La escritora Paula Giglio publicó el libro de poesía Un lugar para mis piernas largas con Caleta Olivia Ediciones y habló con Entre Vidas acerca del proceso de escritura en el que escribió sobre Buenos Aires. Además, la poeta señaló que si bien los libros que publicó hasta ahora son de poesía, no pierde el interés por otros géneros literarios.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
No es algo que prepare, en verdad, porque siempre me sucede en la calle, cuando viajo en colectivo, en el medio de una reunión, cuando ya casi estoy por dormirme… Entonces lo que hago es anotar la idea, o a veces directamente el verso, y con el tiempo empiezo a encontrar patrones comunes en todo ese material aparentemente inconexo que se va generando.
¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
Más que amor, yo diría extrañeza, factor sorpresa en un sentido positivo, y fueron los poetas neobjetivistas, llamados también “poetas de los ´90”. En este estilo -más bien descriptivo, donde aparece la voz de un sujeto que observa los acontecimientos como desde afuera- encontré una puerta para empezar a escribir en verso.
¿Por qué decidiste que tu libro se llamaría Un lugar para mis piernas largas?
Era algo que tenía escrito mucho antes de que el libro comenzara a armarse. Pensé varios títulos, pero ninguno me cerraba. Hasta que un día, revisando notas viejas, dije: es este. Creo que los mejores títulos aparecen siempre como una epifanía.
¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en el libro?
De repente, estaba escribiendo sobre Buenos Aires. Los poemas van, caminan solos y un día se frenan. Ese día descubrí que tenía un libro terminado.
¿Cuál es tu poema preferido del libro?
Y… es como preguntarle a una madre a cuál de sus hijos quiere más. Amo a todos los poemas por igual. La experiencia que está por detrás de cada poema puede ser, en todo caso, de mayor o menor agrado; en este sentido, tengo hermosos recuerdos del primer año en el que me mudé a Buenos Aires, donde todavía me perdía por sus calles y no sabía qué colectivo tomar para ir acá o allá. Lo viví como una exploración diaria y divertida. Hoy lo revivo cuando, de repente, me encuentro cortando camino por una calle insólita, cuyo nombre no me suena ni remotamente. Hay algo de inocente en el hecho de estar perdido en un lugar, como una sensación de infancia.
¿De qué temas se nutre tu escritura?
Me suelen hablar de la influencia de la filosofía en mi poesía, de la que seguramente no me escapo. En lo personal, igualmente, me autopercibo como alguien que escribe más desde lo intuitivo, desde algo cotidiano; situación común que no pudo ser registrada como común y natural. En esa vuelta de tuerca va un poco mi camino. Últimamente, las grandes ciudades han sido fuente de inspiración, por supuesto con Buenos Aires a la cabeza.
¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
No sé si los recomiendo, en el sentido de que no todo autor es para cualquier lector, pero son los que a mí me gustan: los objetivistas –Casas, Wittner, Gambarotta, Raimondi, por poner algunos- Symborska, Brodsky, Circe Maia, Sharon Olds, Lydia Davis, Anne Carson, Teillier, Lihn, Vallejo, Han Dong, Lispector, que no es poeta pero su prosa es muy poética, lo mismo con Marguerite Duras, Marechal, Di Benedetto, Inés Garland… Además de narrativa, también leo dramaturgia. Beckett me marcó un montón.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Los mismos que intento tener en cualquier grupo humano reunido bajo algún fin común; no creo que haya que sobrestimar las circunstancias externas sin que primero se generen en algún lugar más interior de uno, y si uno considera que lo que escribe (más todo el trabajo que eso conlleva) es valorable, en el afuera va a tener valor, va a generar empatía, va a traer afecto. Yo recibo muchos mensajes de gente que no conozco que alguna vez leyó un poema mío, o que recibieron la recomendación de mi libro, o que lo encontraron en la biblioteca de un amigo ayudando en la mudanza y lo leyeron y les encantó… Ese tipo de anécdotas y devoluciones me llenan de alegría porque quiere decir que en un mundo tan dividido, el arte todavía genera puentes entre los seres humanos; ni hablar de cuando me escriben diciendo: compuse este tema en base a tu poema… Se me vino esta imagen y la pinté, mirá, ¿te gusta?
¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Caleta Olivia Ediciones?
Lo mandé a la editorial y a Gabo le gustó.
¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Me interesa la escritura en todas sus facetas. Ahora se me dio por escribir poesía, pero nunca pierdo el interés por otros géneros literarios y la indagación en universos para mí desconocidos. Algún día, quizás… Por lo pronto, tengo otro libro de poesía en camino, ya casi listo, que viene escribiéndose desde hace dos años. Pero tiempo al tiempo, que las Piernas Largas se van a poner celosas.
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