La escritora Gabriela Larralde publicó el libro de cuentos Soluciones quirúrgicas con la Editorial Zona Borde y estuvo hablando con Entre Vidas acerca de los temas que la obsesionan y que sirvieron para desarrollar cada una de las historias.
¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
No, ninguno. En general cuando me siento en la computadora ya voy con algo escrito en algún papel o en el celular porque mis comienzos de cuento, poema o capítulo de novela no suceden nunca frente a una computadora.
¿Por qué decidiste ponerle a tu libro Soluciones quirúrgicas?
Porque resume la búsqueda de todos los cuentos. Todos son intentos de soluciones, pero soluciones quirúrgicas. Que implican que lo que se soluciona no es que se arregla o vuelve a estar como estaba, sino que cambia su estructura, su fisionomía, y ya no vuelve a ser lo mismo. Soluciones Quirúrgicas, es el slogan de una marca, Cedex, que lleva el casco del padre médico y conductor de tc pista de la protagonista del cuento con ese nombre. Es una empresa que existe y vende productos como clavos quirúrgicos para cirugías. Un clavo es una solución quirúrgica, soluciona, pero un fémur no vuelve a quedar nunca como antes, el operado puede caminar y tener una vida normal, pero ahora lleva un clavo adentro de su cuerpo. Nunca más vuelve a ser el mismo. Me interesan esas transformaciones cuando hablamos de solución. A veces una solución es temporaria, errática, frágil, injusta, pero es igual algo que se resuelve de algún modo.
¿Cómo surge la posibilidad de publicar con la Editorial Zona Borde?
Le mandé el libro a Laura Massolo justo cuando ella se estaba por ir de otra editorial, yo no lo sabía. Le gusto y me dijo que la esperara, que quería que Soluciones fuera parte del catálogo del primer año de su nueva editorial, Zona Borde. Así que la esperé porque su lectura del libro fue muy enriquecedora y salió felizmente por un sello que ya tiene muy buenos autores y autoras.
¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos que forman parte del libro?
El libro originariamente tenía once cuentos que respondían a ese paraguas de Soluciones Quirúrgicas, tenía otros pero no planteaban ese quiebre que para mí era importante. Mis editores, Massolo y Burzi me pidieron uno más, querían doce, porque mis cuentos son cortos. No tenía escrito ninguno que quisiera incluir así que escribí Juntos y solos. Creo que pude hacerlo en poco tiempo porque ya en ese momento tenía muy en claro el universo del libro. De otra manera, es muy difícil sumar cuentos como caramelos.
¿De qué te nutriste para escribir las historias?
De los temas que me obsesionan. A veces son pequeñas cosas, un gesto, una persona, una situación. Son cuestiones a las que le dedico mucho tiempo en mi cabeza por algún motivo que no sé cuál es. Entonces empiezo a escribirlas para sacármelas de la cabeza y de esa forma, a veces, entiendo un poco por qué me obsesionaban tanto y se van. Otras veces, no se van y es peor porque con la publicación te empiezan a preguntar por ellas.
La contratapa del libro fue escrita por el prestigioso Pablo Ramos, ¿cómo llegaste a él y qué fue lo que te dijo cuándo le hiciste la propuesta?
Pablo fue y es mi maestro porque esas relaciones no desaparecen. Un maestro es lo mejor que te puede pasar, en muchos ámbitos, en la escritura sobre todo. Trabajé el libro de cuentos en su taller de los miércoles con grandes compañeros escritores que también están publicando o por publicar. No recuerdo cómo se lo pedí, recuerdo que me abrazo.
En el cuento Como si estuviéramos en Moscú se narra el momento final de una pareja en la noche de Navidad. ¿Cómo nace la idea de esa historia?
Me gustan las cosas que pasan en Navidad y si es un desencuentro, mejor. Sobre todo porque esa historia tiene después un encuentro, tal vez muy sutil y volátil, pero que termina siendo más importante para la protagonista que su crisis anterior. Me gustan los detalles que te pueden salvar. ¿Y si nace de algún lado? Claro, a mí me salvan detalles.
¿Cuál es tu cuento preferido del libro y cuál es el que más te destacaron los lectores?
No tengo un cuento preferido. Me gustan los preferidos de otros porque me permite pensar por qué esa persona eligió ese cuento mío ¿Qué me dice de él o de ella? En general destacan: La cocina estaba azul (Eterna Cadencia lo publicó en su blog); Eliseo Ryazan (Lo van a realizar en el programa Animal que cuenta, por Canal Encuentro este año) y los dos que vos nombras: Soluciones Quirúrgicas y Como si estuviéramos en Moscú (cuento que el director de cine Mariano Toledo quiere hacer corto).
¿Qué objetivos te fijaste dentro del ambiente literario?
Ninguno. Quiero escribir y que me publiquen obviamente. Pero creo que si el libro es bueno me publicaran eventualmente, si el libro no es bueno, mejor que no me publiquen! Seguiré escribiendo y así.
¿Qué otros proyectos tenés?
Ahora estoy escribiendo una novela. Ese es el proyecto más importante. Pero hay otros, doy clases en la carrera de escritura de la Universidad Nacional de las Artes, tengo mi taller particular, organizo un ciclo de lecturas de poesía junto a Carolina Giollo que se llama Rumiar Buenos Aires. Soy la encargada de comunicación de la Red Federal de Poesía, tengo algunos proyectos audiovisuales propios, uno para este año… Varias cosas que tienen siempre como base la escritura.
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