miércoles, 5 de septiembre de 2018

Sebastián Fonseca: “Me gustaría escribir acerca de la fragilidad de las relaciones sociales”





El escritor Sebastián Fonseca publicó su libro de poesía Los oficios con Halley Ediciones y comentó que decidió ponerle ese nombre ya que siempre sintió una profunda admiración por quienes tienen la capacidad de ganarse la vida interviniendo la materia con sus manos. Además, contó que está corrigiendo una novela y un libro de poesía.





¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Rituales ninguno, hábitos sí. Preparo mate o café antes de apretar una tecla. En general, al momento de sentarme a escribir ya tengo una idea de lo que me gustaría hacer, aunque la mayoría de las veces es muy diferente lo que sale.

¿Con qué frecuencia escribís?
Escribo cada día un par de horas en la computadora o en el celular, pero la verdad es que pienso en el texto durante la mayor parte del día, así que podría decir que escribo todo el tiempo que la realidad me lo permita.

¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
No sé si lo llamaría amor, sino más bien interés que a través de la práctica se ha transformado en necesidad. Escribiendo narrativa noté que había llegado a un punto en el que producía y producía, pero no creaba. Me descubrí leyendo más poesía, empezaron a llegar a mí libros de poesía que me resultaban cada vez más amigables. Entiendo que eso despertó mi interés por establecer un diálogo con los tonos que me conmueven y de ahí surgió la necesidad de encontrar un tipo de registro que produzca una vibración, un algo que conmueva. Ahora que lo pienso, como interés que a través de la práctica se transforma en necesidad también puede verse al amor.

¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara Los oficios?
Siempre sentí una profunda admiración por quienes tienen la capacidad de ganarse la vida interviniendo la materia con sus manos. Es bien sabido que lo único que produce riqueza es el trabajo humano, además de ser uno de los principales espacios de socialización, y se me ocurrió que podía señalar eso si intentaba un registro poético desde las voces de diferentes oficios. Voces construidas desde la intuición, en base a un ejercicio no de imaginación sino más bien de empatía. Porque escribir es eso, ¿no?, un ejercicio de empatía.

¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en el libro?
A partir de la idea central (armar un registro poético de lo que entiendo como oficios), pensé en una estructura básica de ocho oficios con diez poemas cada uno. Me propuse escribir al menos un poema al día y ver qué pasaba. Al principio fue caótico, se me ocurría una frase, un tono, y desarrollaba el poema siguiendo esa pista que conducía a un oficio. Después, cuando tuve más claridad, pude cuidar un tono para cada oficio y escribir completando secuencias.

¿Cuál es tu poema preferido del libro y cuál es el que destacan los lectores?
Mi preferido creo que es Penumbra, de la serie Costurera, pero las devoluciones coincidieron en señalar Bosque, de la serie Leñador.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
La vida cotidiana es una cantera inagotable para la escritura.

¿Qué temas de los que todavía no escribiste te gustaría hacerlo en un futuro?
Me gustaría escribir acerca de la fragilidad de las relaciones sociales.

¿Tenés pensado escribir algún libro de cuentos o novela?
Tengo la intención de escribir una buena novela, de esas a las que no le sobra ni le falta, y mientras tanto salen otros textos. Es decir, quería escribir una buena novela, pero pasaron cosas.

¿Qué libros o autores recomendarías leer? 
Recomendaría lo poco que conozco en poesía: Graciela Cros, Cecilia Fresco, Diego Reis, Cristian Aliaga, Melissa Bendersky, Diego Bu, Raúl Mansilla, Mariana Kruk, Carlos Battilana, Elena Anníbali, Fabián Casas, Leónidas Lamborghini, Marcelo Díaz, Watanabe, Giannuzzi, Gelman, Tuñón.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Halley Ediciones
Los oficios fue premiado en dos certámenes,  pero ninguno de esos premios consistía en la publicación. Yo le había echado el ojo a la editorial Peces de ciudad y el nombre de Mariana Kruk me sonaba desde que escuché una entrevista que alguna vez le hiciera Tom Lupo. Cuando me enteré de que ella lanzaba un nuevo proyecto editorial, no dudé en mandarle el texto.

¿Qué sugerencia de la editora Mariana Kruk considerás que fue importante para tu libro?
Que no está mal el gerundio cuando funciona como adverbio.

¿En qué nuevo proyecto estás trabajando actualmente?
Estoy con las correcciones de una novelita acerca de una chica que vive en la Bariloche de principios del siglo XX y se obsesiona con un color. Y también voy por la mitad de un librito de poesía que tiene como título de trabajo Malvín, que es el barrio de mi infancia.



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