lunes, 27 de agosto de 2018

Yanina Giglio: “Quería que mi primer libro funcionara como un todo”






La escritora Yanina Giglio habló con Entre Vidas de su libro La Do Te publicado con Alción Editora y de Odelia Editora, editorial formada por ocho mujeres de diferentes disciplinas. Además, contó que trabaja en un formato de entrevistas un tanto particulares, que recibe el nombre de La entrevista patafísica.




¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
Siento la escritura como un ritual en sí mismo.
Creo que estamos siempre escribiendo porque estamos vivos, despiertos en estado de extrañamiento o de alienación estamos constantemente acumulando historias, atravesados por miles de situaciones de comunicación, recubiertos de memorias sensibles. Escribir, en este sentido es vivir, es respirar la letra, el signo, como materia viva significante.
A esto es lo que llamamos escrivivir. Yo practico escrivivir: escribo con y desde el cuerpo. Digamos que primero la experiencia atraviesa el cuerpo, para luego ser ficcionalizada en papel. Considero al primer momento, el de experienciar, propiamente de la escritura; y el segundo momento (cuando estamos en el teclado o con la birome) este es para mí un momento de montaje o de reescritura. Luego vendrá el “verdadero” trabajo del proceso: editar para resultar originales.
Pero si me preguntás por el momento previo a sentarme frente a la pantalla, diría que suele ser un tiempo de observación profunda, ya sea de un material escrito o fílmico o de la empiria misma.

¿Con qué frecuencia escribís?
Siguiendo la lógica de mi primera respuesta “siempre estamos escribiendo”, ya sea en modo de sentir el mundo o en modo de ficcionalizar y trasvasarlo en papel.

¿Quién te inculcó tu amor por la literatura?
Es un amor propio. Nos conocimos durante una guerra, eso que fue mi infancia. Ella fue mi campo de refugio. La amaba más y más, porque lograba alejarme y protegerme de la violencia que reducía mi vida.

¿Por qué decidiste que tu libro se llamara La Do Te?
Fue una decisión ética y estética, conceptual también, que funciona casi en forma de acertijo. Quería que mi primer libro funcionara como un todo, como un signo en sí mismo, entonces, en el nivel de sentido del significado encontraba “La dote”, con toda la cuestión machista de la mujer entendida como una mercancía que se entrega y se decide sobre ella y sin ella. Digamos que la temática de los textos del libro estará denunciando esto una y otra vez: nacer con el género femenino es un estigma, ya es per se ingresar a un estado de violencia.
Por otro lado, del lado del significante del signo, su parte audible, me gustaba imaginar estos textos como partes de una sinfonía musical que complementaba y acompañaba a otros escritos, de otros escrivivientes. El ritmo poético preeminente en la prosa me resultaba una ofrenda musical (La y Do). Así fue que imaginé una nueva nota musical: “Te”. Sería una nota musical faltante que interpelaría al otro, buscándolo, un sonido específico como un pedido de auxilio o de piedad.
Así, entonces, desde el título del libro ya se puede jugar a descubrir la multiplicidad de sentidos.

¿Cómo surge la elección del epígrafe, fragmento de Jacques Derrida?
Fue ya hacia el final, cuando tenía que entregar el manuscrito a la editorial que encontré esta frase. Y fue un momento de cierre (aunque se lea al principio del libro) porque me permitió entender desde la racionalidad qué era lo que estaba denunciando en letras. Me dio la síntesis de la trama que subyace en alguna de las capas de sentido que aglomeran La Do Te.

¿Cómo fue el proceso de selección de los relatos que aparecen en el libro?
Solo quedaron fuera de esa camada algunos textos muy herméticos, con lo cual selección casi no hicimos, se decantaron solos (digo hicimos porque La Do Te fue parte de mi trabajo en el taller de la poeta Claudia Masin).
Sí fue una ardua tarea darle un orden a los textos. Ahí el criterio fue la intensidad, guiar al lector en un recorrido de intensidades desplegadas: empezar en un punto elevado de tensión; sostenerlo; llevarlo a lo más hondo para luego emerger en un final de aguas abiertas.

