El escritor Sebastián Elesgaray habló con Entre Vidas acerca de su novela Los días de Nicolás publicada con La Otra Gemela Editora luego de ganar el concurso Pelos de Punta. Además, contó que tiene terminada una novela de fantasy y que está buscando editorial para publicarla.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
No tengo rituales precisos. Hay días en que puedo escribir dando vueltas por las redes sociales, pero otros necesito aislarme y concentrarme sin distracciones. En general depende del momento en que esté el cuento o la novela, o si es una etapa de corrección. El momento me va haciendo entrar en un ritual, no suele ser al revés.
¿Con qué frecuencia escribís?
Esta es la parte en la que debería responder “todos los días”, pero lo cierto es que tengo semanas de mucha escritura y otras en donde no toco un texto mío ni de casualidad. Lamentablemente soy muy irregular.
¿Cuál fue la imagen disparadora que dio inicio a la historia de tu novela Los días de Nicolás?
La historia tiene su inicio allá por el lejano 2013, en la primera clase del taller literario de Leo Batic. La consigna era crear y llevar para el siguiente encuentro la ficha, el dossier, de un personaje cualquiera. Y vaya a saber uno porque, me imaginé una habitación llena de osos de peluche y un pibe gordito sentado en el medio de esa habitación. A partir de ahí vino todo lo demás.
¿Por qué decidiste ponerle ese nombre?
La historia transcurre en siete días, desde el sábado 13 al viernes 19 de octubre. El título es una forma de dejar en claro que, si bien los días de Nicolás son siete, de acuerdo a como lo conocemos parece que vivimos muchos más junto a él.
¿Cómo se dio la posibilidad de publicar el libro con La Otra Gemela Editora?
A través del concurso Pelos de Punta. Creo que fue la segunda convocatoria de la editorial, y por suerte mi historia resultó la ganadora.
Para el que todavía no leyó la novela, ¿con qué se va a encontrar?
Se va a encontrar con un protagonista que de un día para el otro empieza a desmoronarse y su caída es muy rápida. No es un personaje fuerte, es más bien patético, y el camino hacia la locura se le hace bastante cómodo. También va a leer sobre lo que es capaz un ser humano sin sostén emocional, sin ningún apego a la vida.
¿Qué repercusiones tuviste respecto de los lectores de la novela?
La distribución de la novela acaba de empezar, así que no he tenido demasiadas devoluciones. Pero, en general, quienes la leyeron me hicieron saber que les gustó. Hay un impacto en el desarrollo del protagonista, y sus manías y desvaríos tuvieron el efecto deseado: el lector se impacta y queda hipnotizado por las acciones de Nicolás.
¿De qué tema que todavía no escribiste tenés pensado hacerlo próximamente?
Siempre pienso que me gustaría abordar la sátira política. El momento que atraviesa el país es más que propicio. Sin embargo, no tengo ni la retórica ni los conocimientos para emprender dicha tarea. Tal vez algún día aparezca la posibilidad pero, por el momento, me contento con ponerle nombres de políticos a algunos de mis protagonistas.
¿Qué objetivos tenés dentro del ambiente literario?
Creo que el objetivo más claro es seguir haciendo llegar mis historias a los lectores, me gustaría seguir publicando siempre, ya sea en papel o digital.
¿Qué libros de los que hayas leído últimamente recomendarías?
Actualmente estoy leyendo «Cadáver Exquisito», de Agustina Bazterrica. Es una distopía desgarradora, oscura, y escrita de forma excelente. Además, alterno con «Mondo Cane», de Pablo Martínez Burkett, un libro con sesenta microrrelatos que van desde el terror a la ciencia ficción y la fantasía. Recomiendo los dos sin dudarlo. Además, debería agregar «It», de Stephen King, el cual releí hace poco y presenta un mundo que me volvió a fascinar; y un libro que me encantó de un género que no suelo abordar fue «Adentro tampoco hay luz», de Leila Sucari.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Hay una novela de fantasy terminada hace un tiempo que me gustaría publicar, así que le busco editorial y cada tanto la corrijo. Retomé el taller literario, el cual me da constancia y un poco de disciplina para escribir. Por lo demás, siempre escribo cuentos y actualmente bosquejo una nueva novela de trama más urbana, aunque sin dejar de lado el corte fantástico.
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