el momento no recibí ninguna propuesta.
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