La escritora Zayra Margot habló con Entre Vidas de su libro Pedazo de carne publicado por Halley Ediciones y contó que el poemario tiene el orden y disparador de mis recuerdos y alguna que otra mentirilla piadosa.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Previo a que escriba siempre hay algo que me desborda, pero que se va formando en días anteriores. Me pongo inquieta, me da fastidio todo y odio muchas cosas de mí. Después miro por la ventana, me pongo audífonos con volumen a mil. Doy unas cuantas pitadas hasta que se me vienen frases y las anoto en el computador o en alguna hoja que esté cerca. Así es casi siempre. Sufro cuando escribo, pero se siente rico igual.
¿Con qué frecuencia escribís?
Todas las semanas escribo. Muchas veces son cosas inútiles, pero son el proceso para llegar a algo que no me parezca tan laxo. Pero también me cuido. Cuando la escritura está hurgando muy en mi inconsciente la aparto. Pienso que la imagen del escritor como alguien que le hace bien escribir es errónea (pasa como modo de descarga o poner en papel un sentir, pero no siempre es así y hay que aceptarlo). Hay algo más ahí que un simple gusto. Pienso que estaría bueno aprender a desplazar la escritura y respetar sus momentos.
¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
Nació porque debía de nacer. Antes pasé por la narrativa, pero como todo texto, está lleno de poética. Sentía que cada capítulo que escribía podría resumirse en alguna frase. La poesía siempre estuvo rondando, aunque no la quisiera ella se metía como la mayor delincuente. Pero también hubieron protagonistas. Recuerdo que hace casi dos años fui a los talleres del GYM POÉTICO dirigido por Gerardo Montoya y él siempre nos ponía en aprietos, nos lanzaba consignas y como podíamos nos resolvíamos y después a salir al escenario. Todo así. Nos lanzaba a la cancha. Todo muy lindo.
¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara Pedazo de carne?
Pedazo de carne somos todos. Nos creemos importantes cuando en verdad somos carne medio cocinada y a veces podrida de tanto enredo que nos metemos con la vida. A veces deseamos mucho para ese saco de fluidos y huesos que somos.
¿Cómo fue el proceso de selección de las poesías que aparecen en el libro?
Los poemas fueron saliendo solos. Escribía y solo continuaba. Tienen el orden y disparador de mis recuerdos y alguna que otra mentirilla piadosa. Después Mariana Kruk seleccionó los 6 poemas que quedaron fuera de Pedazo de carne, pero los pueden encontrar en el tríptico. Esa fue una gran idea de Mariana.
¿Cuál es tu poema preferida del libro?
No sé si es mi favorito, pero es uno que no puedo dejar de recordar y que creo que muestra el deseo enjaulado con toda la carne viva puesta en el asador. Es el poema 26.
¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Halley Ediciones?
Ya sabía de Halley Ediciones y me parecía una editorial muy particular. Se notaba el cariño y respeto por la obra de cada poeta. Una noche terminé de armar el poemario y decidí mandarlo y Mariana me contestó al día siguiente. Me dijo que se había desayunado mi poemario y eso me entusiasmó mucho. Estoy agradecida por la confianza que depositó en mí y por apostar por mi obra.
¿De qué temas se nutre tu escritura?
Pedazo de carne es todo lo que no se dice. Es poner la carne viva en el asador (como respondí líneas arriba). Me parece que resulta necesario poder expresar las cosas tal como son, con las palabras verdaderas y sin esconder (aunque siempre se está escondiendo algo). Todo esto sin perder la poética y seguir con un hilo conductor, que en este caso es resaltar todo objeto inanimado y animado en el papel de ser un Pedazo de carne, el cual pasa por un tránsito de deseos y sigue siendo, a pesar de todo.
¿De qué temas que aún no escribiste te gustaría hacerlo en un futuro?
Prefiero terminar con las cosas que estoy arrancando antes de pensar en algo a futuro. Soy una persona que piensa a corto plazo. Creo que conforme vaya terminando lo que estoy haciendo y transite con el día a día saldrá un tema interesante para escribir.
¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
Recomiendo a Jorge Eslava. Es un escritor peruano que sin querer me inculcó las ganas de escribir. Fue mi profesor en un curso llamado Expresión Escrita en la Universidad de Lima. Deben de leer la novela Sol en su piel y Navajas en el paladar (tiene un trabajo de campo impresionante). Son dos grandes obras de este escritor.
De poesía recomiendo a Macarena Trigo. Su poemario Rabia y Relojería es bastante fuerte. Me parece que es un buen referente de la poesía actual.
¿En qué otro proyecto estás trabajando actualmente?
Ahora estoy haciendo una novela que se llama (hasta ahora) Un dildo y un amor. En el taller de Leticia Martin siempre pasan cosas hermosas y estoy trabajando este proyecto de novela junto a mis compas: Lucía Esteban, Mavi Massaro, Mónica Jurjevcic y Laura Saiz. Todas comandadas por Leticia. También estoy trabajando entre las paredes blancas de mi cueva, un poemario acerca de las mujeres de la familia, todo lo que pasa en generación en generación y cómo cada hija, nieta, bisnieta afronta ese paquete maléfico (para mí siempre lo que se hereda tiene un tinte maléfico y extraño).
Junto con una gran amiga, Lina Arroyo, estamos entusiasmadas por realizar un guión para un largometraje de ficción. Así que estamos copadas con eso. Ya tenemos nuestras ideas y nos juntamos constantemente para ir charlándolo. Esperemos que después de nuestras vacaciones tomemos mejor impulso.
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