miércoles, 25 de noviembre de 2009

Juan Acosta: "Soy una persona versátil y tengo cierta independencia dentro del medio"




Siempre vinculado al difícil arte de hacer reír, con una trayectoria que incluye trabajos en cine, teatro, televisión, Juan Acosta es un actor muy versátil. Actualmente no solo actúa sino que se dedica a sus otros amores, como lo son la música y la pintura. Recordado por la publicidad de Melthiolate en la que estaba vestido de romano y por su personaje de Naboletti en el programa de Gasalla, el humorista repasa parte de su importante trayectoria con “Entre vidas”.

¿Cómo fueron tus comienzos?
Al principio me fui a estudiar teatro con Lito Cruz, Augusto Fernández, Carlos Moreno y David Di Napoli, que fueron mis profesores. Mientras estudiaba teatro hacía circuitos under como el Parakultural, algunas cosas en “Cemento” hasta que enganché para hacer unas publicidades. Hice las de Merthiolate y Volkswagen. Luego di una prueba con Antonio Gasalla y me tomó y fui al teatro con él. Después, Gasalla pasó a la televisión y arrancamos ahí.

Con el programa de Gasalla surge tu personaje de Naboletti.
Si, ahí hice Naboletti y me hice famoso. Antes de lo de Gasalla yo había estado en la película “Esperando la carroza”, un clásico del cine nacional. Fue en el 85, hice un bolo y ese fue mi primer trabajo en cine. Mi personaje se llamaba Peralta.

¿Cómo llegaste a participar en la película?
Llegué a estar en la película porque Alejandro Doria iba al estudio de Lito Cruz a elegir gente. Nosotros actuábamos en los pasillos, en las salas y Doria iba eligiendo. Nos mostrábamos y era una buena manera para que te conociera y me terminó eligiendo para hacer ese personaje. Luego con Gasalla estuve diez años trabajando en teatro y en televisión.



¿Es verdad que Gustavo Yankelevich te dijo que podía transformarte en el nuevo Tinelli?
Si, el me dijo eso. Yo estaba con Gasalla en el año 92 y me dijo que me quedara en el canal. No sabía que era Yankelevich. Me dijo que había hecho triunfar a Tinelli y que si me quedaba quizás me hacía triunfar a mí. Yo le respondí que me quedaría pero que no quería que me pasara lo de Marcelo Dos Santos que era un tipo que estuvo dos meses, tuvo un quilombo y lo echaron. Y me fui con Gasalla a ATC. Hicimos dos programas, “El palacio de la risa” y “Las torres de Babel”. Luego no arreglé el dinero, Gasalla se va a Canal 13 y yo me voy a trabajar a Telefe, trabajando con Francella y Portales en el programa “Un hermano es un hermano”.

Después pasaste a “La movida del verano” con Juan Alberto Mateyko.
Si, la misma gente que laburaba con nosotros trabajaba en “La movida”, entonces un verano me fui a trabajar con Mateyko y no lo podía creer. Yo venía del under y en ese programa me rodeaba de cantantes que en ese momento no los conocía nadie y él los llevaba. Por ejemplo, a Shakira, a Ricky Martin, y nunca me saqué una foto con alguno.
Termino de hacer eso y en el primer programa que podría decir que fui protagonista lo hice con Cecilia Oviedo y se llamaba “Uno por semana”, donde empezaron las duplas.

¿Qué podés decir del programa “La cueva del chancho”?
El programa era bueno pero justo se daba cuando se iba Menem, Canal 7 no tenía dinero, entonces nosotros hacíamos 2 puntos en ese momento que para el canal era bastante pero no había presupuesto y tuvimos que dejar de hacerlo. A partir de ahí mi carrera se transformó, salí un poco de la televisión y empecé a trabajar en teatro. Estuve con Nito Artaza, con Jorge Corona, con el Negro Álvarez, con Moria Casán. También hice mi vida paralela que es pintar, hacer música y mis unipersonales.


También seguiste haciendo cine.
Trabajé en una película que se llamó “Dos ilusiones” con Matías Santoianni y Claudia Albertario, la dirigió Martín Lobo, que me había dirigido a mí en publicidad. Fue su primer trabajo como director de cine. Estuve en varias películas pero el protagonismo lo tuve en algunos cortos. Pero en películas laburé con Pino Solanas, con Raúl de la Torre, con Sorín pero en publicidad.

¿Sentís que a muchos actores se los etiqueta para un determinado papel?
Yo nunca quise etiquetarme por eso nunca más hice Naboletti pero los productores te eligen para determinadas cosas. El que abrió un poco el juego fue Adrián Suar, cuando llamó a Alfredo Casero, llamó a Juan Carlos Calabró pero si, te etiquetan. Yo no sé adonde me pueden etiquetar porque hago cualquier cosa. Soy una persona versátil y tengo cierta independencia dentro del medio.

