domingo, 1 de marzo de 2020

Cecilia Ferreiroa: “El entusiasmo por la literatura me lo transmitieron las mujeres en mi familia”




La escritora Cecilia Ferreiroa habló con Entre Vidas acerca de su libro La parte enferma publicado a través de la editorial Obloshka y contó que el nombre surge de un verso de un poema de Denise Levertov. Además, la autora adelantó que actualmente está trabajando en unos cuentos que transcurren en una isla del Delta de Tigre.

PH Marie Cirer



¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
A veces escribo en cuadernitos que uso especialmente para escribir. Antes compraba cuadernos lindos, que me gustaban –amo las papelerías–, pero ahora me los hago yo misma; cosidos a mano. Muchas veces escribo en ellos y otras directamente en la compu. Me gusta escuchar música mientras escribo. Me inspira, o me pone más fácilmente en clima.

¿Con qué frecuencia escribís?
Depende del tiempo que tenga, la tranquilidad de espíritu y cosas como esas; pero trato de escribir seguido aunque no siempre es cada día, y no siempre es un cuento sino pequeños textos. Me gusta mucho la escritura de textos breves, especies de crónicas literarias o impresiones, relatos de situaciones, que empiezo y termino en el día. Son textos en los que me puedo detener, enfocar en detalles, en pequeñas cosas y en la escritura. No escribo si no tengo la disposición, no me gusta forzar la escritura, que sea algo burocrático, para mí está vinculada con el placer, la felicidad.

¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
De chica vivíamos en México y no teníamos una biblioteca. Los libros habían quedado en Argentina (muchos enterrados o quemados). Entonces mi madre me iba trayendo libros y yo los leía vorazmente. Recuerdo que a veces me hablaba un poco de la historia que contaba el libro. Todos los libros que me traía eran libros que a ella le gustaban también mucho, y que los tenía muy presente. Recuerdo varios de Julio Verne, Poe, Conan Doyle, Jack London. También me estimulaba a escribir, los adefesios que seguro escribía eran muy elogiados por ella. Un poco más grande, ya de regreso en Argentina, mi abuela también me transmitió su amor por los escritores rusos. Solía rondar la mesa donde dejaba los libros que estaba leyendo, y cuando detectaba que ya los había terminado, los agarraba y los leía yo. Una tía me llevó a conocer los escritores latinoamericanos, que a ella le gustaban mucho. El entusiasmo por la literatura me lo transmitieron las mujeres en mi familia y no tenía nada que ver con algo acartonado o solemne, era muy vital. Todas leían mucho y hablaban mucho de literatura, sobre todo de los personajes de los libros como si fueran conocidos de toda la vida. Creo que esa fue la mejor manera de llevarme a amar la literatura, a través de un vínculo gozoso, lleno de vida.

¿Por qué decidiste que tu libro de cuentos se llamara La parte enferma?
Es parte de un verso de un poema de Denise Levertov, una poeta que me gusta mucho. El verso completo es: Tal vez yo sea la parte enferma/ de una cosa enferma. Me pareció que tenía mucho que ver con el universo de los cuentos del libro. De alguna manera los describe.

¿Cómo fue el proceso de selección de los cuentos que aparecen en el libro?
Fue parte también el proceso de edición del libro, conversado con Silvia Itkin, mi editora. Eliminamos dos cuentos que necesitaban más trabajo y agregamos uno que nos pareció que iba bien con el universo del libro.

¿Cuál es tu cuento preferido del libro?
Creo que mi preferido es “Autitos de colección”. Se trata del vínculo un poco brutal de una madre ya grande con una hija. Habla un poco de la vejez, de las frustraciones, de lo cotidiano de un vínculo (las pequeñas cosas) y la manera algo confusa de vivir, sin mucha reflexión. A pesar de sus carencias, el personaje de la madre me gusta mucho, me resulta alguien lleno de vida y encantador.

¿Cómo surge la posibilidad de publicar con la editorial Obloshka?
Silvia se acercó un día y me contó que había lanzado una editorial con su socio, Gastón Levin, y que quería editar un libro mío. Yo estaba buscando editorial así que en un momento me decidí a publicar con ellos. Y hasta ahora todo fueron buenas sorpresas, así que estoy muy contenta.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
De todos los temas que me conmuevan, me interesen. Me gusta poner foco en pequeñas cosas cotidianas que muestran una manera de actuar de los personajes o de estar en el mundo, y que a la vez tienen algo que se mueve en un límite, cierta extrañeza o exageración, algo que los saca sutilmente de la normalidad.

¿De qué temas aún no escribiste, pero te gustaría hacerlo en un futuro?
Creo que no tengo temas preestablecidos. En general, no pienso en grandes temas al momento de escribir, pero quizás algún día me gustaría trabajar con la enfermedad, aunque todavía no he encontrado la manera de abordarla.

¿Qué libros o autores recomendarías?
Muchísimos. Creo que hay que leer y releer literatura universal, de este siglo y de otros siglos. Melville, Chejov, Orgullo y prejuicio de Jane Austin, Kafka, La montaña mágica y Tonio Kröger de Thomas Mann, Katherine Mansfield, Scott Fitzgerald. Un poco más acá: Carson McCullers, Cheever, Lucía Berlin, Alice Munro, Julio Ramón Ribeyro, Otras tardes de Luis Loayza, Silvina Ocampo, Sara Gallardo, entre muchos otros. Y poesía siempre.

¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy trabajando en unos cuentos que transcurren en una isla del Delta de Tigre. La idea es que cada cuento esté dedicado a un personaje que habita en la zona, pero los personajes reaparecen en los otros cuentos, interactúan de manera más o menos conflictiva. Tengo la idea general y algunos cuentos esbozados.



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