La escritora Rocío Cortina armó la antología de cuentos All inclusive, relatos de amor y desamor que se publicó a través de la editorial Textos Intrusos. Fue la encargada de seleccionar a los autores con la idea de trabajar con nuevas voces de la literatura argentina. Además, la también periodista señaló que es una especie de “todo incluido” del amor, donde caben distintos imaginarios, entre los cuales también está el desamor, el desencuentro con el otro, el amor a la familia, a los amigos, a la vocación o profesión. Habló con Entre vidas acerca de dicha publicación y de sus próximos proyectos entre los que se destacan una novela y otra antología vinculada a textos periodísticos y crónicas.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Ninguno fijo, aunque sí respeto ciertos esquemas. Si estoy con un proyecto escribo de forma bastante metódica, cuando termino de trabajar, por la noche, o a veces por la mañana bien temprano. Si no estoy muy conectada leo algunos fragmentos de libros que me gusten, pongo música, aromas ricos… en ese sentido soy muy terrenal, relaciono el hecho de escribir con algo placentero, entonces me gusta estar cómoda, en un lugar lindo (mi casa por lo general), no puedo producir algo si estoy apurada o si sé que tengo cosas pendientes. Y si estoy trabada con los personajes o con alguna escena, me encanta salir a la calle a mirar, recorrer lugares llenos de gente en busca de caras o situaciones.
¿Con qué frecuencia escribís?
Trabajo en periodismo, con lo cual escribo todos los días. Ahora, como decía antes, si estoy con un proyecto literario, con un cuento o un libro por ejemplo, trato de hacerlo todos los días, cada vez que tengo un momento libre. Creo que cuando hay una idea en la cabeza o una emoción que puede convertirse en un texto, no hay que abandonarla hasta que se encauce o tome forma.
¿Cómo surge la idea de armar la antología de cuentos All inclusive, relatos de amor y desamor, publicada por la editorial Textos Intrusos?
Fue una propuesta de Hernán Casabella, de Textos Intrusos, y surgió después de publicar Fiestas Sísmicas con la misma editorial. La idea fue trabajar con voces nuevas de la literatura argentina. Me gustó eso, y me gustó también la propuesta sea temática.
¿Por qué decidiste ponerle ese nombre al libro?
Es un juego de palabras un poco caprichoso que remite al concepto de all inclusive del turismo. Al aceptar trabajar con la línea temática del amor me propuse tener una mirada amplia y no atarnos a historias con ideales románticos, a historias de parejas heterosexuales únicamente. Con Casabella coincidimos en que es una especie de “todo incluido” del amor, donde caben distintos imaginarios, entre los cuales también está el desamor, el desencuentro con el otro, el amor a la familia, a los amigos, a la vocación o profesión. En fin, todo es amor si uno se pone a reflexionar, incluso en el acto de escribir también hay amor.
¿Cómo fue el proceso de selección de los autores que aparecen en la antología?
Llegué a los autores a través de distintos talleres literarios, de material que yo ya había leído en distintos momentos. Y la selección final estuvo marcada por la adecuación al tema, por los enfoques novedosos, las historias frescas. En el libro hay textos de Zulima Abraham, Ana Clara Azcurra Mariani, Sofía Blasco López, Federico Capobianco, Elías Alejandro Fernández, Juan Manuel Maza, Mateo Mórtola, Andrés Pinotti, Martín Satelier, Juan Ignacio Sapia y Paloma Cáceres Urban.
¿Cuál es tu cuento preferido de la antología y cuál el que destacan los lectores?
Todos me parecen muy buenos textos, cada uno con su estilo y enfoque particular sobre el amor. El libro recién se lanza, veremos cuál es el comentario de lectores. Por nombrar solo uno, destacaría el cuento que abre el libro, que es La Convicción, de Juan Sapia. Es la historia de una pareja con sobrepeso, en donde el amor al otro está muy relacionado con el amor a la comida. La comida es casi un tercero en cuestión. En los personajes de Sapia hay conductas asociadas a la comida, a querer comerse al otro, a verlo comer que son muy interesantes.
¿Qué autores recomendarías?
Mis imprescindibles suelen ser mujeres: Silvina Ocampo, Samanta Schweblin, Mariana Enríquez, Lorrie Moore, AM Homes, Clarice Lispector. Pero también Fabián Casas, Iosi Havilio, Félix Bruzzone, Raymond Carver, J.D Salinger, Junot Díaz. Y muchos y muchas más.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Si tuviese que hablar de objetivos, cada texto escrito y leído es un objetivo en sí mismo. Leo y escribo, y me gusta mucho incentivar a otros a que lo hagan a través de los talleres que organizo. Pero sinceramente nunca me cerró mucho la idea de “ambiente literario”, me remite al “mundillo”, siempre me dio la sensación de una cosa cerrada y exclusiva a la que pocos pueden acceder, un poco asfixiante también. Es justamente esa idea que de chica no me dejaba acercarme a talleres o a ciertos espacios vinculados a la literatura, y noto que muchas personas cargan con ese prejuicio del ambiente literario. La literatura abre nuevos mundos, por eso creo en una literatura inclusiva, que acerque a los lectores.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Estoy escribiendo una novela y planificando otra futura antología, aunque vinculada a textos periodísticos, con crónicas. También estoy dando talleres de iniciación a la lectura y la escritura. En eso está puesta mi energía hoy.
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