¿Por qué pensás que no hay programas de humor?
Porque el humor requiere mucho tiempo para hacerlo bien. Todo el humor diario no tiene la misma creatividad. Un programa norteamericano excelente es “Saturday Night Live” pero es semanal porque te lleva mucho tiempo. El programa diario se fue volviendo medio berreta, se fue como malgastando. Entonces ves a los cómicos trabajando para otro. Ves a Gasalla haciendo Mamá Cora Con Susana Giménez, Diego Pérez con Maru Botana, es decir, te transformas en una persona que va cinco minutos. Es difícil hacer humor desde ese lugar, podés enganchar un personaje pero ya no hay programas como “Cha cha cha”, “Operación ja ja” o “El mundo de Antonio Gasalla”. Es mucho más caro, entonces prefieren poner a cuatro en un mostrador con una persona en el medio que hable. El problema es que no solo se vuelve más berreta todo sino que además se pierde como calidad para que la gente abra más su cabeza, se va perdiendo cultura y se reduce todo a un reportaje de la chica de Crónica a un mono.

Por último, ¿qué estás haciendo actualmente y qué planes tenés para el futuro?
Ahora estoy haciendo un programa para San Luis que se llama “Un puntano en Buenos Aires”, hice un programa de arte que se llamaba “Arte en vivo” para Canal A y voy a dirigir una obra que es “El conventillo de la paloma” para el Gobierno de la Ciudad. Siempre tratando de vivir de lo que me gusta, hago shows de humor, hago conducciones de eventos. Estoy tratando de sostener los platos en éste juego chino y por ahora los sostengo.
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jueves, 5 de noviembre de 2009

Agustín Aguirre: "Cuando empezás a escribir pensando en si gustará o no, perdiste el rumbo"




Es el creador del blog “El bobero", que todos los días recibe muchas visitas, pero más allá de eso, Agustín Aguirre es guionista y escritor de numerosas historias. De a poco va haciendo su camino dentro del mundo de la literatura y la televisión a través de sus guiones. Entre sus proyectos, actualmente está escribiendo una serie televisiva y terminando su segundo libro llamado “El cuidador del Zoo”.


¿Cómo te definirías?
Creo que soy un soñador. El camino en búsqueda de la felicidad es demasiado extenso. Cuando uno encuentra algo que le hace bien o le proporciona felicidad, debe aferrarse a eso y no soltarlo jamás. Es mi caso. Yo quería contar historias, primero me encontré con el formato de blog, después de libro, y ahora de televisión.

¿En qué momento de tu vida empezaste a escribir?
Creo que fue algo innato. A los siete años vi por primera vez la película "Cinema Paradiso" y me dije a mi mismo que si alguien había sido capaz de escribir algo tan perfecto, yo tenía que hacerlo. Escribir es un proceso, una forma de vida. En mi caso, comencé a escribir gracias a un amigo, y nunca más frené. Fue por una apuesta, ja.

¿Qué habían apostado?
Un querido amigo mío me apostó que si me presentaba en tres facultades de cine aplicando para una beca, para estudiar guión, seguramente en una me la darían. Finalmente acepté la apuesta y fuimos a tres facultades. En dos de ellas me dieron beca completa, y en la tercera media beca. No se equivocaba. El sale en la dedicatoria del libro por que para mi fue un gesto de grandeza.

¿Después estudiaste en una de esas facultades?
Si, estudie en el Cyevic y en la escuela municipal de cine contemporáneo. Pero me encontré frente a materias y cosas que no me llenaban. Así que largué todo y me fuí a estudiar guión de cine con Paula Arella y literatura en una biblioteca de Acasusso.

¿Estudiabas dirección de cine?
Si, estudiaba dirección de cine por que en ese momento uno no podía especializarse hasta ser licenciado. Pero yo quería contar historias, no me interesaba pelar cables, hacer castings o buscar locaciones.

¿Cómo fue la experiencia de estudiar guión con Paula Arella?
Fue muy satisfactoria. Aplicábamos todo a la práctica y dejábamos de lado la teoría. Creo que en todos los aspectos de la vida, siempre es mejor equivocarse en la acción que morir en la teoría. Así que comenzamos a escribir una serie televisiva, que si bien nunca mostré, me la guardo como un recuerdo de una etapa buena para mi.

