La escritora Flor Canosa, luego de su flamante novela Lolas, publicó el libro Bolas con la editorial Zona Borde en la que según palabras de la autora cuenta las miserias de Federico, el macho promedio que transita una epopeya mediocre tratando de comprender por qué ha quedado castrado. Además, adelantó que este año se publica su primera novela de ciencia ficción llamada Pulpa a través de la naciente editorial Obloshka.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
No soy muy afecta a los rituales, creo que depende más del momento y de la obra. En mi última novela, la que se publica este año, empecé a escuchar música Ambient para generar una suerte de trance climático, pero me considero más caótica e informal. No necesito silencio ni soledad.
¿Con qué frecuencia escribís?
Por períodos, todos los días, varias horas. Pero hay momentos en que necesito dejar descansar la obra un par de días, incluso meses. Esa distancia es fundamental porque el material cobra otra dimensión mientras no la escribo. Y suelo olvidarme de fragmentos y giros de la obra, lo cual hace que el reencuentro sea más enriquecedor y facilita la corrección.
¿Cuál fue la imagen disparadora que dio inicio a la historia de tu novela Bolas?
Mi novela anterior tenía una narradora femenina en primera persona y quería experimentar ese mismo recurso, pero con un narrador masculino. La anterior narraba la posibilidad de la pérdida de los atributos más evidentes de una mujer (sus pechos) y entonces decidí espejar ese mismo vacío, partiendo de un tópico común (un tipo se despierta una mañana y no tiene más testículos), explorar esa crisis de emasculación (no simbólica, literal) y fantasear qué puede suceder con esa premisa, para construir un universo masculino que dialogara (de alguna forma) con la novela anterior.
¿Por qué decidiste ponerle ese nombre?
Lolas es el título de mi primera novela, así que era casi cantado que Bolas tenía que llamarse esta para seguir con la apuesta.
¿Cómo se dio la posibilidad de publicar el libro con la editorial Zona Borde?
Conocí a Juan José Burzi en las redes sociales y comenzamos a charlar sobre mi material. Le pasé mi novela anterior, tuvimos un par de reuniones y me dieron la bienvenida al catálogo de la editorial. Laura Massolo, su socia en Zona Borde, sintió que necesitaba que formara parte de los autores de su editorial.
Para el que todavía no leyó la novela, ¿con qué se va a encontrar?
Una novela incómoda. Sencilla, sin vueltas, con humor y amargura. La prosa es despojada y directa, en un estilo que ya abandoné en mis nuevos proyectos pero que me pareció la adecuada para una nouvelle que pretende llamar a las cosas por su nombre y que desnuda las miserias de Federico, el «macho» promedio que transita una epopeya mediocre tratando de comprender por qué ha quedado castrado. No es fácil. Es liviana al principio, pero se va tornando oscura y asfixiante hacia el final.
¿Qué repercusiones tuviste respecto de los lectores de la novela?
Creo que tuve reacciones diversas. Algunos la adoran, otros la odian. Me han escrito para insultarme por ciertos giros de la novela o están sorprendidos por la veracidad en las vivencias de un personaje masculino en primera persona. Quizás todavía hay cierto prejuicio con que una autora mujer pueda ahondar en tópicos de la sexualidad masculina sin eufemismos y describiendo sensaciones y emociones que desconozco en carne propia pero que he investigado profundamente.
¿De qué tema que todavía no escribiste tenés pensado hacerlo próximamente?
Hasta hace poco no había escrito ciencia ficción en literatura (sí para cine y TV). Siempre es el cuerpo el protagonista real de mis novelas. El cuerpo y sus límites, así que sigo incursionando en esa obsesión.
Por otra parte, me gustaría muchísimo seguir escribiendo literatura infanto-juvenil, género que disfruto muchísimo, aunque todavía no he tenido la suerte de ser publicada.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
No tengo trazado un objetivo concreto. Mi intención es seguir creciendo y conocer y leer a mis contemporáneos argentinos me ha ayudado muchísimo para encontrar mi camino. Llegué al ambiente casi por casualidad, habiendo escrito toda mi vida sin llegar a publicar y sin conocer a nadie. El Premio Equis de Novela 2015 con el cual pude publicar Lolas a través de Editorial El Cuervo me abrió la puerta y todavía siento que no llegué ni al 10% de lo que creo poder dar. Quizás en un principio el objetivo era publicar. Ahora pasó a segundo plano y el objetivo es escribir mejor.
¿Qué libros de los que hayas leído últimamente recomendarías?
Actualmente estoy leyendo ciencia ficción argentina, lo cual es fascinante. Además de Plop de Rafael Pinedo, estuve leyendo Algo más De Marcelo Cohen, Cosmografía general de Laura Ponce y antologías de ciencia ficción con voces nuevas, como Futuro Imperfecto (en la cual participo). Recomiendo mucho leer a los escritores argentinos, sobre todo a los nuevos y del ámbito independiente. Es una sorpresa con muy poco marketing.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Este año se publica mi primera novela de ciencia ficción, Pulpa a través de la naciente editorial Obloshka. La ciencia ficción fue siempre mi primer amor, pero me paralizaba un poco la complejidad del género. Finalmente me animé a transitarlo. Quizás es la edad, la experiencia o la coyuntura social que me obliga a salirme del realismo. Y estoy avanzando hacia el final de la primera versión de otra novela de ciencia ficción más científica llamada Lengua.
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