La escritora
Carolina Soria habló con
Entre Vidas acerca de su primera novela
Usted no puede responder (Otra novelita lumpen) publicada por
Azul Francia Editorial y contó que la historia la empezó a escribir a partir de la imagen de una mujer parada frente a un timbre intentando ser escuchada por alguien.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
No tengo uno definido. Depende además de lo que escriba. A veces puedo escribir un poema en el colectivo porque hay alguna idea que me da vueltas y quiero hacer algo con eso.
Cuando escribí la novela sí tenía en claro que quería trabajar en ella, así que de alguna manera me exigía tener una cantidad de páginas por semana. Durante ese proceso sí tuve un ritual: caminar…
Salía a caminar por Parque Centenario y además escuchaba música. Creo que, si bien cada vez que me senté a escribir, frente a la compu, trataba de ver qué hacían los personajes y describir qué estaban haciendo, caminar me permitía pensar qué escenarios, qué otras posibilidades… fue caminando que vi el final, o que me di cuenta de los giros que la novela podía tener.
¿Con qué frecuencia escribís?
Mientras escribí la novela, todos los días. Luego seguí trabajando en otro proyecto, y también escribí todos los días. Tengo momentos en los que no escribo. Yo los llamo de maduración…
A veces la medida de la escritura pareciera ser la productividad y eso es algo a lo que de alguna manera intento resistir. Creo que la creación tiene distintos momentos, escribir es apenas uno. También hay momentos de introspección. Creo que porque aún no es el momento para continuar una historia. No sé... Así me funciona a mí. No digo que a todos les pase.
Luego están los momentos de corrección, los de poner a ver en otros qué funciona más y qué no. Ni hablar de editar…
¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
Mi viejo no terminó la primaria porque tenía que trabajar. Mi vieja alcanzó el tercer año de la secundaria. También tuvo que trabajar. Creo que ambos quisieron que nosotros tuviéramos otras oportunidades. Quizás no nos alentaban con la literatura específicamente, no era algo verbalizado. Pero sí con el estudio. Mi viejo solía premiarnos con masitas (algo que para nosotros era muy costoso) el día del estudiante. Mi vieja nos compraba la colección de la revista Anteojito para que nos fuera bien en la escuela. No es que ellos nos decían “leé” o nos leían a nosotros. Creo que el deseo de ellos de que no tuviéramos que levantarnos a las cuatro de la mañana para salir a un trabajo permitió que tuviéramos accesos a los Clásicos de la literatura… aunque apenas venían algunos capítulos.
Algo más que recuerdo es que mi viejo viajaba mucho para llegar al trabajo, así que él solía tener unos libritos de bolsillo sobre el lejano oeste… solíamos ir con una cantidad a la estación cercana a mi casa y los cambiaba por otros… No sé… leí “Sherlock Holmes viaja a América” que era una historia muy bizarra de un tipo destripando gente en Estados Unidos… jajaj!
¿Cuál fue la imagen disparadora que da inicio a la historia de tu novela Usted no puede responder (Otra novelita lumpen)?
La imagen es una mujer parada frente a un timbre intentando ser escuchada por alguien. Recibida. Si la tengo que describir es la mujer temblando más por no saber qué le espera que por el frío. Rondando. Habiendo llegado hasta allí y arrepentirse e irse. Pero luego vuelve y lo enfrenta.
Es el encuentro con los fantasmas, los miedos, los temores. Que pueden tener una respuesta sencilla de la que, tal vez, este personaje no está listo para procesar. Entonces merodea…
¿Por qué le pusiste ese nombre?
Porque es una referencia literal, algo que aparece en la novela y es un shock. Pero también es algo que está implícito en la novela todo el tiempo. Quién no puede responder, a qué, a quién… qué pasa con las respuestas, con lo que no se puede decir, con lo que se dice pero no se escucha…
Fue una sugerencia de Luis Mey, cuando estaba buscando el título. Creo que se lo dije y él me respondió que no podía tener un mejor título.
La bajada (otra novelita lumpen) surgió porque cada vez que hablaba de mi trabajo, la nombraba como una “una novelita lumpen” jugando un poco con lo escrito por Bolaño. La nombré tantas veces así, que un día comencé a pensar por qué. No sólo la temática me parece que tiene que ver con lo lumpen, lo marginal… sino que algo de la escritura, sin querer, estaba ahí: sintético pero a la vez diciendo cosas terribles…
¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Azul Francia Editorial?
Un amigo, Marcelo Rubio, me sugirió que me contactara con distintas editoriales, entre ellas estaba Azul Francia… y fue mágico. Creo que lo que encontré en la editorial y sobre todo en Fran (editora) fue el acompañamiento. Para mí era algo totalmente nuevo, y la editorial estaba también comenzando… sentí que podíamos ir creciendo juntos.
¿Qué repercusiones tuviste de los lectores de la novela?
Yo estoy más que feliz con las devoluciones. En general han coincidido en dos cosas: una es la forma de la escritura, con la que entran en la historia de manera sencilla. En ese sentido la escritura no es pretenciosa. Lo otro es la sorpresa. Son los giros que la historia tiene y que de alguna manera resignifica lo anterior. Muchos me decían “yo pensaba que esto terminaba así, y me jodiste”… jajaja!
Después tuve otras devoluciones muy lindas. Desde gente que me contó haberse identificado porque vivió algo parecido a interpretaciones que yo no me había dado cuenta de que estaban en la historia, pero que son válidas…
¿De qué temas se nutre tu escritura?
Creo que hablo de la imposibilidad. Para algunos puede ser una historia de amor-desamor, de la infancia, de las elecciones y las exigencias, de la soledad y qué se hace con ella, de pibes en riesgo y de la falta de adultos… pero en definitiva creo que se trata de la imposibilidad. De que algo siempre queda vacante y entonces hay que vérselas con eso.
¿De qué tema que todavía no hayas escrito te gustaría hacerlo próximamente?
No tengo ninguno específico. Creo que la literatura te permite más que decir, mostrar. Y eso tiene otro efecto. Poder pensar, repensar porque algo te toca. Eso me gustaría. No es tanto de qué me gustaría escribir, sino lo que me gustaría provocar.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Me gustaría transitarlo, crecer de a poco. No tengo apuro.
En mi experiencia, escribir sólo fue posible cuando pude tener estabilidad en otros aspectos (laboral, económico). Hace unos años comencé a transitar un taller y al principio era un hobby, un espacio para sentirme bien. Hace un tiempo, muy cortito, comencé a pensar en hacerlo de manera profesional y entonces nació “Usted no puede responder”.
¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy trabajando en otra novela. En esta aparecen temas como la apropiación, la adopción, la vulneración de derechos en niños, la identidad. Generalmente la apropiación uno la asocia rápidamente a la dictadura, pero en este caso, no. Se trata más bien de una entrega ilegal que sucede en los ochenta. Y la responsabilidad del personaje, que en los tiempos de hoy sabe de esa historia y se pregunta si debe contarla.
Leer más...