¿Podés contar algo de esa serie que escribiste?
Si. Era una serie al mejor estilo ocupas. Droga, fútbol, distintas clases sociales. Un poco de realidad nacional volcada a una novela que encerraba la historia de un chico que crece sin chances, y lo difícil que es seguir el camino recto de la vida cuando se te presentan ocasiones simples de tomar atajos.

¿Tenés intenciones de presentar ese guión en los canales?
La verdad que no. He vendido mi serie televisiva llamada "El cuidador del Zoo" a la productora TJM. Ellos están manejándola. Al mismo tiempo estoy escribiendo una nueva con Silvina Einsentein, guionista de duro de domar.

¿De qué trata la serie “El cuidador del Zoo”?
Uf, ¿Como explicarlo? “El cuidador del zoo” es un adulto sociópata que tiene demasiados problemas para insertarse en la sociedad. Es una persona que ha conectado más con los animales que con el mundo actual. Al mismo tiempo en sus dificultades de integrarse a la sociedad termina protagonizando escenas ridículas por las cuales termina en un grupo de ayuda. Allí comienza a vivir una historia con toda esta gente, que tiene problemas psicológicos, que ven el mundo de distinta forma, y también se enamora. Lo cual termina mostrando el esfuerzo de una persona "anormal" por decirlo de alguna forma, intentando ser "normal". Creo que los problemas psicológicos son un tabú, y que se debería hablar mucho más de ellos. El rivotril, el ansiolítico, y todo lo respectivo a la mente, son el reflejo de que en algo estamos fallando todos.

¿Cómo surgió la idea?
Surgió a raíz del personaje del Bobero. Siempre quise hablar de las personas que no la tienen fácil. Creo mucho en la psicología, y la gente a veces tiende a asustarse y creer que están solos en el mundo, que solo a ellos les pasan ciertas cosas, y cuando conocen personas en su misma situación respiran una fuerte bocanada de aire. Y pensé, ¿Por que no juntarlos a todos? ¿Por que no mostrarlo? Me gusta escribir acerca de las cosas que me van sucediendo, o que me quitan el sueño. Lejos del personaje del bobero, existo yo, una persona. Y si me decido a escribir algo, me comprometo al cien por ciento. Por eso siempre abordo temas en los que estoy interiorizado, pero intento hacerlo en tercera persona, no quiero que me coma el personaje, ja.

¿Cuánto de auto referencial hay en tus historias?
Siempre existe algo. Muchas veces lo desfiguro para llevarlo a lo que quiero mostrar. Esa es la tarea del escritor, contar la historia sacándole el mejor provecho.

¿Cómo se dio lo de empezar a escribir un guión junto a Silvina Einsentein?
Fue por pura casualidad. Se dio que nos encontramos, y nos dimos cuenta que pensábamos y compartíamos cosas y pensamientos. Cuando hay química es simple trabajar. Con ella estamos haciendo un trabajo serio, que de hecho ya ha sido mostrado. Tenemos mucha fe en ese proyecto.

¿Podrías adelantar algo del proyecto?
Si, es la historia de un hombre extremadamente soberbio que posee una empresa muy bien posicionada y pierde todo. De ahí en adelante, comienza a descubrir miles de sentimientos tapados, familia, etc. Y al ser extremadamente capaz, es desopilante para el la idea de abrir un diario y salir a buscar trabajo. En síntesis, es la historia de un hombre que lo tuvo todo, y lo perdió. Pero lo que más le asusta, es lo que encontró al perderlo todo; su familia, sus sentimientos, amigos, hijos. Y como superar esa barrera de ser un magnate, y enfrentarse a entrevistas laborales por sueldos mínimos. Una comedia, ácida, y con demasiado humor negro.

¿En qué proceso de escritura se encuentra la historia?
Si. Tuvimos el placer de mostrárselo a gente importante del medio y gusto. En este momento estamos en el séptimo capitulo, y la idea es que sea un unitario.



Hablemos de “El bobero”, ¿en qué momento decidiste volcar tus ideas en un blog?
Mmm, nació por casualidad. Encontré un texto de Hernán Casciari que parecía escrito por mi mente. Le mande un e-mail y terminamos escribiéndonos seguidos. El me sugirió que comenzara a escribir. Y como la ultima vez que lo habían hecho no se equivocaron, decidí obedecer, ja.

¿Qué fue de lo primero que escribiste?
Acerca de mis compañeros de cine. Los odiaba en silencio. Y lo primero que escribí fue una historia de ellos. Cuando la termine y la publique, se la mande a todos al e-mail. Solo de jodido, ja.

