domingo, 26 de enero de 2020

Josefina Bianchi: “El título forma parte de un verso en el que dos personas se ven enredadas y se comparan con un collage del constructivismo ruso”





La escritora Josefina Bianchi habló con Entre Vidas acerca de su libro Enredadera rusa publicado por Caleta Olivia y contó que intentó que los poemas estuvieran entre lo solemne y lo banal, entre  lo antiguo y lo moderno, y  jugar con ambas puntas para trabajar una tensión desde ahí.




¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
En general, lo único que necesito es tener mi computadora y algo caliente para tomar. Un lujo es que suene algo de música instrumental.

¿Con qué frecuencia escribís?
Soy muy desordenada y trabajo más que nada desde mi casa, así que los tiempos me son difusos. No tengo rutinas, ni creo en la inspiración. Lo hago cuando puedo.

¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
En la primaria tuve varias maestras que nos daban ejercicios con poemas e incentivaban la escritura, y al ver que eso era algo que me interesaba, mi familia y amigxs me compraban o armaban cuadernos y me hacían recitar (algo que me divertía pero también me daba mucha vergüenza). Así que maestras, familia y amigxs, una buena combinación.

¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara Enredadera rusa?
El título forma parte de un verso en el que dos personas se ven enredadas y se comparan con un collage del constructivismo ruso. La idea de un arte comprometido y de la implementación de una  combinación de técnicas, junto a la desorientación que estas producen al no saber en dónde empieza un material  y termina el otro, siempre me interesó. Desde esa línea, intenté que el libro estuviera entre lo  solemne y lo banal, entre  lo antiguo y lo moderno, y  jugar con ambas puntas para trabajar una tensión desde ahí. Eso es la enredadera rusa, que también puede sonar  a “ensalada rusa” o “ruleta rusa”.

¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en el libro?
Si algún poema no funcionaba en tanto a lo que me interesa lograr o decir, el poema era descartado, pero la realidad es que todos los poemas de este libro fueron escritos para este libro.

¿Cuál es tu poema preferido del libro y cuál es el que destacan los lectores?
Mi preferido es el número 10, y supongo que el que destaca entre los lectores es el 19. Ambos igual trabajan, de alguna manera, las mismas ideas: un mundo que parece estar hecho para los hombres, barcos y mujeres que hacen lo que pueden y arman estructuras como motor y  supervivencia.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Caleta Olivia?
En la presentación del libro Selva Ociosa, de Noe Vera, Pablo Gabo me preguntó si estaba escribiendo, si estaba pensando en armar un libro. Me dijo que quería leerme y ver si podíamos editar algo. Al tiempo empecé a armar  Enredadera y recordé la posibilidad de publicar en Caleta, en donde sabía que se trabajaba muy  bien y tenías la  posibilidad de estar rodeadx de poetas geniales. Desde ese lugar, me parece importante comentar que en la página de legales se encuentra una leyenda que dice “Obra impulsada por Caleta Olivia”; esto a simple vista me sonó raro, pero después pensé que  Pablo es una máquina de leer y buscar material, así que ahora me parece algo hermoso y acertado.

¿De qué temas se nutre tu escritura?
De las mujeres que me rodean, de lo que esperan las instituciones de nosotrxs y  de mi historia familiar.

¿De qué temas que aún no escribiste te gustaría hacerlo en un futuro?
No sé si hay un tema en particular sobre el que me gustaría escribir. Creo más en el modo de decir las cosas, que en la cosa concreta.  Si la poesía puede ser un modo de ver el mundo , entonces todo puede decirse poéticamente. Solo espero seguir leyendo y escribiendo, y que ambas acciones me resulten cada vez más desafiantes.

¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
El monopolio de la sensibilidad, de Marina Gersberg, amiga y compañera de catálogo y presentación en Caleta Olivia. Marina arma un fuego chamánico de palabras que traza la maternidad y el caos. A Marina Mariasch y Noe Vera, recomiendo no solo leerlas, sino también hacer taller con ellas. También a  Valeria Tentoni, Flavia Garione y Fernanda Mugica, a quienes les conocí su obra primero en lecturas y hoy quiero leer  todo lo que escriben. Podría seguir con Laura Wittner, Estela Figueroa, Vanina Colagiovanni, Beatriz Vignoli, Paula Jiménez España. Y aunque no sea estrictamente poesía: Sontag, siempre Sontag.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Con Máquina de Lavar estamos terminando nuestro nuevo libro de poemas y traducciones. Por otro lado, con Victor López Zumelzu otro de poesía que lleva el título de “Estimado poeta”. Por mi lado, estoy jugando y no tengo nada definido.



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