El escritor Marcelo Rubén Sánchez habló con Entre Vidas acerca de su libro Abstracto publicado por Halley Ediciones y explicó que le puso ese nombre porque cree que esa palabra define algo tan imposible de definir como es la poesía. Además, el autor contó que le gustaría escribir haikus sobre el amor que es un tema del que casi no escribe y dedicárselo a su señora.
¿Qué rituales tenés al momento previo a escribir?
El momento de la escritura requiere como único ritual la soledad, no una soledad de tristeza sino simplemente la soledad entendida como la oportunidad de encontrarse con uno mismo. Un lugar donde no suenen los teléfonos ni haya interrupciones. Un lugar donde sólo escriba y nadie tenga acceso.
¿Con qué frecuencia escribís?
Escribo con una frecuencia de una o dos veces a la semana, con suerte: tres. En general el primer día de la semana que escribo es para hacer correcciones de lo hecho la semana anterior y dedico cualquier otro, o más días, a escribir algo nuevo. La cantidad de tiempo que dispongo depende del que me dejan las obligaciones y eso es bastante poco.
¿Quién te inculcó tu amor por la poesía?
Mi amor por la poesía viene de mis padres, pero también incrementó por mis profesores y maestros desde la escuela, tanto primaria como secundaria. Los autores del Siglo de Oro español, la poesía gauchesca y otros poetas latinoamericanos tuvieron gran influencia a pesar que llegaron por lecturas obligadas. En mi adolescencia la música fue un gran escalón, ya que el rock nacional fue muy importante en mi formación, desde Almendra, Nebbia, Miguel Abuelo, Pastoral, Charly y otros más. Algunos amigos ávidos lectores, también me llevaron a conocer a los malditos poetas franceses y a los herméticos. En fin, todo fue una coctelera que aún hoy da vueltas y me enamora.
¿Por qué decidiste que tu libro de poesía se llamara Abstracto?
Se llama Abstracto porque creo que esa palabra define algo tan imposible de definir como es la poesía. El primer poema intenta habla del agua que se escapa entre las manos, pero igual nos moja. O sea, intento decir que algo queda a pesar de no entenderse bien qué es lo que pasa. Un dato de color es la tapa del libro que es un castillo en el aire, y el dibujo hecho por mi hija Maite, está dedicado al músico Alberto Cortés que falleció cuando el libro empezaba a tomar forma y me pareció un lindo homenaje a tan grande autor. En la presentación del libro, la poeta Verónica Martínez leyó sus poemas, además de los míos y los que leyó Mariana Kruk y mi hijo Matías junto con su amigo Agustín que son estudiantes del Conservatorio de Banfield, tocaron temas de jazz haciendo de la presentación una verdadera fiesta.
¿Cómo fue el proceso de selección de los poemas que aparecen en el libro?
Los poemas se seleccionaron siguiendo dos criterios bien definidos, por eso el libro se dividido en dos capítulos. Una primera parte donde los poemas son imágenes con movimiento y sentimientos volcados sobre una palabra como por ejemplo “Castillo” o “Estela”, y una segunda parte señalada por mi relación exclusiva con los poemas como “Para prohibir un poema” o simplemente aquel que se llama “Poesía”.
¿Cuál es tu poema preferido del libro y cuál es el que destacan los lectores?
Creo que todos son mis preferidos y por eso fueron editados, pero si tengo que elegir uno estaría entre estos tres: “Nadie” “El espejo” o “Vista” porque de alguna manera me siento más representado hoy que el libro ya se editó. A los lectores creo que les gusta “Mi poema favorito” y “Razia”.
¿Cómo te llegó la posibilidad de publicar el libro con Halley Ediciones?
Conocí a Mariana Kruk buscando talleres de escritura a fines del año 2017, ahí empezamos un trabajo que fue creciendo y me fue nutriendo hasta que el compendio de poemas maduró para ser presentado al lector. De hecho, Abstracto abarca mayoritariamente el año 2018 y algunos pocos del 2017. Debo agradecer a Mariana por su empeño y profesionalismo a la hora de editar y corregir, y sobre todo por ayudarme a vencer los miedos a la hora de sacar mi primer libro.
¿De qué temas se nutre tu escritura?
No hay un tema pensado, en general son sensaciones de un instante que se llevan al papel no necesariamente en el mismo momento. Puede estar relacionado con la realidad social, con la emoción por algo personal o con una reflexión sobre algo que leí de la historia o de lugares que visito. Van surgiendo y me van sorprendiendo, pero siempre es importante el momento de sentarse a escribir. Que las musas te sorprendan trabajando.
¿De qué temas que aún no escribiste te gustaría hacerlo próximamente?
Me gustaría escribir un libro de Haikus, ya que me parece maravilloso condensar tanta emoción en unos pocos versos. Una cultura milenaria para desarrollar una poética tan distinta a la nuestra y tan elevada. De ser así me gustaría escribir haikus sobre el amor que es un tema que casi no escribo y dedicárselo a mi señora.
¿Qué libros de poesía o autores recomendarías?
Más que libros recomendaría a grandes autores que admiro profundamente, voy a mencionar a Ungaretti, Baudelaire, Alfonsina Storni, Borges y Emily Dickinson, pero son tantos que me es imposible nombrar a todos. Además considero que habría que darle espacio a la gente común que escribe. Siempre compré algún libro de un autor desconocido para descubrir un universo nuevo y más de una vez me he sorprendido y admirado con esas obras. En Halley Ediciones hay una enorme colección de obras poéticas de gran valor esperando llegar a los lectores para ser reconocida.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Actualmente tengo proyectados dos libros que espero puedan salir el año próximo, uno relacionado con la oscuridad del alma (Sombrío) y otro relacionado con poemas mitológicos grecorromano, todavía sin título. Sigo escribiendo cada semana con o sin una consigna determinada y si, de tanto trabajo sale algo positivo, veremos con Mariana si vale la pena su edición en algún momento. Siempre quiero tener proyectos y espero que se puedan concretar.
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