¿Por qué los odiabas?
Por que todos eran demasiado pretenciosos. El primer día de clases, todos tenían pensadas no menos de veinte películas, y resulta que al final ninguno hizo tres carajos. Por otro lado, todos juegan a ser under y artistas. La diferencia entre un artista y un cirujano, es que al cirujano le dan el diploma y en ese preciso instante ya se le dice "doctor". El artista es artista solo una vez que hace algo.

¿Recibiste alguna respuesta de ellos por lo que habías escrito?
Si, demasiadas. Pero sospecho que al final les termine haciendo un bien, ja. Otra de las cosas era la eterna pelea con el capitalismo. Yo laburaba, y tenia que ponerme un traje, y eso era muy mal visto el traje. "Ahí viene el capitalista". Si, acá vengo con todo, y agarro tu historia de mierda del tren del pueblo pobre y me limpio el culo, jaja. Ellos tenían una concepción de la vida, de la raza humana, y de todo distinta a la mía. Yo quería escribir, no necesitaba un uniforme de artista para eso, ellos si.

Volviendo a tu blog, ¿a qué le atribuís tanta cantidad de visitas y de gente que comenta en tus notas?
Creo que la porción de la torta literaria esta repartida de una forma injusta. Así como también la tele, las películas, y todo lo que signifique una expresión. La gente no es idiota, podes cagarla una vez y venderle mierda, pero tarde o temprano buscan algo mejor. No sé si yo soy mejor, solo sé que soy una de las pocas personas que escribe sin ser diplomático. Cuando empezás a escribir pensando en si gustará o no, perdiste el rumbo. Uno tiene que ser honesto consigo mismo en cualquier trabajo que elija.

¿Alguna anécdota que te haya pasado con el blog?
Uf, demasiadas. Pero entre las mejores fueron sin duda alguna una carta de una iglesia, otra de una asociación sin fines de lucro de lucha contra la obesidad, y un mago obsesionado conmigo entre otras.

¿Qué pasó con el mago?
Nada, un loco, dentro de un mar de locos. El tipo decía que yo había escrito algo pensando en el. Lógico, ni siquiera nos conocíamos, pero insistía en que tenia que reunirse conmigo. Creo que la gente esta muy sola, es como te decía acerca de la serie televisiva, cuando encuentran a alguien que les confirma lo que ellos piensan, necesitan prenderse de esa idea a cualquier precio. Es feo sentirse solo.

¿Cómo reaccionaste ante tanta insistencia?
No reaccioné, ese fue el problema. Últimamente he recibido llamados y mails locos. Intento mantenerme alejado de la locura, yo ya vuelo bajito.

¿Por qué pensás que hay tanta gente sola?
Si pudiese saber la razón de la soledad, estaría en otro lugar. Pero en mi humilde opinión, considero que estamos en una época social en la que el ser humano necesita sentirse querido, y busca constantemente el amor propio por fuera. En mi caso, disfruto mucho la soledad, soy muy amigo de mi mismo.



¿Cómo se dio lo de editar un libro con las notas de “El bobero”?
En primer lugar se me acercaron algunas editoriales. Finalmente me incline por una grande, pero que en la corrección de estilo prácticamente borraba todos mis pensamientos. Así que opte por renunciar dinero y poder hacerlo como yo quería. Ahí apareció Editorial Mesa y me dio la libertad de poner lo que se me cante.

El prólogo lo escribió Hernán Casciari, ¿qué opinó del libro?
Si, fue un orgullo muy grande para mi tener un prólogo de un escritor completamente consagrado. Leyó el libro y le gusto. Al fin y al cabo, él es una especie de padrino para mi en esto. Por otro lado elegí a mi hermana Carolina para que escriba unas palabras en la contratapa. Ella también me conoce bien y fue un placer pasar a la inmortalidad de la mano de una hermana.

¿Qué podés decir de tu hermana, Carolina Aguirre, creadora de "Ciega a citas"?
Uf. ¿De mi hermana? Podría decir miles de cosas. Pero me quedo con la persona y no con su talento. Así como tambien le dedique el libro, encontré en ella una persona capaz, que vale la pena, y que me dice que no todo esta perdido. Es un ejemplo de persona, no solo por sus logros. Mi hermana es la típica persona que te ayuda por lo bajo, sin reclamar nada, sin esperar nada a cambio. Para mi es alguien muy importante, y voy a estar eternamente agradecido en todo sentido con ella.

Por último, ¿hay posibilidades de ver una obra con las historias de “El bobero”?
En eso estamos. Hay una oferta firme para teatro, pero eso lo esta evaluando quien tiene los derechos del mismo. Pero de momento intento pensar con frialdad todo lo que hago y dar pocos pasos pero firmes, no quiero caerme de un escalón demasiado alto.
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