domingo, 10 de noviembre de 2019

Martín Di Lisio: “Tuve mucha influencia de mi paso por la carrera de Antropología”





El escritor Martín Di Lisio habló con Entre Vidas acerca de su novela Paraguay publicada por Alto Pogo y contó que la imagen disparadora que dio lugar a la escritura de la historia se dio mientras cuidaba a su abuela en un hospital de Loma Hermosa. Además, el autor adelantó que está terminado de corregir su segunda novela y a mitad de camino de la tercera.



¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Necesito que haya silencio, y un mate a mano si es de mañana, o un té si es de noche.  Suelo leer en voz alta los últimos párrafos del día anterior, para reconectar con el clima y el tono.

¿Con qué frecuencia escribís?
Actualmente, dos o tres veces por semana. Pienso todo el tiempo en lo que estoy escribiendo, pero encontrar el momento de sentarme a escribir me está costando. No hace mucho que prefiero las mañanas a las noches, y eso me ordena un poco el día.

¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
Fue un poco de todo. Mi viejo siempre fue lector de historietas, y de ahí vienen mis primeras lecturas. Y mi vieja tiene un puñado de libros de un Círculo de Lectores de los años setenta, esos libros también influyeron.

¿Cuál fue la imagen disparadora que da inicio a la historia de tu novela Paraguay?
Yo pasaba la noche en el Bocalandro, un hospital de Loma Hermosa, acompañando a mi abuela que estaba internada, esperando una prótesis para la cadera. Y a la noche, yo ya estaba  dormitando, se escuchó una explosión. Un familiar de otro paciente volvió de afuera y nos contó: habían prendido fuego un camión de reparto en la esquina, y había explotado. Esa imagen, el realismo conurbano como le digo, fue el puntapié para Paraguay.

¿Cómo fue el proceso de construcción del protagonista Cáceres?
El elemento de la niebla en los primeros escritos de la novela fue central para ir delineando a Cáceres. Así llegó su origen: una zona nebulosa como el Amambay paraguayo. Se me hizo un personaje callado, aburrido, que se dejaba llevar por los acontecimientos. La primera versión de Paraguay fue un intento en primera persona, pero me chocaba contra las paredes, porque la visión desde Cáceres era demasiado pasiva y silenciosa.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Alto Pogo
Conozco a Marcos Almada desde hace años, y siempre estaba latente la posibilidad de mandarle una novela. Cuando la terminé me la pidió, y así fue. Se inició un proceso muy lindo de edición, Marcos es un gran editor.

¿Qué repercusiones tuviste de los lectores de la novela?
Por suerte muchas y muy buenas. Llama la atención la lógica de la comunidad del taller mecánico, esas noches de teatro y otras artes, esos rituales del grupo. También hubo preguntas de ciudadanos paraguayos que llegaron por la tapa. Quieren saber por qué se llama así la novela, qué sucede, qué representa. Otros me hablan del final, de la sorpresa.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
Tuve mucha influencia de mi paso por la carrera de Antropología, en mis primeros dos libros hay huella de esas lecturas: religiosidad, simbolismos, rituales. De mis lecturas de libros de no-ficción, salen ideas, datos, geografías. Después está la realidad, que siempre irrumpe con alguna imagen, alguna frase, y eso dispara la escritura. Pero no tengo un listado de temas predefinidos. Hace muy poco un amigo que sigue las carreras de autos, me mostró un video de un accidente mortal del TC, y de ahí salió un cuento. Creo que escribo justamente por eso, porque no tengo manera de predecir qué cosas voy a contar, cuál de todos va a ser mi próximo tema.

¿De qué tema que todavía no hayas escrito te gustaría hacerlo próximamente? 
La música y la pintura también son influencias fuertes en mi escritura. Me gustaría plasmar en un libro, la música de alguno de mis discos preferidos, por ejemplo. No sé cómo todavía, tengo alguna idea suelta, pero eso lo tengo pendiente. Así como también, adaptar a la dramaturgia cierta saga de novelas latinoamericanas. Un trabajo arduo.

¿Qué libros o autores recomendarías? 
Es una suerte que entre lo contemporáneo y lo vernáculo haya tanto, mucho y muy bueno.  Ahora se me ocurren tres y muy distintos:
Sergio Gaiteri, el cordobés, su libro Nadie extrañaba la luz, editado por Alto Pogo, y también su producción anterior. Me gustó Sara Luna, libro de poesía de Tom Maver, editado por Llantén. Y si quieren un poco de asfixia, lean Trasfondo de Patricia Ratto, una historia de los submarinistas  en Malvinas, editado por Adriana Hidalgo.

¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Terminando de corregir mi siguiente novela, me faltan los últimos retoques, y estoy en la mitad de la escritura de lo que sería mi tercera novela. En paralelo, terminé un libro muy corto de poemas, y un próximo libro de cuentos. Ahora a buscar editorial.



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