miércoles, 30 de septiembre de 2009

Gabriel Schultz: "Trabajar con amigos es algo que valoro más que la plata que gano"




Es el creador de las Máximas de un Hombre Cualquiera, forma parte del staff de Basta de todo y La venganza será terrible y es uno de los conductores de TVR pero más allá de su actualidad, Gabriel Schultz está en los medios hace 20 años. Desde sus comienzos con Carlos Abrevaya en radio, pasando por trabajos junto a Badía, Araujo, Niembro hasta llegar al presente junto a Matías Martin y Alejandro Dolina en radio, y Sebastián Wainraich en televisión se ha desempeñado tanto en tareas de producción como conducción.

Fuiste DJ, estudiaste ingeniería en sistemas y fuiste profesor en la ORT, ¿en qué momento decidiste dedicarte al periodismo?
Me empecé a aburrir estudiando otra cosa y me di cuenta que me gustaba el periodismo. Llegó el momento que me planteé, no tan concientemente, sino que fue decantando y me di cuenta que quería dedicarme al periodismo, en una época que estudiar eso no era tan común como ahora. La decisión la tomé en el año 86, arranqué al año siguiente y me recibí en el 89. No había tantas escuelas de periodismo, no era negocio enseñarlo ni era negocio estudiarlo porque si hoy es difícil vivir de ésto, hace veinte años parecía más improbable aún. Hoy es difícil porque hay poco trabajo, en esa época porque era un trabajo mal pago.

¿Arrancaste con Carlos Abrevaya?
Si, arranqué con Abrevaya en Radio Municipal, cuando todavía estaba estudiando periodismo y después él se fue de la radio y yo seguí en la radio un par años. Luego, fui a Radio La Red y ahí empecé con Juan Alberto Badía, con Fernando Bravo, con Adrián Noriega, luego Marcelo Araujo y después con Fernando Niembro.

Con Marcelo Araujo hacías un personaje que tuvo mucha repercusión llamado “René”, ¿qué recuerdos tenés?
Fue lo primero que hice al aire con continuidad, a pesar que yo no aparecía en los créditos o por lo menos no quería aparecer, no quería que supieran que era yo. Más que nada porque lo hacía como un hobbie. No era mi profesión ser un humorista sino que a mí siempre me gustaba la producción, buscar notas, esas cosas. Pero como me salía con tanta facilidad y Araujo le gustaba lo hacía pero en un momento llegó a tener más trascendencia cualquier cosa que hiciera con René que todo mi trabajo periodístico. Entonces fue ganándole ese personaje a todos los demás trabajos dentro de la radio. Me dio muchas satisfacciones.

¿Llegaste a hablar con muchos familiares de los protagonistas?
Si, es decir, tenía mucha producción el programa y encima tenía la ventaja que en esa época no había tantos celulares. Tenía los números de teléfono de las casas y era más fácil hablar con las mujeres o las familias de los protagonistas. Hoy el número de la casa no te lo dan porque aparte no están. En la actualidad me sería más difícil hacer una sección como esa. Yo no quería hablar con los protagonistas, quería hablar con las mujeres, las hijas, las madres, que además me parece interesante. A veces tuvimos algunas declaraciones increíbles como las de la mamá de Nelson “Pepino” Cuevas cuando entró a insultar a los dirigentes de River. También, cuando llamé a Blatter y me habló de los gatos de Buenos Aires, de cómo se divertía cuando venía a nuestro país. Hay algo que éticamente es discutible que es que ellos nunca supieran que estaban al aire. Reconozco que estaba mal pero se buscaba no incomodar, sino que la idea era divertir. Nunca buscaba una declaración que le trajera problemas al protagonista, no era la idea de la sección.

¿Cómo conociste a Matías Martin?
Llego a Matías porque él arranca en la Rock & Pop un programa, el productor que tenía se tiene que ir y llama a una persona que había sido profesor de Matías en TEA para que sea el productor. Esta persona había estudiado conmigo y como no podía me recomendó y el flaco me conectó con Matías. Yo renuncié mi trabajo en la escuela, estaba en el laboratorio de computación y me vengo por la mitad del sueldo y perdí la relación de dependencia que tenía. Es decir, me perdí diez años de antigüedad en blanco, renuncié en la ORT, podría haberme llevado mucho dinero pero prioricé la vocación. Sentí que era el momento, que tenía que seguir mi vocación. Sino posiblemente seguiría siendo profesor de computación y me sentiría muy mal.

¿Qué podés decir del programa de radio “Basta de todo”?
Es un programa de amigos. En general, en los programas que trabajé se creó éste clima, un estilo de trabajo. No venimos a sufrir a la radio sino que venimos a divertirnos y creo que se le transmite a la gente. El verdadero éxito radial se basa en que uno la pase bien.