¿Cuál es tu relato preferido del libro y cuál es el que destacan los lectores?
No puedo elegir uno, no. Pero sí puedo decirte que mi predilecto para leer en los ciclos es "Tiempo de reverberación". Me interesa esta ferocidad del texto y su suerte de catarata. Los oyentes quedan impactados, aturdidos, estáticos…
El público ha señalado varias veces uno de los primero poemas, “Variaciones de la tortura”. Es un texto muy breve que describe una relación madre-hija un tanto compleja, destructiva, un estrago.

¿De qué temas se nutre tu escritura? 
El gran tema -del que luego se desprenden muchos otros- diría que es el intento. Es una escritura sísifa que se pregunta una y otra vez por el móvil del intento, cómo, por qué y hasta cuándo es posible seguir intentándolo. ¿Y para qué? Desde este nodo, se desatan luego las violencias, las memorias, los mandatos, los traumas y tantos más como subtemas de la existencia humana.

¿Qué temas de los que todavía no escribiste te gustaría hacerlo en un futuro?
Me gustaría escribir sobre una experiencia que viví hace relativamente muy poco. Hace 8 meses doné mi riñón izquierdo a mi esposa.
Quisiera dejar este testimonio, más que nada porque me ha costado mucho encontrarme en alguna lectura sobre el tema.

¿Qué libros o autores recomendarías leer? 
Recomiendo lo que te entretenga y lo que te ayude a sanar al mismo tiempo. Cada cual tiene sus heridas, no podría “recetar” un libro como un genérico, para todo el mundo; sino al contrario, hay un libro para cada dolor y para cada momento de una vida.
Podría sí decir que mi sanadora es Clarice Lispector, con su pócima Aprendizaje o el libro de los placeres ha salvado mi vida.

¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Alción Editora
A través de su editor, Juan Maldonado. Le envié el material por mail, se interesó mucho, nos encontramos a charlar en el aula más grande de Filo, y en menos de 3 meses ya estábamos publicando. Todo muy pero muy veloz, comparado con tantos años de desear editar.

¿Cómo nace Odelia Editora?
Odelia nace a partir de un taller de edición en la librería Alamut. Dicho taller tenía como objetivo conformar una editorial independiente. Las asistentes fuimos todas mujeres. Ninguna de nosotras se conocía entre sí. Pero todas tuvimos desde el día cero las energías destinadas a la concreción del proyecto.
Creo que ninguna de nosotras imaginó tanta producción en tan poco tiempo. Nos sorprendemos de nosotras mismas.
Odelia está formada por 8 mujeres de diferentes disciplinas (abogacía, letras, diseño gráfico, producción de TV, psicología, filosofía, teatro y edición).

¿Cuál es el criterio de selección del material que publican?
Al momento tenemos dos colecciones: Muertos Vivos que reúne autores recobrados de narrativa, ya fallecidos, y cuyas obras habían dejado de circular en el mercado; y Avalancha, nuestra colección de narrativa contemporánea (novela y cuento), compuesta de voces nacionales e internacionales. Por lo tanto, en principio, los autores son seleccionados de acuerdo a los criterios estéticos de cada colección.
Para esto la premisa es que nuestros libros no pueden ser indiferentes al público -pueden gustar o no-, pero jamás pasar inadvertidos. Tanto por su contenido literario como por su diseño, los libros de Odelia despiertan emociones, generan movimientos, “cambian tu paisaje” (como solemos decir en las redes).

¿Cuáles son los pasos a seguir con la editorial?
Apuntamos a seguir construyendo un catálogo diverso, polifónico, multicultural, igualitario, asombroso y movilizador.
Luego de haber participado en la FED ya nos estamos preparando para nuestro primer viaje a Chile, a la “Furia del Libro” de Santiago. Esperamos hacer nuevos intercambios internacionales y fortalecer nuestros lazos con escritores y colegas.

¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Trabajo en un formato de entrevistas un tanto particulares, se llama “La entrevista patafísica”. Invito a escribir a cuatro manos a poetas y escritores sobre un tema extraordinario. Está resultando muy interesante, tanto que en simultáneo empecé a desarrollar un estudio ensayístico sobre el formato y sus procesos creativos.



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