Entre Vidas entrevistó a la escritora Giselle Aronson para hablar acerca de su libro de cuentos Poleas y de su novela Dos, que posiblemente se publique este año.
¿Por qué tu libro de cuentos se llama Poleas?
Porque me parece que es un concepto que representa a la narrativa breve. Copio la contratapa del libro, mi manera de explicarlo: Una polea es un dispositivo que, mediante una fuerza acotada, permite generar un movimiento, desplazamiento o fuerza mayores o más amplios.
El cuento breve actúa bajo el mismo principio: una idea, una imagen, un recorte, una escena, nos abre la posibilidad de revelaciones, nuevos descubrimientos, realidades que se descrifran o se traslucen. Universos mayores o más amplios que se despliegan a partir de fuerzas pequeñas y simples pero poderosas. Poleas.
Comparándolo con tu anterior publicación Cuentos para no matar y otros más inofensivos aparecen varios cuentos más extensos, ¿es algo que te planteaste inicialmente?
No me lo planteé específicamente como objetivo para Poleas, sí como desafío a partir de mi primer libro. Notaba una comodidad peligrosa en el microcuento y me propuse abordar otras extensiones. Surgieron cuentos más largos, continué trabajando sobre el microrrelato y escribí una novela.
¿Cómo se dio la posibilidad de editar el libro con Textos Intrusos?
Cuando tuve el libro terminado inicié la búsqueda de editorial. Textos Intrusos respondió, se mostraron interesados en su publicación y así fue.
El cuento “Loli” es brillante y a la vez muy duro, ¿qué sensaciones te quedaron tras escribir esa historia?
Me quedó la sensación de conocer al personaje muy íntimamente, como si hubiera convivido con él muchos años, como si fuese mi amigo. Loli es un personaje más de novela que de cuento, tiene otra impronta, se impone a la trama. Siento que tengo que escribirlo más, de hecho, estoy pensando en incluirlo en textos que estoy escribiendo ahora.
En el cuento “Poco creíble” de una editorial le responden a un escritor que si quiere que le lean su novela tiene que buscar algún dato excéntrico, ¿es solo ficción o realmente pensás que los escritores son desprolijos y bohemios?
Ese cuento habla del prejuicio, del prototipo, del encasillamiento. En este caso recae en el escritor pero podría aplicarse a muy variados casos.
¿Cuáles son tus cuentos preferidos de Poleas?
Loli a la cabeza. Todos los de la primera parte, fue un desafío escribirlos.
¿Cómo fue la experiencia de escribir la novela Dos?
Dura. Tuve que hacer un cambio de chip y pasar del formato cuento breve a otro completamente diferente, plantearme otra forma de escritura.
¿Qué podés adelantar de la historia?
En principio, es la historia de dos mujeres que viven en una ciudad chica del sur del país. Una es la esposa del intendente de la ciudad, la otra trabaja como personal de maestranza en una escuela. En principio.
¿Cuándo se publica?
Hay grandes posibilidades de que se publique este año. Crucemos los dedos.
¿Con qué obstáculos te encontraste al pasar de escribir microcuentos a algo de mayor extensión?
Tengo una tendencia a la condensación, a no detenerme lo suficiente en una escena. Tuve que aprender a darle tiempo a la trama, a ir desgranándola poco a poco. De todos modos, la novela tiene un lenguaje ágil y se pone el énfasis en las acciones.
Para muchos escritores es más complicado escribir microficciones, ¿cómo es en tu caso?
En mi caso es a la inversa, no encuentro dificultades en la escritura de los microrrelatos.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy escribiendo algo que todavía no tiene una forma concreta. Sin darme cuenta, empecé a escribir una línea argumentativa en la computadora y otra en una libreta, a mano. Hasta que me di cuenta de que formaban parte de lo mismo. Veremos si sigo con la misma modalidad.
jueves, 13 de febrero de 2014
Giselle Aronson: “Notaba una comodidad peligrosa en el microcuento y me propuse abordar otras extensiones”
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