¿Cómo surgió lo de las “Máximas de un Hombre Cualquiera”?
Eso surge porque yo siempre tenía ese tipo de observaciones tajantes sobre cosas y Juan Pablo Varsky, que en ese momento estaba en “Basta de todo” con nosotros me obligó a hacerlo al aire. Fue así. Me dijo que pensará una para decir y yo estaba en la producción y me hizo pasar, me insistió. Lo hice al aire, la gente se puso a debatir, se convirtió en una obligación y tuvo mucha repercusión positiva.

¿Te piden por la calle que digas alguna máxima?
Si, odio eso. No es que ando por la vida tirando máximas y cada vez me cuesta más. No es tan fácil. Trato que tenga cierta posible intención de realidad la máxima, aunque a veces parezca que no. Es buscar algo que sea posible que ocurra, por más que tal vez no lo sea.


¿Cómo se dio tu llegada al programa “La venganza será terrible” de Alejandro Dolina?
Es algo que a ésta altura de mi vida ya ni me lo planteaba. Se fue dando, Coco Sily se fue a la televisión con Alejandro Fantino y quedó el lugar vacante. Me probaron y quedé. Es maravilloso, es aprender algo nuevo. Es como si estuviera haciendo un master y está bárbaro. Se van dando cosas que nunca hubiera soñado que me iban a pasar y se dan con una naturalidad que me sorprende.

Con Matías también trabajaste en televisión en el programa “Arde Troya”, ¿eras un notero agresivo para preguntar no?
Si, fue lo primero que hice en televisión. Al principio lo hice con cierta inseguridad de mí mismo y después ví que tenía repercusión positiva en la gente. Pero había un momento que sentía que estaba haciendo algo raro porque era un total desconocido para las personas que entrevistaba y los bardeaba. Se ve que les habré caído bien porque nunca tuve un problema.

¿Ningún famoso se enojó?
El hermano de Susana, Patricio Giménez, una vez se enojó porque le pregunté “¿de qué vivís?, me respondió “yo canto” y le dije “dale, no me jodas, ¿de qué vivís?” y ahí me dijo que si la nota iba a ser así parábamos ahí. Paró la nota y no quiso seguir pero ahora si me lo cruzo, todo bien. Yo hacía ese tipo de preguntas.

¿Te sentiste cómodo trabajando en “Indomables”?
Si, no pude instalarme como panelista porque iba dos veces por semana, me turnaba con Gustavo Noriega. Entonces era raro, en radio puede ser más común lo de no ir todos los días. Igualmente me divertía y Roberto Pettinato fue muy generoso conmigo en el sentido de repartir el juego y darme un pie para que hiciera un chiste. Laburé con él tres meses nada más y puedo decir que conmigo se portó muy bien.

Actualmente en televisión sos uno de los conductores de Televisión Registrada, ¿el programa va a continuar?
El programa creo que va a seguir, no va a seguir en Canal 13, ésto ya es un hecho y no sé en dónde va a seguir. Es algo que escapa a mi decisión, ni que siga, ni que termine. Me entero muchas cosas de TVR leyéndolas en páginas de Internet o en diarios, no porque me las comunique alguien. Generalmente somos los últimos en enterarnos, tanto Sebastián Wainraich como yo, de las cosas que van a ocurrir. Nunca se nos pregunta por los informes o por los invitados. Hay un guión en el programa pero ni lo miramos, es un apoyo por si no se nos ocurre nada. Hay un gran guionista que es Pablo Mir, muy creativo y escribe muy buenos chistes que a veces ayudan muchísimo cuando no tenemos nada para decir pero también tenemos la posibilidad de improvisar.



¿Qué significan para vos Matías Martin y Sebastián Wainraich?
Tengo un vínculo enorme. Son dos personas que aprecio mucho, que considero amigos y que la verdad que laburar con amigo no sé si se puede repetir en alguna etapa de la vida. Ojalá toda la vida pudiera elegir trabajar con gente como ellos y si es por mí, ya te firmo que si. Es gente con la cual no tenemos discusiones, no hay peleas y no hay competencia. Son cosas muy valiosas, sobre todo en el medio, donde hay una competencia feroz y la amistad es una palabra que se usa mucho pero que no existe. Trabajar con amigos es algo que valoro más que la plata que gano.

¿Qué proyectos tenés para el futuro?
Seguir con lo que tengo. Si pudiera subsistir con éstos trabajos sería muy feliz. No es una cuestión de perdurar sino que lo disfruto, sobre todo el de la radio. El de la televisión tiene sus meses, en estos momentos no están fáciles las cosas. No por una cuestión profesional sino por cuestión de coyuntura. Me gustaría seguir con “Basta de todo” muchos años más y en la televisión me gustaría seguir haciendo un TVR que vuelva a ser humorístico y que vuelva a tener objetividad.

¿No estas conforme con el TVR actual?
En algún punto no porque ha perdido objetividad y sinceramente a mí me gustaría que fuera más equilibrado.

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