El escritor Juan Manuel Vega acaba de publicar el libro “Una noche para la victoria” a través de la Editorial Hesíodo y hablo con Entre Vidas acerca de éste lanzamiento, de sus primeros pasos dentro del mundo literario y de sus próximos proyectos.
¿Tenes algún ritual en el momento previo a escribir?
Realmente no en el sentido de ritual o "cábala" pero sí que me puse como objetivo sentarme a escribir solamente en los momentos en los cuales sentía que podía surgir de mí algo interesante. Por lo general lo hago de madrugada, es un momento silencioso y un espacio más propicio para conectarse con lo que uno siente.
¿Cuál fue la imagen disparadora de tu libro “Una noche para la victoria”?
Si tuviera que elegir un disparador para sentarme frente al primer desafío de una hoja en blanco es un momento personal difícil. Este es el único punto en donde no me gusta ser autorreferencial, no quiero aferrarme a una historia complicada que puede causar empatía para promocionar el libro. Pero resumiendo fue un momento personal que compartí con la gente que me quiere. Siempre o casi siempre las situaciones inspiradoras son las que no son bonitas y ésta no fue la excepción.
¿Por qué le pusiste ese nombre?
La novela tiene algunas pinceladas políticas, casi siempre en forma de metáfora, pero es casi una provocación, un juego. Recuerdo una conversación con mi familia donde me recomendaban no ponerle este título por miedo a que la gente que no comulgaba con esa ideología en particular no se sintiera atraída, la decisión de ponerle "Una noche para la victoria" fue un redoblar la apuesta. Si alguien no está ni siquiera dispuesto a encontrarse con una historia por el título sin saber siquiera que no es un libro de política entonces que no lo lea, no estoy interesado en llegarle a esa persona. Como dice el tango, para que pueda gustarte esta historia da lo mismo que seas cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
¿Cómo te llega la posibilidad de publicar con la editorial Hesíodo?
Fue una larga búsqueda, más que nada por mi juventud y falta de experiencia, llegué a esta editorial a través de conocidos que la recomendaron. Fue una decisión complicada, yo no tenía idea del proceso que requiere publicar un libro y puedo decir que he quedado conforme con los resultados, y por sobre todo empecé a meterme en este mundo maravilloso de poder transmitir algo expresándome artísticamente.
¿Hay algo autobiográfico en el libro?
Si claro, yo creo que todos los autores nos nutrimos de todo lo que tenemos a mano, de todo lo que nos parece interesante. Hay vivencias únicas que sirven a la hora de construir un relato. Tenemos también además la posibilidad de tomar prestado lo que nos gusta de otros autores, en la novela hay dos referencias claras a Alejandro Dolina y Jorge Luis Borges, casi a modo de homenaje, porque si se cruzó por mi cabeza escribir fue gracias a haberlos leído a ellos. Puntualmente lo que es autobiográfico me lo reservo, pero puedo decir que es mucho... uno mezcla la ficción con vivencias propias, cosas que le pasaron a amigos o familiares, cosas que escuchó, cosas que vio, cosas que se imagina cuando escucha una canción o ve una película. Creo personalmente que por más ficticia que sea la narración siempre tiene algo del autor.
¿Para el que todavía no leyó tu novela qué podrías adelantar de la historia?
Podría adelantar que es la historia de alguien de mi edad, sufriendo y gozando por amor, sintiéndose bien o mal con su entorno, el motivo de conflicto es bastante fantástico pero que no deja de estar ligado con lo bien o mal que uno se desenvuelve en su vida cotidiana según como se sienta en ese terreno. Es un ida y vuelta al pasado, la comparación inevitable cuando el corazón pone las cosas blanco sobre negro. La metáfora político-social también está presente, pero más con la intención de ilustrar como nos descalificamos, como nos etiquetamos para arriba o para abajo más que defender una ideología en particular.
¿Qué trabajo previo realizaste antes de ponerte a escribir el libro?
En este sentido creo que tuve mucha suerte, no tuve que realizar ningún trabajo previo, tal vez porque la historia ya se estaba incubando dentro de mí o porque las musas me asaltaron.
Siento que solo fui un canal, que la historia ya estaba en algún lado y lo único en lo que tuve que trabajar fue en ponerle mi impronta y en tratar de que ese relato salga de mí en los momentos en los que estaba emocionalmente ligado a lo que pretendía escribir.
¿Cómo te definirías como escritor?
Creo que soy un romántico en el sentido literario de la palabra, me gusta corregir poco y que esté presente ese sentimiento en lo que se lee. Prioricé ese golpe emocional que puede dar una puteada cuando sale, esa sensación tan única de un sentimiento descripto en el momento en el que se está sintiendo. Esas son las cosas que más me gusta leer y a lo que apunté, es casi un objetivo para mí transmitir sentimientos.
¿Qué objetivos tenes dentro del ambiente literario?
Llegar lo más lejos posible, no me corto las alas. Me gusta escribir y mientras tenga algo interesante para contar lo haré. Y más que en el ambiente literario mi objetivo es el de cualquiera que escribe o se expresa artísticamente, que es que a uno lo quieran, que el que en este caso lea, sienta empatía con uno. Para mí un libro es una extensión del ser del autor, si a uno le gusta un libro le está diciendo a esa parte del escritor que lo acepta... y en el mejor de los casos lo quiere.
¿Qué proyecto tenes para este año?
Para este año en particular mi proyecto es darme a conocer, con esta novela o con un segundo libro.
Creo humildemente que tengo mucho para dar, podrá gustar o no, pero hay más cosas que pueden surgir de mí y estoy dispuesto a compartirlas con todo aquel que quiera leerlas.
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